Carlos Álvarez – Big Bang

80/100 

13 de diciembre de 2024

Autoeditado

Cuando te enfrentas al primer disco en solitario de uno de los ex-integrantes de tu grupo favorito, es siempre un cúmulo de sentimientos encontrados. Hay expectativas y realidades, y no sabes si este músico va a seguir en una zona de confort o se va a atrever a hacer cosas nuevas. En el caso de Carlos Álvarez, ex-componente de Dry River, ha sido lo segundo. En su primer disco en solitario con canciones propias ha buscado dar un paso en otra dirección musical, tanto que puede sorprender a quienes esperasen más de lo mismo o creyesen que no tendría la cabeza llena de todo tipo de ideas.

 

En «Big Bang», que es el nombre que recibe este trabajo, vamos a encontrarnos con algunos guiños y momentos que nos recordarán a su etapa anterior. Pero a la vez tiene un sonido muy personal, una combinación diferente de géneros musicales. Por eso, hay que tener la mente abierta para sumergirse en esta mezcla, donde además de referencias al pasado hay estilos que evocan otros nombres distintos, y a músicos como Luis Prado, un referente a quien Álvarez ha estado acompañando en su gira como teclista de su banda, o bandas como Queen o The Beatles. El resultado es un disco de rock progresivo, sí, pero con una vertiente cercana al pop rock, y muy imaginativa, con mucho piano y mucha guitarra.

 

Carlos Álvarez se encarga de la voz en este trabajo, además de las guitarras y los teclados. Le han acompañado Pedro Corral a la batería y los coros, amigo suyo que también forma parte de Dry River, así como Adrián Picazo en el bajo y los coros. Estos son los integrantes fijos, pero a lo largo de todo este álbum nos encontramos también con con otros músicos colaborando en distintas facetas. Además, este trabajo ha sido grabado, mezclado y producido por el propio Carlos en su estudio musical.

 

El trabajo empieza con «Big Bang», una introducción sencilla y casi acústica, y que acaba con un elegante solo de guitarra que marca el camino del sonido con el que nos vamos a encontrar en el resto de pistas. Le sigue «Es justo ahí», una de las piezas más rockeras y que más puede recordar al sonido de su anterior banda. Es un corte rápido, con un magnífico estribillo de esos que uno quiere corear, y justo al final un pequeño riff de piano que es casi un huevo de pascua que hará perder el norte a quienes llevan tiempo escuchándolo.

 

 

«Más allá» es un tema bastante más progresivo, aunque no tan incisivo como el anterior. Es más lento y relajado, y también tiene mucho peso en los coros del estribillo. Luego tenemos «Ya Veré», una balada con unos coros bastante cinematográficos que de nuevo tienen un pequeño regusto añejo, y que le dan un bonito color a la introducción y el estribillo. Es delicada, sencilla, muy lenta en sus versos pero con un resultado brillante. Otra de mis favoritas. Después tenemos «El jefe de todo esto», que tiene un rollo más rockanrollero que se me antoja como una mezcla entre Luis Prado y Tarque.

 

«2024» es toda una suite de rock progresivo que perfectamente podría haber estado en el disco «2038» de Dry River, y que los amantes de temas como «Peán» seguro que van a disfrutar. Es brillante, muy musical y muy variada, y tiene uno de los sonidos más hard rockeros de todo el álbum. Después, he de decir que me da la sensación de que el resto de cortes bajan un poco de nivel.

 

«Bomba de humo» vuelve a recuperar un sonido más alegre y desenfadado, con mucha presencia de teclas y de coros. Le sigue la delicada balada «Cosas de la edad», muy bonita y a piano con acompañamiento de guitarras, así como unos coros muy Queen marca de la casa que hemos visto también hemos ido viendo durante todo el trabajo. Musicalmente es impecable, también muy cinematográfica, pero no llega al nivel de los demás. Y para terminar tenemos «Déjalo», donde el sonido gira de una manera muy contundente hacia Los Beatles, y donde Carlos Álvarez vuelve a dejar entrever su amplio abanico musical.

 

Quien venga buscando en este disco un sonido parecido a los Dry River en sus tiempos con Carlos Álvarez se van a encontrar con algo muy distinto, aunque con mucho regusto a ese sonido más juguetón que tenía la banda y que ahora ha perdido al volverse más seria y directa. Comentando este trabajo con distintas personas me he encontrado de todo, con algunos a los que les ha decepcionado y con otros a los que les ha parecido una obra maestra. Yo me quedo un poco a mitad de camino, me ha gustado mucho y lo he disfrutado como el que más a nivel musical, aunque me ha faltado garra.

 

Quizá esa falta de mordiente es lo que le falta a «Big Bang»,  tanto por unas guitarras que en algunos cortes podrían haber sido más incisivas como porque la faceta de cantante no es en la que más brilla este músico. O quizá precisamente eso es lo que se ha buscado deliberadamente para darle personalidad sin comparaciones. Sin embargo, lo que es seguro es que estamos ante un excelente trabajo musical, y tan variado que se me antoja casi imposible que no haya una sola canción que te guste cuando te pongas a escucharlo.

 

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