87/100
6 de septiembre de 2024
InsideOut Music
A veces, cuando uno escucha por primera vez el nuevo disco de un grupo que conoce, éste puede causarle frustración, si lo que espera no se asemeja a las melodías ya vividas. Siempre es necesario reescucharlo para así, una vez libre de prejuicios, poner más atención a los detalles, sumergirse en las nuevas notas y conectar de forma más profunda con la banda y la obra que han creado.
Coming up to Consciousness es un disco algo diferente a lo que habíamos escuchado de Pure Reason Revolution; tiene un paso más lento, permitiéndose parar ante una emoción, contemplarla y tomar consciencia de ella. Puede que algo tenga que ver que el disco ha sido mezclado por Bruce Soord, líder de The Pineapple Thief.
El disco recorre mediante una letra poética el dolor por la pérdida de un ser querido, que deja entrever que se trata de un animal. Habla del amor incondicional, de la impotencia ante la muerte, del amplio espectro del luto y la soledad que se cierne sobre los que quedan vivos.
Aunque el álbum consta de 14 pistas, éste contiene un preludio y cinco interludios instrumentales de corta duración, como separando las canciones en diferentes escenas. “Dig till you die” es la canción que abre el disco y empieza con un ritmo suave, como despertando de un sueño profundo, para atacar con una parte instrumental potente (que te hace conectar con los sonidos más reconocibles de PRR) y acabando con una melodía luminosa.
“Betrayal” tiene una tonalidad más nostálgica y unas voces que alargan las palabras para enfatizar este sentimiento, danzando al ritmo del bajo que marca el paso de la canción. Una vez más los estribillos son una forma de romper con la inercia de la canción y mantener la atención del público. “The Gallows” empieza con un glissando de la guitarra muy isleño. Poco a poco la canción va aumentando el ritmo para finalizar el tema con un estilo disco de los años 70.
Aunque empieza con una voz triste, “Useless Animal” cambia al poco a un sonido que te abraza para no sentirte desamparado. Cabe destacar la parte instrumental, que rompe con el esquema de toda la canción y que culmina con el estribillo llenando todo el espectro sonoro. En “Worship” se repiten los sonidos isleños y entra de lleno en un estado entre la adoración (worship) y la desesperación que transmiten sus letras. Otra vez en el tramo final emerge de nuevo su sello de identidad con un sonido que te envuelve.
“Bend The Earth” camina por el sendero de las emociones que inundan la mente cuando se extraña a un ser vivo que ha formado parte de tu vida. Una canción donde guitarra y batería toman el protagonismo a un ritmo más ligero que, paradójicamente, te invita a bailarlo y sentirlo. “Lifeless Creature” es una mezcla de rabia, angustia y tristeza que se tejen con múltiples ritmos y sonidos dando un resultado excelente. “As We Disappear” comienza con una danza tranquila entre las voces y el teclado y donde la batería irrumpe para poner una marcha más al tema en el que exploran los momentos finales de la vida.
Coming up to Consciousness nos brinda un disco más íntimo y donde la banda muestra su lado más emotivo. El resultado es un disco precioso donde todas sus canciones acaban resonando con tu cuerpo y mente. Un álbum de apariencia frágil, pero con sólidas cimentaciones.