Swallow The Sun sumerge en melancolía Barcelona

Swallow The Sun + Before The Dawn + Stam1na

27 abril 2025

Razzmatazz 2 – Barcelona

Fotos y texto: Markceröck

Barcelona fue testigo de una velada que se convirtió en un viaje emocional a través del metal finlandés en sus múltiples formas. Desde la energía arrolladora y la técnica implacable de Stam1na, pasando por la melancolía poderosa y la oscuridad melódica de Before the Dawn, hasta la introspección devastadora de Swallow the Sun, cada banda ofreció una experiencia única que capturó el alma del público.

 

En un mismo escenario se reunieron tres formas distintas de canalizar la intensidad: la furia técnica, la melancolía combativa y la belleza sombría. Lo que compartieron fue una entrega absoluta y una conexión emocional profunda con los asistentes, que se dejaron arrastrar por la energía, la tristeza y la catarsis colectiva de una noche inolvidable.

 

 

Stam1na abre fuego

Stam1na comienza sus conciertos con una explosión de energía e intensidad, y así es como probablemente suenan estos temas en directo: «Valtiaan uudet vaateet» arranca el show de forma impactante, golpeando al público con una combinación de virtuosismo técnico y furia directa. Con su posible mensaje crítico y su sonido contundente, mantendría la energía alta en el concierto.

 

«Vereen piirretty viiva», un tema intenso, con un ritmo rápido y agresivo que generó una gran reacción del público en vivo, con mosh pits y mucha energía. La banda destaca la precisión de su ejecución y la potencia de su sonido, con Pexi destacando con solos de guitarra virtuosos y veloces. En directo, el grupo podría enfatizar el ritmo y la fuerza de los riffs, animando al público a moverse y a corear. Hyrde lideraría la carga con su voz enérgica y su presencia escénica.

 

La voz agresiva de Antti «Hyrde» Hyyrynen y sus pegadizas melodías atrapan al público desde el primer momento, y la energía de la canción «Kadonneet Kolme Sanaa» es tan contagiosa que el público canta a pleno pulmón los estribillos. Pexi muestra su destreza con riffs intrincados y veloces, marcando el tono del concierto, mientras Hyrde, además de su rol como vocalista, aporta una base rítmica sólida y enérgica con su guitarra rítmica. La batería de Kake marca el ritmo con precisión y potencia.

 

 

«Utopia» continúa con la atmósfera intensa, pero añade más elementos melódicos, con guitarras precisas y estructuras progresivas que crean un paisaje sonoro multifacético, probablemente acompañado de un espectáculo de luces que refleje los diferentes estados de ánimo de la canción, permitiendo al público sentir su fuerza y gancho. «Viisi laukausta päähän», con su estilo rápido y agresivo que desata el moshpit. En directo, su intensidad se intensifica aún más, y el público puede liberar su energía.

 

La cruda potencia de la voz de Hyrde y la precisión de la banda crean una experiencia inolvidable, con Pexi luciendo solos virtuosos y riffs potentes, e impulsando la canción a un nivel aún mayor de intensidad. La batería implacable de Teppo «Kake» Velin impulsa la canción con una precisión y una potencia asombrosas, y Kaikka mantiene el ritmo con líneas de bajo complejas y dinámicas. «Taivas» añade una dimensión más melódica y emotiva al setlist.

 

En directo, la voz de Hyrde puede destacar con mayor claridad, permitiendo al público conectar con la letra y la atmósfera de la canción. Los arreglos de guitarra de Pexi, probablemente con un sonido más limpio, crearían un contraste interesante con la potencia general del concierto. «Metropolio», más épica y atmosférica, muestra la versatilidad de Stam1na. Sus ricos paisajes sonoros y sus pegadizas melodías envuelven al público, y en directo, la canción es probablemente un espectáculo visual, donde sus diferentes capas brillan con fuerza. El público puede sentir la historia de la canción y su fuerza emocional.

