Alice Cooper – Welcome to My Nightmare: 50 años de Terror en el Rock, bienvenidos a mi pesadilla

Welcome to My Nightmare

28 de febrero de 1975

Atlantic

El 28 de febrero de 1975, Alice Cooper lanzaba un álbum que iba a cambiar para siempre la historia del Shock Rock. Welcome to My Nightmare iba a marcar un antes y un después por dos motivos. El primero, el debut de Vincent Damon Furnier como solista tras la disolución de la Alice Cooper Band. El segundo, la creación de un nuevo concepto en la música rock y de todos los géneros: el terror llevado a los escenarios con un nivel de producción sin precedentes. Alice Copper se sacó de la chistera un espectáculo macabro, una banda de primer nivel y un personaje que, lejos de desvanecerse, se consolidó como el padrino del Shock Rock.

 

Pero vamos a contextualizar un poco todo esto antes de seguir avanzando. Tras una racha de discos exitosos como Billion Dollar Babies (1973) y Muscle of Love (1973), la Alice Cooper Band estaba al borde del colapso debido a las tensiones internas. Todo ello condujo que para 1974, la banda se separara. Mientras los demás miembros exploraban nuevos proyectos, Alice Cooper se quedó al timón y decidió dar un buen giro, creando algo aún más ambicioso: un álbum conceptual basado en las pesadillas de un niño llamado Steven.

 

Cómo no, para dicho proyecto se contó con el mítico Bob Ezrin, quien ya había trabajado con Cooper en álbumes anteriores y más tarde produciría obras maestras como el Destroyer de KISS o The Wall de Pink Floyd. En una entrevista con Classic Rock, Ezrin recordó: «Alice no quería simplemente hacer un disco; quería crear una experiencia. Welcome to My Nightmare no solo era un álbum, era un espectáculo, una película para la mente«. Así pues, terminaba una época y comenzaba la leyenda.

 

El disco

En términos de sonido, Welcome to My Nightmare representó un cambio muy importante en la evolución de Alice Cooper. Se combinaron, además de hard rock, teatralidad y elementos sinfónicos, dando un resultado diverso y dinámico al disco. Además, canciones como «The Black Widow» contaron con la participación de Vincent Price, cuya voz añadió una capa extra de teatralidad y de terror. Price, en una entrevista con Rolling Stone, mencionó: «Alice me llamó y dijo: ‘Vincent, quiero que seas el anfitrión de mi pesadilla’. ¿Cómo podía negarme a eso?».

 

Por otro lado, baladas como «Only Women Bleed» mostraron un lado más melódico y maduro del artista, que hasta ahora no habíamos podido ver en la anterior etapa. Billboard destacó en su reseña de la época que «Es sorprendente cómo Cooper puede pasar del horror más grotesco a una balada conmovedora sin perder credibilidad«.

 

Pero un álbum como este, necesitaba una gira que estuviera a la altura, impactante, con escenografía elaborada, bailarines y un Cooper que encarnaba a la perfección al maestro de ceremonias de una pesadilla. El Welcome to My Nightmare Tour fue el primer gran espectáculo de shock rock de la historia. Melody Maker describió el show como «una fusión entre un concierto de rock, una obra de Broadway y una película de terror de la Hammer«. El impacto visual del espectáculo fue tal que en 1975 se grabó un especial de televisión dirigido por David Winters. La producción, que combinaba el concierto con elementos narrativos, se convirtió en una pieza de culto para los fans del horror rock.

 

Veredicto

A medio siglo de su lanzamiento, Welcome to My Nightmare sigue siendo una referencia obligada dentro del rock conceptual, siendo la influencia declarada de artistas como Rob Zombie, Marilyn Manson y Ghost, quienes han citado a Alice Cooper y este álbum como influencias clave en sus carreras. En palabras de Zombie, en una entrevista con Louder:

 

«Alice nos enseñó que el rock no solo se escucha, se ve, se siente y, sobre todo, se vive«.

 

Hoy por hoy, este legado es indiscutible: «aunque han pasado décadas, Cooper sigue siendo el maestro indiscutible del teatro del horror en el rock» (NME). Como dijo el propio Alice Cooper a Kerrang!: «El horror nunca pasa de moda, y la pesadilla nunca termina».