Axel Rudi Pell + Jolly Joker
25 de marzo de 2025
Razzmatazz 2 (Barcelona)
Organiza: Z! Live Concerts
Texto: Jordi Tàrrega
Fotos: Irene Kilminster
Noche de rencuentro con una de las bandas fundamentales de los 90 por mucho que su líder, el alemán Axel Rudi Pell lleve de carrera desde los tiempos de Steeler en 1984. Este admirador de Blackmore y Hendrix ha explotado sin parar un estilo muy pulcro y elegante de hard rock con tintes de heavy metal y su elegancia compositiva y su técnica siempre son capaces de emocionarte. La clave del invento es que lleva una banda fiel y absolutamente competente, y se lo llevan de calle. Hora y 45 minutos en los que se explayaron y jugaron a jams y a cantar con el público. Un concierto que mereció mucho la pena…
Jolly Joker entretienen y gustan
Los hard rockeros valencianos liderados por el carismático Lazy Lane saltaron a escena con muchas ganas al ritmo de “Sky Is so High”, que terminó siendo un bonito híbrido entre sleazy y las sonoridades de The Cult bajo una muy bonitas luces rojas. El cuarteto va maqueado, tiene actitud, chulería y van muy rodados cuando se arrancan con “Shotgun”, un tema mucho más duro y contundente. Tienen un estilo marcado, pero saben jugar con las influencias y el juego de luces, en el que esta vez dominaron los tonos azulados. Y en “I Am Rock n’ Roll” todo es pura diversión en un tema muy hímnico y directo.
Disfrutamos de unos coros reales, a veces más funcionales que melódicos y Lazy presentó al grupo: “Somos de Valencia y tocamos rock n’ roll”. Recuperaron “I Don’t Care” de su anterior obra y en “Enough”, su baterista, jugó con el cencerro, que siempre da color al tema que sea. Apenas hubo momentos para parlamentos en un show muy bien llevado y nos recordaron que habían grabado un nuevo disco, y que “Little Cadillac”, era de sus mejores temas. Hubo pequeños solos de guitarra y batería y su líder, bajo unas gafas de sol, dio sus patadas características al aire.
Nos gustó mucho ese punto de power pop que posee “I just Wanna Kiss You” en la que hay una evidente influencia de Cheap Trick, confrontada a “World Collapse”, mucho más cercana a Mötley Crüe. Y es que como podéis ver… las influencias que poseen son de los mas grandes. Se despidieron con mi canción favorita de todo su repertorio: “Rockin’ in Stereo”, temazo que nos dejó contentos y que evidenció que se largaban de Barcelona con unos cuantos nuevos fans. La última vez que les vimos, si no recuerdo mal, fue en el Ripollet, y siempre cumplen.
Axel Rudi Pell, pasan los años, se mantiene la clase
Una intro con las luces apagadas y unas luces rojas crecientes luego vinieron acompañadas de una cuenta atrás d una voz en off. Un guiño a la portada y concepto del disco Sign of the Times y que da paso a una rotunda “Forever Strong”, con un Rondinelli que no tenía el sonido más perfecto, pero con un Gioeli que estuvo de cine y que fue de más a muchísimo más. Gran tema y las miradas sobre un Axel muy motivado, pero al que vimos muy delgado.
La gente cantó mucho el “Wildest Dream” del Knights Fall. En esta canción el vocalista subió a una niña de unos cinco años y se la puso en hombros mientras cantó el tema. “Hagamos que los niños sean rock n’ rolleros o pronto los padres no podremos ir a conciertos”. Divertida pero ceniza frase la que lanzó el grandioso cantante. Da que pensar… Uno de los grandes lujos del grupo es el enorme líder de Rough Silk Ferdy Doernberg, un teclista superlativo que estuvo exquisito y que bordó ese nuevo clásico que es “Strong as a Rock” con esas pantallas de Mashalls en el flanco de Rudi. Este fue el primer tema alargado con solos y en jam suave. Hicieron cantar al público y se reengancharon con el memorable estribillo.
