¿Pistolas de fogueo y rosas sin espinas? así fue Guns N’ Roses en Barcelona

Guns N’ Roses + Rival Sons

9 de junio de 2025 – Estadi Lluís Companys – Barcelona

Live Nation

Fotos: Marc Tomàs i Gimó

Crónica: Jordi Tàrrega

Me niego a tener malas palabras hacia una banda que me marcó para siempre y por la que he llegado a derramar alguna lágrima de emoción. Pero no fue en este concierto, en el que sufrí de añoranza a pesar de que el grupo en si tocó muy bien, están en plena forma y Axl está motivado y vuelve a tener un gran aspecto físico. No paró ni un momento y fueron tres horas largas de concierto. Pero se ha perdido la magia y la voz del astro ya no ilumina como antaño. Y ya no digo del Axl de los 90, digo del Sr. Rose de 2011 cuando te erizaba el vello cuando cantaba ese primer tramo de “This I Love”, que, por cierto, tocaron en la ciudad condal.

 

Mr. W.A.R. sigue siendo como es y de él espero que aparezca media hora tarde o que vete a la prensa. Pero ya sabemos que toda acción tiene una reacción y que los videos de la gente o las ganas que tenemos de escribir sobre ellos tampoco van a impedir que dediquemos unas líneas, por placer, a uno de los grupos que más nos han hecho vivir el rock a lo largo de nuestras vidas. Y el problema de Guns es el mismo que tienen Dream Theater con LaBrie, pero es que tampoco podemos quejarnos de que el paso del tiempo haga mella en nuestros héroes. Digno concierto del que salí enamorado del gran Duff McKagan.

 

 

Rival Sons, “Sons” de sala y no de telonía

Los californianos me parecen una banda tremenda que quedó especialmente desdibujada en un gran escenario, con el sonido algo capado y con la gente hablando y estando por otras cosas. Entraron con la intro mítica de Ennio Morricone, y de verdad, que seguro que hay más entradas musicales… Grandes en “End of Forever” y especialmente en “Electric Man” (temazo), con un Jay Buchanan especialmente motivado, vestido de rojo y descalzo. Era mi primera experiencia en vivo con ellos y muero de ganas de verles en su propio show en sala.

 

Dos valkirias les acompañaban en el telón rojo de fondo y el feeling que tienen se perdió en la lejanía del estadio. Su hard rock con tintes setenteros lució a medias con esa preciosa guitarra Gretsch azul de Scott Holiday y piezas certeras como “Secret”. Juegan con los riffs y se nota que saben lo que proponen, que dominan los grandes recintos, pero el horario diurno y la gente, no acompañaron a un grupo realmente especial, llamado a hacer grandes cosas en un futuro inmediato. Agradecieron a Guns el hecho de estar allí y dijeron que ellos tocan rock n’ roll… Bonita declaración de principios.

 

 

Guns N’ Roses cumplen sin convencer

Con media hora de retraso aparecieron nuestros Bad Boys favoritos atacando fuerte y a la yugular: “Welcome to the Jungle”. Sonido horroroso y un Axl que lo dio todo y que se quedó sin fuelle a las primeras de cambio por mucho que su actitud y despliegue físico fuera rotundo. Dados de fondo en la canción que toma nombre del día que llegó Axl en bus desde Indiana. Un vagabundo le dijo: “sabes dónde estás? Estás en la jungla baby”. Reposó el cantante con un “Mr. Brownstone” de tonalidades más bajas, acompañada de imágenes psicodélicas y calaveras. Una alegoría de la temática de la canción, pues versa sobre las drogas.

 

Rose se sacó las gafas de sol, dio el “Good Evening” de rigor y pasaron a “Chinese Democracy”. El sonido fue mejorando, pero la guitarra de Slash apenas de oía. Las coristas ayudaban, pero eran bastante inaudibles y la cosa lució luego con el “Bad Obsession”, seguida del “Out ta Get Me”, de corazón muy AC/DC. Vimos que el bueno de Duff lucía un chaleco con “L.A.M.F.” en letras azules, todo un homenaje a los Heartbreakers y a Johnny Thunders por extensión. El de Seattle brilló muy especialmente en lo vocal. Y ya que hablamos de homenajes, cayó el “Slither” de Velvet Revolver y luego esa joyaza perdida que es “Absurd”, especialmente punk.

