Opeth – The Last Will and Testament

88/100

22 de noviembre de 2024 

Reigning Phoenix Music

14 discos en estudio de Opeth ya y cinco años después de In Cauda Venenum, los de Martin Åkerfeldt tienen dos novedades realmente importantes: por un lado, presentan a su nuevo baterista Waltteri Väyrynen que sustituye a una eminencia como ha sido Martin Axenrot en las filas del grupo. La otra novedad, y la más sonada e inesperada, es que vuelven las voces guturales a Opeth, algo que no sucedía desde Watershed en 2008. Y el grupo se marca un disco conceptual, algo que no hacían desde que entregasen el maravilloso Still Life. Y la inspiración para toda esta historia ha sido básicamente por el visionado de la serie “Succession”.

 

Pero hay más novedades y lujos en lo que es este conceptual disco que tiene a la muerte entre ceja y ceja, y son las participaciones de músicos de relumbrón. Está Joey Tempest de Europe a los coros e Ian Anderson, líder de Jethro Tull con su flauta y sus partes narradas (lee el testamento). Hay un arpa y toda una sección de cuerda que le da un aire muy especial al disco: la London Session Orchestra. Definitivamente la sensación de reencontrarte con un amigo que hacía mucho que no veías, es lo que sientes desde que empieza a sonar The Last Will and Testament.

 

La canción que da inicio al disco “§1” me transporta directamente a los tiempos de Watershed. Oscuridad imperante, densidad progresiva, cadencias lúgubres con efectos y combinación de guturales y voces limpias. Es de esos temas que escuchas y te parece que sea un clásico de tiempos pretéritos. Definitivamente el grupo ha recogido cable y firma temas más que notables. Hay tramos instrumentales rotundos, relojes que suenan y un final casi orquestal que queda inmaculado.

 

La atmósfera inquietante de “§2” da paso a una de las composiciones más duras y directas con protagonismo total para los guturales de Mikael Åkerfeldt. La gracia del tema es que combina momentos de reposo con potencia y ese recuerdo absoluto a los primeros pasos del grupo. El lujo lo pone la voz en off de todo un Ian Anderson metido a narrados. Y la canción sigue avanzando, con preciosos juegos en los breaks de la batería por parte de su nuevo (y espectacular) baterista. Momento de piano y pasaje folk absolutamente genial. De lo mejor de un disco en el que hay un alto nivel en todos los aspectos.

 

La “§3” viene con juegos progresivos desde el primer minuto, con aires dramáticos y mucha profundidad. Gana con esos coros solemnes y unos aromas arábigos en las orquestaciones y arreglos. El bajo de Mendes toma las riendas por momentos y el grupo disfruta con un despliegue técnico evidente. Hay trabajados ecos y mucha emotividad. Dándole mucha personalidad al corte.

 

El tema “§4” es una absoluta maravilla en la que nos devuelven sensaciones y sabores clásicos. Más de siete minutos de monumentalidad, con guturales y juegos de estructuras cambiantes que terminan con un generoso tramo instrumental en el que indagan en esos loops con variaciones con repetición hipnóticas y tan definitorias de la banda. Hay momentos de balada, minimalistas y preciosos con el arpa de Mia Westlund incorporada. Y lo que más sorprende es ese diálogo entre guitarra y flauta travesera de todo un Ian Anderson que te vuela la cabeza… ¡Menuda pieza maestra!

 

En la extensa “§5” empezamos con juegos de ritmo hipnóticos y los magistrales juegos de Waltteri tras los parches. Los momentos acústicos con coros contrastan con otros tramos orquestados y sorprende ese final en fade out. “§6” cuenta con la sección de cuerdas dando ampulosidad al inicio del tema. La cosa avanza por derroteros intrincados y con mucha pegada, con un excepcional Väyrynen a la batería y los múltiples detalles de guitarra de Fredrik Åkesson, pero lo que destaca especialmente es ese final tan bonito y delicado.

 

 

Enigmática e inquietante se nos presenta “§7” con sus juegos de coros y el teclado de Joakim Svalberg dando una atmósfera opresiva, acompañada por las voces narradas y la flauta de Anderson. Es un tema muy contundente y oscuro, plagado de voces guturales, pero a la vez, se busca el contraste con parones y con pasajes que casi suenan angelicales, con coros casi de iglesia. La verdad es que es sumamente original todo. El final del disco comprende “A Story never Told” con sus más de siete minutos y en la que las voces rasgadas o guturales están proscritas. Tema netamente progresivo, con mucho piano y a ritmo de balada evocadora y melancólica. Una gran composición que quedará eclipsada por las anteriores debido a que aquí la noticia es que lo gutural está de vuelta.

 

Lo que está claro es que Opeth han vuelto a sonar por lo que van a ser recordados y que “MiguelitoÅkerfeldt han reemprendido un poco la senda que llevaban de 2008 con un disco especialmente inspirado, complejo y que ha sido acompañado de un documental en el que el líder de la banda nos cuenta canción por canción el concepto general y las letras en especial. La formación actual es rotunda y los cinco años de espera les han sentado más que bien. Los temas van como empalmados, siguiendo una línea argumental y musicalmente suena todo rotundo, gracias al trabajo de Stefan Boman y con Miles Showel masterizando en Abbey Road. Imposible que esto saliera mal… Ganas de ver este material en directo.

 


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