72/100
26 de julio de 2024
Century Media / Sony Music
Séptimo disco por parte de los Dream Evil de Fredrik Nordström, con una propuesta siempre de sota, caballo, rey en la que tributan a sus héroes metálicos sin aspiraciones más allá de ello. Tras muchos años de espera vuelven al ruedo jugando con lo que mejor saben hacer y evidenciando las evidentes influencias metálicas del combo de Gotemburgo. No esperes giros de guion ni experimentaciones pues lo de esta gente es metal de los 80 con una producción y sonidos tremendos. Mucho deberían aprender de ellos todas esas bandas de tributo pues en su música hay puro disfrute, pero siempre con material propio.
La canción que da nombre al disco es la encargada de abrir siendo un heavy metal tradicional de toda la vida, hímnico, repleto de tópicos, contando con voces agudas y guitarras afiladas. Es lo que uno espera de Dream Evil por lo que podemos decir que gira el mundo y ellos se mantienen fieles al estilo con el que les vimos nacer. “Chosen Force” es un medio ampuloso con extra de teclados que acompañan toda la tonada con un estribillo cantarín muy de la escuela HammerFall.
“The Tyrant Dies at Dawn” es de lo mejor del disco a pesar de que queda todo un poco forzado, pero innegablemente les funciona. Himno de batalla en el que destaca la guitarra de Markus Fristedt y ese doble bombo constante de Sören Fardvik en una pieza épica y pegadiza como pocas. “Lightning Strikes” es heavy metal en vena sin pretensiones y jugando a lo que uno espera del grupo. Todo funciona a golpe de riff y con un buen estribillo, pero nos quedamos en la casilla de salida con un ejercicio de estilo majestuoso, pero sin pretensiones.
En “Fight in the Night” estamos ante un tema tremendamente metálico de riff machacón exagerando lo ofrecido. En algunos momentos me llegan a recordar a los australianos Pegazus pues es como si quisieran ser lo más metálicos y prototípicos posibles. “Master of Arms” es otro bocadillo de tachuelas funcional y directo con una introducción suave. La batería cae a plomo y hay unos interesantes detalles de bajo por parte de Peter Stålfors. Es un tema que puede conectar perfectamente con Primal Fear. Es más, te la puedes imaginar cantada por Ralf Scheepers perfectamente.
“Born in Hell” es de lo más duro del disco con unos coros graves que le dan aires de modernidad, pero el solo de guitara nos devuelve al meta tradicional de toda la vida. Correcto tema potente y metálico que les hace cumplir expediente. En “Insane” hay un ejercicio de base muy Accept, pero el tema tiene su miga. Es de lo mejor del disco con una gran línea en los versos siendo un claro single y demostrando que el grupo puede aportar cosas interesantes dentro de sus marcados encorsetamientos.
Hay momentos realmente Saxon como sucede en “Night Stalker”. El caso es que visten a la canción de una dureza y de metal directo, pero la base es netamente de los ingleses, lo cual funciona y se deja escuchar. También tiran de doble bombo y de guitarras dobladas para poner un poco de tierra de por medio, pero Niklas Isfeldt tampoco dista mucho en los tonos de Biff Byford. “Y.A.N.A.” echa el cierre con más aires Saxon, concretamente del “Dallas 1.P.M.”. Canción atmosférica e interesante con muy buenos momentos, pero nada nuevo bajo el sol. Aunque tampoco lo pretenden…
Séptima obra de un grupo que no sueles ver y que servidor ha podido verles en directo en tierras alemanas años ha. No han inventado la pólvora ni intención alguna tienen de ello, lo cual les da mucha verosimilitud a la hora de grabar discos y de que esto sea un disfrute sin mayores pretensiones. Dream Evil es un tributo al metal del que bebieron sus componentes y el sonido conseguido es realmente excelente. Banda de celebración del heavy metal 80’s puesto al día, poco más. Si vienen, allí estaremos.
Licenciado en INEF y Humanidades, redactor en Popular 1, miembro fundador de TheMetalCircus y exredactor en webs y revistas como Metal Hammer, Batería Total, Guitarra Total y Science of Noise. Escribió el libro «Shock Rock: Sexo, violencia y teatro». Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.