 

Pexi demuestra su versatilidad con arreglos de guitarra que van desde lo melódico y atmosférico hasta lo potente y contundente, creando un viaje sonoro cautivador, y Kai-Pekka «Kaikka» Kangasmäki aporta una base de bajo sólida y profunda, que se entrelaza a la perfección con la batería, creando un groove hipnótico.

 

Para cerrar el concierto, «Sirkkeli» sería una elección perfecta. Esta canción, conocida por su energía arrolladora y su ritmo frenético, dejaría al público exhausto pero satisfecho. En directo, la banda lo daría todo, creando un final de fiesta memorable y catártico. La energía combinada de Hyrde, Pexi, Kake y Kaikka culminaría en un final explosivo. En resumen, Stam1na en vivo es una experiencia donde la habilidad de cada miembro de la banda se aprecia en todo su esplendor precisa, y el disco X de 2025 muestra la madurez de la banda, con canciones como «Taivas» que exploran nuevas profundidades emocionales y «Valtiaan uudet vaateet» que demuestran su capacidad para crear himnos potentes y directos.

 

 

 

Before the Dawn cumplen con creces

El escenario se baña en una luz azulada y tenue, creando una atmósfera fría y opresiva. La expectación crece mientras los primeros acordes de «Unbreakable» resuenan, potentes y melancólicos a la vez. Before The Dawn irrumpe en el escenario con una energía contenida pero palpable. Las guitarras de Tuomas Saukkonen y compañía se entrelazan en melodías oscuras y riffs pesados, marcando el tono sombrío de la noche. La voz gutural de Saukkonen, profunda y desgarradora, se abre paso entre la instrumentación, transmitiendo una sensación de fortaleza en medio de la adversidad, aunque con un trasfondo melancólico inherente.

 

Sin apenas pausa, la oscuridad se intensifica con «My Darkness». Los ritmos se vuelven más lentos y pesados, casi doom, mientras las melodías de guitarra se arrastran con una belleza triste y evocadora. La atmósfera se carga de una sensación de introspección profunda. La voz limpia de su líder, cuando aparece, añade una capa de vulnerabilidad y desolación, contrastando con la brutalidad de los guturales y amplificando la carga emocional de la canción.

 

La intensidad se mantiene con «Faithless». Los riffs se tornan más agresivos y rápidos, impulsando la canción con una energía oscura y furiosa. La batería marca un ritmo implacable, mientras el bajo te retumba en el pecho. En vivo, esta canción se siente como una descarga de rabia contenida, con los músicos entregados a la potencia de su sonido. Los juegos de luces, aunque sobrios, acentúan los momentos de mayor intensidad. Un respiro melancólico llega con «Dying Sun». La atmósfera se vuelve más etérea y melancólica, con las guitarras creando paisajes sonoros sombríos y evocadores.

 

 

La voz limpia de Saukkonen toma un mayor protagonismo, transmitiendo una sensación de pérdida y desolación. En directo, esta canción permite al público sumergirse en la belleza triste de su música, creando un momento de conexión emocional profunda. La pesadez regresa con «Chain». Los riffs son densos y arrastrados, creando una sensación de opresión y encadenamiento. La voz gutural domina, escupiendo letras cargadas de angustia. En vivo, esta canción se siente visceral y poderosa, con la banda moviéndose al ritmo de su contundencia, transmitiendo una energía oscura y palpable.

 

La melancolía se intensifica con «Downhearted». La atmósfera se vuelve aún más sombría y reflexiva. Las melodías de guitarra son tristes y penetrantes, y la voz de Saukkonen, tanto en gutural como en limpio, transmite una profunda sensación de desánimo y desesperanza. En directo, esta canción puede sentirse como un abrazo a la tristeza, un momento de catarsis colectiva para aquellos que se identifican con sus emociones oscuras.

 

Un escalofrío recorre el ambiente con «Winter Within». La frialdad del invierno se siente en cada nota, con melodías heladas y ritmos lentos y pesados. La voz de Saukkonen evoca la desolación de un paisaje invernal interior. En vivo, la iluminación suele ser más fría, con tonos blancos y azules que refuerzan la sensación gélida de la canción.

