85/100
29 de noviembre de 2024
Blood Fire Death
Sexto disco por parte de la banda de Terrassa Vidres a la sang y que están, junto a los Foscor, en el top de metal extremo (evolucionado) que se practica en Catalunya. Llevan mucho tiempo trabajando de forma seria y concienzuda, y discos como este Virtut del desencís son una consecuencia lógica en su evolución y la mies de los años de siembra. Han ido evolucionando su sonido a lo largo de dos etapas, siguen cantando en catalán y de verdad que lo hacen todo de maravilla. Disco elegantísimo, trabajado y en el que demuestran que poseen algo absolutamente especial.
Impactante inicio con la extensa “Llàgrimes de sang”, con una guitarra acústica que hiela la sangre y la voz profunda y rasgada de un Eloi Boucherie tremendamente expresivo y teatral. Post black metal y retazos de Alcest en una arrastrada tonada que hiere y atrae. Juegos de ecos y con los bajos muy altos, dando una sensación de opresión y de belleza. Es un tema que impacta, complejo técnicamente y que deambula por terrenos progresivos con elegancia y de forma muy orgánica. La guitarra eléctrica irrumpe de forma puntual hasta dominar la pieza y el estribillo con voces limpias no llega hasta pasado el ecuador de la misma.
“Records a l’oblit” es mucho más rápida e intensa, recordando a grupos como Borknagar y salpicada de complejidades compositivas. El juego de coros y el cómo van entrando luce, a la vez que las guitarras que dibujan el riff, gentileza de Albert Martí y de Eloi, que hacen que todo flote y quede etéreo. “Capricis de l’atzar” queda dominada por un sencillo riff de teclado que pone la base, y todo se construye alrededor del mismo, yendo de lo sencillo a lo complejo. Voces rasgadas, y tramos que conducen otra vez al riff de teclado para romper la canción y lanzarse de forma rápida a lomos de una original y técnica batería por parte de Jordi Farré.
“L’elegia dels innocents” contiene un generoso tramo instrumental de inicio y es un tema especialmente ambicioso y sorprendente. Gran línea vocal y arreglos muy originales e hipnóticos que se combinan con un bajo muy audible y agudo y unas guitarras espectaculares que marcan tiempos o solean. Hay sensación de loop-bucle y de hipnosis. Impresiona ese momento con la voz de Eloi desgarrada que da paso a un momento épico en el que los coros cantan a “la gloria y el honor”.
“Sempre es incert” es la canción que abre fuego y un poco la punta de la lanza de un disco variado y que no decepciona para nada. Hay la presencia de Arnau Tordera del grupo Obeses, que le da un punto extra al tema arropándolo con unas voces limpias que quedan niqueladas. Un tema que te va atrapando y que avanza como un latido, subiendo en intensidad y repleto de detallitos técnicos, además de ese gran solo de Albert Martí. Y otro de los temas centrales de este gran disco es “Màrtirs”, que fue single en su día. El inicio es absolutamente ambient dando sensación de espacio abierto para luego pasar a blast beats con una batería trepidante y un elegante Cristian Vilches. Una obra completísima.
El poeta Miquel Martí Pol se refería a su enfermedad de ELA como “tengo cristales en la sangre”, y siempre me pareció genial que el grupo egarense eligiese esa gran metáfora como nombre, tan dura… Su primera etapa de 2004 a 2010 les encumbró, pero ahora podríamos hablar de que están a un nivel muy superior. Lástima que trabajos de este estilo sean más apreciados fuera de nuestras fronteras que dentro. Muy posiblemente Virtut del desencís es lo mejor que han hecho Vidres a la sang hasta la fecha, y decir esto… es decir mucho.
Licenciado en INEF y Humanidades, redactor en Popular 1, miembro fundador de TheMetalCircus y exredactor en webs y revistas como Metal Hammer, Batería Total, Guitarra Total y Science of Noise. Escribió el libro «Shock Rock: Sexo, violencia y teatro». Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.