Eslida es un pequeño pueblo del interior de la provincia de Castellón que lleva desde el año pasado sacando adelante sus «Acústics al Llavador», unas jornadas de conciertos acústicos que tienen lugar en un antiguo lavadero de ropa. Y ha sido este el contexto en el que Dry River realizó su primer concierto acústico el pasado domingo 6 de abril. Un entorno inmejorable para un formato mucho más íntimo.
Tal y como explicaron durante el concierto, la primera idea de los castellonenses era la de hacer un dueto con Ángel Belinchón a la voz y guitarra acústica y Miquel Centelles al teclado. Pero poco a poco se fueron animando más componentes, y tuvimos también a Matias Orero a la guitarra eléctrica y a David Mascaró al bajo. Este cambio de idea, explicaron, lo tuvieron tras ver que semanas antes en las mismas jornadas la banda Killus hizo también su primer acústico, y estuvieron todos los integrantes.
Sea como fuere, la cita era perfecta para que los fans de la banda y los amantes de la música en general pudiésemos disfrutar de uno de los mejores grupos nacionales en un formato diferente. Y el concierto fue especial por dos razones: la primera fue el formato en si, y la segunda el hecho de que aprovecharan para cambiar su repertorio y recuperar varias canciones que llevaban años sin tocar.
A las 11:40 de la mañana, veinte minutos antes del inicio del concierto, el lavadero ya estaba empezando a llenarse mientras los castellonenses realizaban su prueba de sonido. Poco después comenzaron con el concierto interpretando «Pequeño animal» en su versión acústica, uno de sus mejores temas y que recientemente han reincorporado a su setlist eléctrico. Después tuvimos la primera sorpresa de la noche, con la balada «La Llave del Sol» también del primer disco, una rareza a la que el formato acústico le sienta especialmente bien.
Entre canción y canción, Ángel iba amenizando el concierto con muchas bromas y explicaciones sobre los temas que iban tocando. Nos contó que un concierto acústico es totalmente diferente a uno eléctrico, ya que es como si se tratasen de dos idiomas totalmente distintos y habían tenido que traducir las canciones. Tras los dos temas iniciales siguieron con otra sorpresa, el desenfadado «Se Lo Monta Bien». Para ser una banda que normalmente en sus conciertos apuestan más por temas de los últimos dos discos, habían empezado con tres del primero. Luego siguieron con «Camino», uno de sus temas más potentes, al que también le sentó muy bien el acústico.
Y tras ella tocaron esa canción que personalmente llevaba años pidiendo que tocasen en directo: «La Mujer del Espejo». En lo personal diré que es una de mis canciones favoritas de Dry River, y fue mágico escucharla en acústico. Antes de tocarla, Ángel recordó que ya habían lanzado un vídeo con su versión acústica durante la pandemia junto a la violinista Judith Mateo, y que habían estado ensayando con Martí Bellmunt, ex-componente de la banda, para que participase en el acústico tocando el saxo. Al final no pudo ser, y Matías tuvo que aprenderse en la guitarra la parte de los dos. El resultado fue maravilloso, aunque espero que no piensen que voy a dejar de pedir que la añadan también al set list eléctrico.
Después le llegó al turno a «Fundido a Negro», y tras ella tuvimos la primera colaboración del día. Ángel llamó a Natxo Ruiz, un cantautor muy del estilo de Serrat al que le ha producido su último disco, y a quien acompaña como guitarrista en sus gira actual. Ambos tocaron el tema «Ara, la tendresa» del cantautor, y pese a la diferencia musical que le separa con Dry River, el formato acústico hizo que encajase perfectamente. Luego, tras una broma empezando a tocar «El Baile del Gorila» de Melody arrancaron con «Traspasa Mi Piel», a la que siguió «Irresistible», que pese a no estar el actor Fanfi para hacer su característico baile, fue muy aplaudida y coreada por todos.
A continuación, el vocalista castellonense saludó a su amiga Anna Dobón de Annacrusa, que estaba entre el público. Explicó que la siguiente canción la habían cantado juntos un par de veces este año y claro, todos los asistentes nos pusimos a corear su nombre y a animarla a que se acercara al escenario. El resultado fue una interpretación preciosa y mágica de «Me Va a Faltar el Aire», a la que siguieron «Segundo Intento» y «Despedida». En este punto, Dry River explicó que los cuatro componentes que estaban haciendo el acústico tienen también una banda tributo a Queen llamada «Fat Bottomed Boys», y tras ello interpretaron en acústico los temas «The Show Must Go On» y «I Want To Break Free», concluyendo de forma atípica pero especial su concierto.
En definitiva, este fue un concierto diferente y único de los castellonenses, una ocasión como pocas tendremos de escucharles en un formato acústico más relajado. Fue mucho más cercano y familiar, con más bromas e interacciones, pero igualmente no dejaron de mostrar su habitual brillantez. Había nervios y quizá algún fallo puntual en algún tema, pero en general fue una experiencia maravillosa.

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