 

 

La intensidad vuelve a aumentar con «Monster». Los riffs se tornan más agresivos y directos, impulsando la canción con una energía oscura y visceral. La voz gutural de Saukkonen se desata con furia, transmitiendo una sensación de lucha interna y confrontación. En directo, esta canción suele generar una respuesta enérgica del público, con headbanging y puños en alto.

 

La furia se desata por completo con «Wrath». Los ritmos son rápidos y frenéticos, la batería golpea con una intensidad implacable y las guitarras escupen riffs cargados de rabia. La voz de Saukkonen es un torrente de furia gutural. En vivo, esta canción es un torbellino de energía oscura, con la banda entregada a la brutalidad de su sonido.

 

 

El punto culminante visual de la noche llega con «Deathstar». La canción en sí es un poderoso ejemplo de su death metal melódico, con melodías épicas y riffs contundentes. Pero el momento especial en vivo es cuando los guitarristas elevan sus instrumentos sobre sus cabezas, un gesto icónico que desata la euforia entre el público. Es un momento de conexión visual y sonora, un símbolo de la intensidad y la pasión de la banda.

 

Tras el clímax de «Deathstar», Saukkonen se dirige al público con un «Deathsong”, soltando un «gracias por venir». La gratitud es palpable, aunque envuelta en la atmósfera sombría característica de la banda. La noche no termina sin un último golpe al corazón con «una canción más para ustedes«. Esta canción final puede variar, pero seguramente mantendrá la intensidad emocional y la oscuridad melancólica que ha caracterizado toda la actuación, dejando al público inmerso en la atmósfera única de Before The Dawn hasta el último acorde.

 

 

Barcelona se hunde en la melancolía de una noche con Swallow The Sun

El aire en la sala ya vibraba con una expectación palpable. Los amantes de los sonidos oscuros y profundos nos congregamos, por fin, tras la larga espera impuesta por los acontecimientos recientes. La promesa de una noche de introspección sonora, cortesía de Swallow The Sun y sus acompañantes, era un faro en la oscuridad para muchos.

 

Tras las actuaciones de las bandas invitadas, que prepararon el terreno con sus propias atmósferas sombrías, el silencio se hizo denso. La espera se sintió eterna para los que estábamos ansiosos por sumergirnos en el universo particular de los finlandeses. La primera fila, mi privilegiado observatorio, era un hervidero de murmullos y cánticos espontáneos, un preludio de la comunión que estábamos a punto de vivir.

 

Las luces se atenuaron por completo, y una atmósfera casi espectral invadió el escenario. Entre sombras y una sutil cortina de humo, los músicos tomaron sus posiciones. El inicio, tal como lo anticipamos, fue un golpe directo al alma con la instrumental «Velvet Chains». Una balada triste y delicada, con una instrumentación mínima que dejaba espacio para la melancolía pura. La ausencia de voz femenina en directo, a diferencia de la versión de estudio, no restó ni un ápice de su belleza sombría, preparando el terreno para el viaje emocional que nos esperaba.

 

Sin apenas un respiro, la banda arremetió con «Innocence Was Long Forgotten». El riff inicial, cargado de una melancolía punzante, se clavó en el ambiente, y el estribillo, potente y pegadizo a la vez, resonó con fuerza. La transición de la delicadeza inicial a esta explosión de sentimiento oscuro fue impecable, demostrando la maestría de Swallow The Sun para navegar entre la fragilidad y la intensidad.

 

La atmósfera se tornó más densa y opresiva con «What I Have Become». Los guturales profundos de Mikko Kotamäki emergieron de la oscuridad, como un lamento desde las profundidades del alma. La base rítmica, sólida y pesada, nos envolvió en una sensación de desolación palpable.