 

A partir del “Live and Let Die” de los Wings la cosa mejoró, pero ese gran momento que es este tema en directo tampoco nos hizo despegar. “Double Talking Jive” fue absolutamente guitarrera con Slash de absoluto protagonista, pero luego llegó el turno de “You Could Be Mine” y la gente se volvió loca. Había referencias a Terminator en las pantallas, con esa mano de cyborg para luego hacer cantar a toda la parroquia Gunner con la versión de Dylan: “Knocking on Heaven’s Door” Los tonos azulados y la corista ayudaron en uno de los grandes momentos del directo.

 

 

Duff inició con su bajo el “Hard Skool”, un temazo que es puramente Guns de la buena época y que en su día cayó en el olvido. Directa y muy cruda, pero no lució para nada el “Yesterdays”. Mítica canción en la que se evidenció que Axl ha ido perdiendo esos detalles únicos de su portentosa voz. Vino acompañada de imágenes de un reloj de fondo. No hubo interacción alguna con la gente y naufragaron en un “Rocket Queen” en el que el vocalista lo pasó especialmente mal. Slash jugó con una talk box a modo de curiosidad. Mejoraron en “Better” y “Coma”, y luego momento de reposo para el divo mientras Duff lo bordaba vocalmente con el “Attitude” de los Misfits. Sencillamente espectacular. Richard Fortus estuvo exquisito en el trabajo de equipo.

 

Y toca destacar, de entre lo mejor de la noche, ese “It’s so Easy”. Y es que en los tonos más bajos Axl sigue siendo Axl. Y si la última vez lloré con “Civil War”, no puedo decir que sucediera lo mismo esta vez. Guiño a Hendrix y presentación de la banda para pasar al solazo de Slash, siempre espléndido. El delirio generalizado y los móviles en alto saludaron al inicio de “Sweet Child O’ Mine”, seguida por ese baladón que es “November Rain”, con piano de cola incluido. De verdad que cuando suenan estas inmortales canciones se te pasan todos los males. Axl a esas alturas vestía una camisa hawaiana para dar color.

 

“Wichita Lineman” fue la concesión acústica que derivaría en la preciosa “Patience” en la que Rose llegó a silbar incluso. Estos detallitos siempre gustan… Camisa de brilli brilli y cruces de fondo. Y de verdad que aquí W.A.R estuvo muy bien, llegándose a adornar. Incluso añadiría que fue de menos a más… Y sorprendieron a propios y extraños con el “This I Love”, tema que adoro, pero en el que veo que todo ha ido para abajo. Y es que a nivel vocal se defendió bien, pero años ha, cuando terminaba los versos del principio de esta canción, la gente aplaudía a rabiar… y eso ya no sucede.

 

 

Me sorprendió que la versión de U.K. Subs “Down in the Farm” la cantase Axl y no Duff. Y ya encarando el final cayó el “Estranged”. Por fin pudimos escuchar un poco de la labor del percusionista. Y en esa remontada vocal pudimos dejarnos la voz en el “Nightrain”, una de las más grandes canciones que nunca ha creado esta banda definitiva. Estaba claro que el fin de fiesta lo iba a poner “Paradise City”, pero la fiesta final no incluyó confeti ni pirotecnia, ni nada. El protagonismo fue de lo musical y sin aditivos.

 

Los comentarios al salir iban en la línea de esta crónica y lo agridulce era el sabor dominante, pues hay pólvora y espinas, pero el tiempo ha pasado y la gente sigue empecinada en que los Guns de 2025 suenen a los de 1993. Tres horas de concierto, un estadio muy lleno, por mucho que haya quien quiera decir lo contrario, y un repertorio que no incluyó “Don’t Cry”, pero que me sigue pareciendo espectacular. De mis cinco experiencias con Guns ha sido la peor de todas, pero para nada hablaría de mal concierto, ni mucho menos. Querer enterrarles es una estupidez, simplemente hay que asumir que no estamos en 1993. Yo repetiré cada vez que vuelvan.

 


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