Eric Bass – I Had a Name

85/100

28 de febrero de 2025 

Big Animal Studio

Si te gustan los Shinedown, te toca saber que su bajista ha sacado un gran disco en solitario en el que es capaz de tocar todos los instrumentos, se lo ha producido y grabado él en un Juan Palomo espectacular. A pesar de ser un material muy personal en el que indaga en las enfermedades mentales y en la autosuperación, a la vez que toca unas letras muy autobiográficas hay muchas melodías y dejes a su banda madre.

 

I Had a Name es un discazo que se empezó a componer en una habitación de hotel de Milán en la que Eric estuvo esbozando con papel y boli una historia distópica con diferentes personajes en la que hay un mundo de rebeldes enfrentados a un gobierno diabólico. Su depresión y la salud mental influyen y, sin quererlo, se ha enfrentado a sus fantasmas internos creando algo que realmente cuenta gran parte de su vida. Es impresionante que más allá de ser en Shinedown una banda multiplatino sea capaz de sacarse de la manga algo tan brillante como este discazo.

 

El inicio del disco es bellísimo y especialmente conseguido con esa pieza a piano y voz titulada “A World Unseen” en la que hay unos efectos repetitivos (como una alarma de coche), que funcionan por su sutileza y suman en vez de restar. Es una canción de apertura, y de verdad que la gestión de la melodía es preciosista. Luego ya entramos en terrenos más alternativos con la enigmática “The New Gods of War”. Se combinan retazos metálicos y un espíritu libre al que se añade un estribillo muy hímnico y sorprendente. Destaca la voz distorsionada y el bajo de Eric.

 

“Azalia” fue el single, y va con ese inicio con un riff programado, marcando músculo tecnológico y modernidad. Es un temazo, con dejes progresivos y muy tecnológicos y con un Eric cantando de forma realmente expresiva. Juegos con los volúmenes y muchos arreglos que embellecen la canción como loops y coros. Retazos de drum and bass y muchísima clase y colorido. “We Can’t Go Home” es de corazón alternativo y con un estribillo no muy lejano a bandas de punk pop de moda. Muy coreable, guitarrera y efectiva. Sorprende con subidas y bajadas y las influencias son especialmente dispares, pero muy atractivas.

 

“Mind Control” fue single y posee unas influencias que van de Queen a Muse y son una gozada. La letra es dura a pesar de lo luminosa que es la canción, que parece que toca el tema bullying en su tierna edad de escuela. Hay rabia contenida y unos breaks de batería muy potentes. Por momentos hay ese caos de System of a Down, para luego reposarlo todo en piano y voz además de tramos casi sinfónicos. La tecnología y el techno aparece en “New Graves”, con voces en off, narradas, que van combinadas con coros femeninos, casi de dibujos animados. Y es que la gracia de este disco es esta: no para de sorprenderte… y para bien.

 

La felicidad es difícil de alcanzar… gran frase de la letra de la brillante “Goodnight, Goodnight”. Tonada divertida, con efectos y con una gran línea vocal. Hay toques de Queen y sorprende el que podría ser un single clarísimo y potente. Hay palmadas y de verdad que Eric es un gran vocalista, además de un genial compositor. Las acústicas y la sutileza arrancan en “All Good Children / Our Guts” en un tema algo divergente al resto, pera volver en “Modenhardt” a las guitarras metálicas y a los arreglos embellecidos de piano. Y es que es especialmente brillante cuando baja a esos momentos de balada quedando voz y piano. Aquí hay incluso arreglos de cuerda.

 

 

“Dead Inside” es de lo más metalero-tecnológico y en esta canción aparece la frase que da título al disco. Tempos intrincados y la pátina de modernidad que se suma a un estribillo especialmente melódico y ganchoso. “The Churches of the Dead” es de lo más complejo de la obra, entrando casi con rapeados y contando con muchos coros y un solo de guitarra con efectos. Hay momentos casi teatrales que me han recordado a My Chemical Romance y todo eclosiona en un gran final, aunque… hay una coda de un minuto y poco más. Lleva por título “Wanna go to Hell?” y despide la historia a ritmo de vals desenfadadamente. Incluso hay trompetas.

 

Impresionante primer disco en solitario de un Eric Bass que se destapa como artista total creando una obra conceptual repleta de musicalidad, matices y grandes canciones. Es una joya y será uno de los grandes discos del 2025 a pesar de que quede algo tapado en Europa. Hay vida más allá de Shinedown y el bueno de Eric tiene mucho que contar con una obra totalmente realizada por él y en la que ves que hay genialidad. Soundgarden, Shinedown, System of a Down y Queen se mezclan para dar personalidad a una historia que merece ser escuchada y adorada.

 


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