85/100
Mayo de 2025
Kitten Robot Records / Cargo
Frank Meyer siempre ha sido un hombre de banda sin grandes pretensiones de ser artista en solitario, pero la pandemia cambió las cosas. Es curioso que un momento tan duro para todo el mundo tuviese efectos colaterales positivos de los que seguimos disfrutando. Hace nada vimos a Frank Meyer tocando con Handsome Dick Manitoba, toca también con FEAR, Streetwalking Cheetah Chrome y demás, pero ahora debuta con disco en solitario y lo está presentando justo ahora que estás leyendo estas líneas.
Sorprende muy positivamente el disco por la enorme variedad estilística de canciones y que podamos pasar del punk rock de la vieja escuela neoyorkina al soul o incluso al blues. Aparecen saxos, pasamos al rock progresivo de Pink Floyd e incluso hay un tema que apunta a hit radiofónico con un ukelele. Definitivamente Meyer se ha sacado de la chistera un disco que impresiona.
“Baby Dynamite” es una de las grandes canciones del disco y lo abre a lo grande. Dejes muy de los Stones con una mezcla excelente que permite apreciar todos los instrumentos y sobresaliendo especialmente el bajo. Canción muy de riff de central, que es pura electricidad y que te convence desde la primera escucha. “Family Tree” muestra una cara mucho más punk y directa, aunque con tremenda clase y con esos posos de rock inglés, que se acentúan con el teclado de fondo. Meyer va acompañado de coros y el grupo vuelve a conseguir otro gran tema, alejado del primero, y que suena a canción de directo al 100%.
El hit del disco es, y con diferencia, “Blue Radio”. Temazo radio-friendy con aires beatlenianos y con un inicio con un ukelele. El estribillo es excepcional y es de esas canciones que, en otra década, y en otro lugar, podrían haber dado un pelotazo de éxito. “Piece of Me” es más melosa y pausada y en ella aparece toda un Cherie Currie (The Runaways). Combina un ritmo de balada con efectos ambientales y mucha clase. Es sexy incluso, y a la vez, otro giro estilístico interesante. Frank se atreve a todo, tanto que “Dreaming in Stereo” es un precioso ejercicio totalmente Pink Floyd, con el excelente bajo comandando el vuelo alto. Puro rock progresivo con la guinda de un saxo. Una pasada…
Entre tanto cambio de género musical piensas que “Goodbye Arkansas” puede ser un ejercicio de rock sureño, pero vuelve ese rock inglés deudor de los Stones mezclado con el punk de pedigrí. Mismos ingredientes a golpe de riff y en acordes mayores en “Partners in Crime”. Hay una voz invitada: Eddie Spaghetti y volvemos a estar ante un corte que se acerca especialmente al material de Michael Monroe. Estilazo y actitud a borbotones. “This Dirty Town” es una composición muy teatral, algo oscura en música y letras y con el inquietante solo de guitarra del propio Meyer.
Los vientos vuelven a reaparecer en “Living between the Lines”, con una guitarra de aires bluesies y mucho sentimiento a la hora de cantar. Hay la voz femenina invitada de Lisa Kekaula consiguiendo otro gran momento para un disco de lo más variado. La verdad es que se me hace difícil pensar qué canciones tocará de este disco, pues hay mucho material bueno. En “Who Stole the Soul” hay ciertos aires Motown mezclados con los Hellacopters de los buenos tiempos. Y da carpetazo con “Dead Winter”, a golpe de armónica y dejando un poso melancólico.
Living between the Lines es un disco “muy adulto” y de madurez por parte de un Frank Meyer que ha ido recopilando canciones, ideas y que les ha dado forma desde la pandemia hasta día de hoy. Hay toda una combinación de influencias, el apoyo de todo un Eddie Spaghetti de los Supersuckers y la influencia positiva y negativa que puede proporcionarte vivencias tales como otra paternidad o la muerte de tus padres. Un auténtico disfrute y una lástima que nuestro hombre no pase por Barcelona, pues estaríamos en primera fila.

Licenciado en INEF y Humanidades, redactor en Popular 1, miembro fundador de TheMetalCircus y exredactor en webs y revistas como Metal Hammer, Batería Total, Guitarra Total y Science of Noise. Escribió el libro «Shock Rock: Sexo, violencia y teatro». Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.
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