King Gizzard and the Lizard Wizard culmina su tercera jornada de ensueño en Barcelona

King Gizzard and the Lizard Wizard + Etran de l’Aïr

25 de mayo de 2025 – El Poble Espanyol – Barcelona

Primavera Tours

Crónica: Jordi Tàrrega

Fotos: Christian Bertrand

Descubrí a King Gizzard and the Lizard Wizard en un concierto en Primavera Sound de 2017, de forma casual, pero ya vi qué en esos locos australes, había algo totalmente diferente. ¿cómo un grupo desconocido para mí se me había escapado del radar y eran capaces de ofrecer un directo a nivel de cabeza de cartel y gustarme tanto? Es que todo el concierto era una especie de canción sin fin en la que las texturas, atmósferas y los estilos deambulaban de forma alquímica y con detalles muy locos. Las dos baterías enfrentadas en espejo, eso fue lo que más me impresionó. Era una cosa sencilla, pero era tan diferente a todo… También me impresionó que todo el grupo fuera capaz de llevar por turnos la voz solista.

 

Desde 2017 hasta ahora, el grupo ha ido creciendo, ganando nuevos estilos, demostrando que no tienen fronteras y mejorando sus directos. También perdieron ese baterista llamado Eric Moore, que tanto me encantó en su día, pero es que han llegado a editar hasta cinco discos de estudio en un año, se han pasado al thrash metal y han abrazado la electrónica en una coctelera imposible. Posiblemente desde Hank III que no veía una mezcla tal de estilos (no fusionados, sino tocados en varios tramos) tan chocantey que sea la resultante sea capaz de funcionar.

 

 

Etren de L’Aïr: rock nigeriano

Es bonito que haya músicas del mundo presentes y poca gente de los presentes había visto a una banda de Nigeria en vivo. Este grupo de primos y hermanos tiene una propuesta rockera que ahonda en loops y repeticiones de esquemas con muchas variaciones, y de verdad es que suenan diferentes y coloridos. Y es que es un rock muy diferente al que estamos acostumbrados, y en muchos momentos tenía ese punto hechizante. Parte del público se puso a bailar del material de sus tres discos, y lurgo, fue bonitos verles recogiendo los bártulos y atravesando la pista con una inmensa sonrisa dibujada en sus labios. Todos vestían camisetas de King Gizzard and the Lizard Wizard.

 

 

King Gizzard and the Lizard Wizard siguen creciendo tocando lo que les viene en gana

El grupo hizo su entrada, luciendo sexteto con bajista y baterista sobre la plataforma y con una pantalla en la que proyectaron sus locuras. Stu dijo eso de “Hola amigos, noche especial”. Estamos hablando del tercer concierto de una serie de tres en a que no se repitió ni un solo tema en ninguna de las tres noches. Empezaron con “O.N.E” del L.W., con la armónica de Amby y momentos templados de inicio. Aquí se combinaron panderetas con aromas de oriente para un público, que, si bien no llenaba hasta los topes el recinto, sí se estaba cómodo, y con sensación de que habían conseguido una gran entrada. Los primeros crowd surfing acaecieron con “Doom City”, que fue empalmada con la anterior y que hace honor a su nombre.

 

 

Ambrose y Joey van turnándose a las voces más allá de Stu a la vez que entramos en mundos como el de “Supreme Ascendancy”, ya con bases pregrabadas y sitares de fondo. Y de golpe y porrazo pasamos a “Antartica”, con sonidos soul, de lo más festivo, aunque con esa pátina de sonido y marca que llevan impresa, ese fuzz constante y esas voces con toques distorsionados. Hubo de fondo icebergs para dar ambientación a la canción. Luego la oscuridad de “The Reticent Ranconteur” para desembocar en la maravillosa “The Lord of Lightning”… Luces azuladas, relámpagos ambientando de fondo y sus habituales juegos de incluir fragmentos de otros temas de su fondo de catálogo para el deleite de los fans más die-hard.

 

Esos momentos tan de retro rock con un excelente Michael Cavanagh a la batería y con los teclados de Lucas Harwood imitando los truenos y los rayos. Cambios de tiempo y sorpresas en una de las grandes demostraciones de la noche unida a “The Balrog”. Pero luego dieron otro de sus volantazos exquisitos, tocando la jazzera y delicada “I Can Be Your Silhouette”. Impresionante… y vuelven a darle la vuelta a la tortilla pasando a “Cut Throat Boogie” con duelos de armónica y guitarra por parte de Joey y Amby, trocitos de otras de sus canciones y un homenaje a ZZ Top con un fragmento de “La Grange”. ¡Menudo tramo de concierto! Los presentes estábamos más que convencidos del altísimo nivel de una banda única y diferencial.

 

 

En “Daily Blues” Ambrose toma las riendas vocales en un tema que se acerca especialmente a los terrenos de The Doors, tirando en muchos momentos de jam pura y dura con formas geométricas gigantes apareciendo en la pantalla trasera. El grupo estuvo muy dinámico, y pese al peso musical evidente, también tuvieron momentos de comunicación en los que presentaban a los miembros del grupo antes de atacar “Le Risque” y “The Garden Goblin”, en un tramo de concierto en la que las sonoridades blues campaban por sus anchas, demostrando que el arco del Rey Gizzard tiene multitud de cuerdas. Tiraron de luces rojas y el baterista Michael empezó a berrear como un poseso en tramos de la canción.

 

“Magenta Mountain” representó al disco Omnium Gatherum, del que llegaron a caer hasta tres temas. Aquí ya había evidentes evidencias de que estábamos ante un giro musical, el enésimo, y dos armatostes gigantes y analógicos se colocaron en medio del escenario para que el hip hop, de tremendas influencias The Beastie Boys, diera un cambio revolucionario a toda la propuesta hasta ese momento. Impagable canción en uno de los momentos más intensos y divertidos de una velada que tuvo de todo. Incluso se marcaron un fragmento de “Intergalactic” de los citados Beastie. Probablemente, el gran momento del directo del domingo.

 

 

Retiraron los elementos electrónicos y momentazo brutal de thrash metal en vena con “Converge”. Son pura actitud y hay multitud de detalles técnicos a la vez que los coros siguen marcando esa dosis de personalidad. El final del concierto fue especialmente enérgico con Stu, Amby y el bajista Lucas disfrutando desde encima de la tarima. Crowdsurfing generalizado ante un temazo del disco Infest the Rats’ Nest titulado “Superbug”. Gran canción en la que pasan por terrenos densos y doom en contraste con aires irlandeses, algo que queda realmente diferente y especial.

 

Dijeron que iban a hacer un tema más a pesar de haber superado las dos horas y se marcaron el “Flamethrower”, con esa arrancada de métrica tan marcada y ese redoble de entrada. Ritmos sincopados y luciendo músculo todo el grupo, que sin llegar a emocionarse, eran conscientes de que lo que habían hecho era algo muy especial. Incluso Joey tuvo una proclama política final frente al genocidio actual (uno de tantos) cometidos en nuestro planeta.

 

King Gizzard and the Lizard Wizard están de gira con conciertos de tres días en ciudades elegidas y hacen de ello algo sumamente especial. Me quedé con ganas de haber ido a los tres conciertos puesto que, quienes sí estuvieron, dijeron que habían cumplido con creces y que cada noche es una ruleta imprevisible de estilos. No cayó ese día de Nonagon Infinity, mi favorito, pero tanto da, porque lo que viví dio para dejarme claro que con los australianos es indiferente lo que toquen, incluso si lo conoces o no, pues te vas a quedar boquiabierto igual.

 


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