 

Un breve respiro llegó con «When a Shadow Is Forced Into the Light», otra joya de Shining que aportó una nueva capa de matices a la noche. Su melodía, aunque melancólica, poseía un cierto brillo, una sombra quizás menos profunda que las anteriores, pero igualmente una declaración evocadora. La sorpresa de la noche llegó con la oscuridad cruda de «Under the Moon & Sun». Un guiño a sus raíces y una muestra de la versatilidad de la banda para sumergirse en el progresivo más primigenio, manteniendo su sello personal de pesadez y atmósfera.

 

La continuación de su particular «Horror» llegó con «Don’t Fall Asleep (Horror Part 2)». La tensión y el dramatismo se intensificaron, creando una sensación casi cinematográfica. Los cambios de ritmo y las texturas sonoras nos mantuvieron en vilo, como si estuviéramos inmersos en una pesadilla musical.

 

El ambiente se cargó aún más de solemnidad con «Cathedral Walls». Los primeros acordes fueron recibidos con una ovación, y la intensidad emocional de este tema icónico se sintió en cada rincón de la sala. La conexión entre la banda y el público se hizo palpable, con muchas voces coreando cada palabra con una entrega conmovedora. La penumbra volvió a envolvernos con «Charcoal Sky». Su atmósfera densa y triste nos sumergió en una nube de melancolía, con las melodías de guitarra tejiendo paisajes sonoros oscuros y evocadores.

 

La locura se desató con los primeros acordes de «New Moon». La energía en la sala se disparó, y lo que antes era una introspección solemne se convirtió en una catarsis colectiva. Los fans corearon el estribillo con una pasión desbordante, entregándose por completo a la intensidad del momento. Un respiro melódico llegó con «Melancholy», cuyo sonido más accesible y esas reminiscencias inundadas de doom, progresivo, toques de psicodelia y elementos más melódicos la hicieron destacar por su relativa ligereza dentro del setlist, ofreciendo un contraste interesante con la oscuridad predominante.

 

 

La brutalidad regresó con «These Woods Breathe Evil». La canción sonó con una fuerza visceral, conectándonos directamente con esas emociones profundas que caracterizan a la banda. La base rítmica atronadora y los riffs oscuros nos arrastraron a un torbellino de sentimientos intensos. «November Dust» mantuvo esa línea oscura, pero con esos toques de esperanza en su melodía. Esa dualidad entre la oscuridad y un atisbo de luz es una de las señas de identidad de Swallow The Sun, y en directo se sintió con especial intensidad.

 

El cierre del set principal llegó con la épica «Swallow (Horror Part 1)», esta joya del disco nos llevó por un torrente de emociones cambiantes. Su complejidad y la forma en que evoluciona a lo largo de sus minutos la convirtieron en un clímax perfecto para la noche. Sin embargo, la sensación general fue la de haber vivido una experiencia profunda y conmovedora.

 

Mikko Kotamäki se entregó por completo, aferrado al micrófono como si cada palabra fuera un pedazo de su alma. Su voz, aunque quizás un punto baja para tu gusto, transmitió una carga emocional innegable, tanto en los pasajes limpios como en los guturales desgarradores. El resto de la banda estuvo impecable, creando esa muralla de sonido melancólico y opresivo que es la marca de Swallow The Sun. Juha Raivio, en la guitarra principal, tejió melodías oscuras y punzantes, mientras que Matti Honkonen y Juuso Raatikainen proporcionaron una base rítmica sólida y poderosa. El apoyo de Juho Räihä en la guitarra rítmica y Jaani Peuhu en los teclados fue fundamental para crear esas atmósferas envolventes y necesarias.

 

Como bien dijo Mikko, sus canciones son historias brutales de sus vidas, y esa honestidad cruda y sin filtros se sintió en cada nota, en cada palabra. La música de Swallow The Sun no es para pasar un rato ligero: es una inmersión en las sombras, en las batallas internas que todos enfrentamos. Y vivirlo en directo, rodeado de otros que comparten esa conexión con su oscuridad melancólica, es una experiencia que trasciende lo puramente musical. Fue una noche donde la pesadez, la melancolía y el dolor se hicieron carne, dejando al público inmerso en un estado de catarsis emocional en bucle.

 


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