85/100
8 de noviembre de 2024
Century Media Records
Adentrarse en un nuevo disco de Sólstafir es dejarse seducir por un sonido particular y muy reconocible, crudo y con mucha textura musical. También es dejarse llevar por la magia de disfrutar de canciones sin necesidad de entender sus letras, ya que están cantadas totalmente en islandés. «Hin helga kvöl» es el octavo disco de la banda, título que significa «El Santo Sufrimiento». Es una exploración cruda y profunda de las emociones, que es precisamente algo que su música consigue transmitir, y también habla de la lucha contra las dificultades y el sufrimiento al que nos enfrentamos en nuestra vida.
Al escucharlo, nos vamos a encontrar con esa bien medida mezcla entre post metal, black metal y metal clásico, aliñado con toques punk y rockeros. Tienen un sonido muy característico, con una atmósfera oscura presente en todas las canciones que hará las delicias de los amantes del rock islandés. No me refiero a esas atmósferas opresoras que parecen dejarte sin aliento de algunas bandas de black más clásico, sino más bien en una que evoca niebla, y que le da a todo un halo de misterio y misticismo. Es música muy texturizada, que casi puedes tocar, y su tacto es rasposo y crudo, es como el ruido que aparece en las imágenes de un viejo video, con colores grises como un cielo encapotado. Este trabajo propone distintos ritmos y estilos musicales. Hay algún tema totalmente blackero con una batería atronadora, otros más rockeros o lentos, pero cada uno forma parte de un todo de forma perceptible.
En este trabajo, Sólstafir está formado por la voz y las guitarras de Aðalbjörn Tryggvason, el bajo de Svavar Austmann, la batería de Hallgrímur Jón Hallgrímsson, y la guitarra de Sæþór Maríus Sæþórsson. «Hin helga kvöl» también supone el estreno de la banda con el sello Century Media. Es un trabajo magnífico y muy variado, de esos que estoy seguro que disfrutarán los asiduos a la banda, pero también quienes estén buscando algo fresco, diferente, y alejado de lo convencional.
El viaje musical comienza con «Hún andar», cuyos primeros segundos son lentos, para enseguida cambiar a un medio ritmo muy post rockero. Combina una melodía vocal melancólica con una atmósfera oscura, queda y calmada. El tema es un obituario a una persona que sigue viva, pero cuya mente ha desaparecido, y aun sin saber islandés para poder fijarse en la letra, es un sentimiento que casi puedes notar en la música.
Tras una introducción relajada, seguimos con «Hin helga kvöl», que es puramente black metalera con una batería atronadora. Suena agresiva, y con toques ochenteros a lo Slayer, todo envuelto en el paisaje sonoro de la banda. Esto hace que el sonido sea menos afilado y estridente, pero le da una crudeza y un ambiente opresivo que le queda muy bien. El tercer corte es «Blakkrakki», donde las máquinas se ralentizan para presentarnos un aire más rockanrollero y un estribillo con mucho gancho. Este ha sido uno de los sencillos lanzados por la banda en las últimas semanas, en el que se han tocado sobre un remolque a alta velocidad para mostrarnos todos los paisajes de su país.
La siguiente parada en el viaje es «Sálumessa», que es la canción más lenta del disco. Su ritmo es lento y desolador, que hace que la atmósfera sonora que caracteriza a la banda se lleve todo el protagonismo. Es una balada lenta, sin estridencias ni agresividad, solo un canto triste adornado con un ambiente sonoro que te va quitando el aire según va ganando intensidad en sus últimos minutos. Y tras este primer descanso seguimos con «Vor ás», que es una canción muy rockera protagonizada por el intercambio de frases entre la voz principal y el coro. La voz dice algo, y los coros lo repiten con un efecto muy bueno que recuerda a décadas pasadas. Su ritmo es agresivo, pero no demasiado rápido, y el estribillo es lento y se deshace en ecos lejanos en un efecto elegante que le da mucho dramatismo. Al final vuelve el juego de voz y coros, solo que ahora estos tienen voces femeninas que le da un toque muy ochentero.
El siguiente corte es «Freygátan», que empieza como una segunda balada casi desnuda, solo con voz y piano, aunque a la mitad de su minutaje entran la batería y las guitarras con unos aires muy post-rockeros, y con detalles aquí y allá, como una guitarra doblando la voz. El resultado es una balada potente y con mucha personalidad. Luego llega «Grýla», que es un estallido de rock mucho más agresivo e incisivo, casi grunge. En su segunda mitad hay un momento de calma instrumental, que sirve como preludio antes de que estalle una tormenta musical más rápida y heavy.
«Nú mun ljósið deyja» es la octava pieza del trabajo, que recoge el testigo para aumentar la intensidad de la tormenta llevándola de nuevo a un sonido mucho más black metalero. Pero a diferencia del segundo corte del disco, aquí la batería suena algo más amortiguada, lo que hace que la agresividad se sienta elegantemente dispersada por la atmósfera sonora de la banda. Y todo termina con «Kuml (forspil, sálmur, kveðja)», que es prácticamente un canto religioso. Es un tema mucho más ambiental, y totalmente diferente al resto, pero que sirve como un muy final muy oscuro que gana enteros en intensidad y dramatismo cuando al final entran todos los instrumentos.
Sólstafir es uno de esos grupos que siempre he disfrutado, pero que nunca he buscado a propósito para ponérmelo una y otra vez. Pero he de decir que este disco me ha gustado, me ha seducido y me ha convencido. Tal y como bromeé con mis compañeros antes de finalizar esta reseña, termino de escucharlo y tengo la sensación de que si toso me saldrá niebla por la boca. Y eso es bueno, porque es precisamente lo que le da a este trabajo un toque distintivo, eso que hace que la banda islandesa pueda tocar varios palos y sonar siempre como ellos mismos.

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One thought on “Sólstafir – Hin Helga Kvöl”