Mucha movilidad por parte de un Johnny Gioeli que no paraba quieto y que cantaba como los ángeles, como en “Voodoo Nights”. Siempre es algo bueno que recuperen temas del The Masquerade Ball. Grande Ferdy en los coros y jugando con los dos teclados que posee. Volker está en el bajo, y sin tener mucha presencia escénica o no tirar de solos, hace que todo suene compacto y perfecto.
El momento más baladesco llegó cuando el cantante presentó al tecista, que lleva unos 26 años en la agrupación e interpretaron mano a mano el “Don’t Say Goodbye”, que quedaría conectada con una interpretación gloriosa del “Hallelujah” de Leonard Cohen. Incluso Gioeli, sobrado de voz, bajó al foso buscando el calor y la proximidad de los fans. Gran momento de directo sin la necesidad de tener al líder en escena. Esa es la grandeza de este grupo… Y “Oceans of Time” fue una balada mágica, ya con todo el grupo en el escenario.
Luego “Mystica”, hablando de reyes y reinas, con toda la imaginería medieval siguió haciéndonos disfrutar con luces azules en lo alto y con un Pell que buscó su momento bajando entre la gente y tocando para deleite del público. Pero el bueno de Bobby Rondinelli no había tenido su momento de lucimiento todavía, y acaeció un gran solo de batería que mostró habilidades que no suele poder lucir en las canciones del rubio guitarrista. “Darkest Hour” dejó el pabellón de su último disco elevado, pero poco puede hacer cuando lo que viene luego es “Carousel”. Gioeli la interpretó cantando como los ángeles y moviéndose como un león enjaulado.
Tocó el momento de Doernberg con un solo con los dos teclados y tirando de material más clásico, con luego algún guiño a Rough Silk para continuar posteriormente bajo luz verde con Bach. Nos confesó Johnny que uno de los temas que más le gusta cantar es “The Line”, hasta el punto que volvió a cantar desde el foso bañado por las luces frías azuladas. Y entonces cayó ese único momento innecesario para mucha gente: la versión de U2 «Beautiful Day». Los fans consideran que el grupo tiene mucho material propio que queda fuera. Una cosa es Cohen, la otra U2…
Quedaba lo mejor, y cayó lo mejor, pero en formato medley, con las canciones acortadas y dejándote un poco a medias. Fue el caso de “The Masquerade Ball”, inmensamente coreada, pero de repente, todo se corta y te va a la preciosa “Casbah”, con esos aires tan arábigos y esa influencia absoluta de Rainbow. “Ankhaia” es la siguiente en caer en el mix, mucho más zeppeliana, y Pell hace los cuernos con los dedos para que la gente tome fotos de ese momento icónico en el concierto.
Y a pesar de que el medley había caído, los dos temas finales también quedaron mutilados innecesariamente. El éxtasis que supuso “Fool Foll” paró de repente, llegando a apagar todas las luces. Algo muy medido, que casi parecía un incidente eléctrico, pero no… luego se retoma todo con la fenomenal “Rock the Nation”, que, a pesar de enamorar, te deja algo a medias porque no está completa. Gran aplauso mientras sonaba de despedida una tonada irlandesa enlatada.
La gente salió satisfecha y entregada tras hora y 45 minutos, pero con esa sensación de que podían haber completado las canciones que quedan a medias en los popurrís. Con eso ya hubiésemos sido plenamente felices. Por otro lado, las camisetas eran realmente atractivas y caras, pero eran de otras giras. Es como si para esta gira no se haya preparado nada, y eso es una lástima, porque desmotiva al fan más necesitado de comprar merchandising. Nunca les he visto un show malo, pero quizá esta sea la mejor vez en un concierto de sala dentro de su propia gira.

Licenciado en INEF y Humanidades, redactor en Popular 1, miembro fundador de TheMetalCircus y exredactor en webs y revistas como Metal Hammer, Batería Total, Guitarra Total y Science of Noise. Escribió el libro «Shock Rock: Sexo, violencia y teatro». Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.
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