Recorda Fest – 6 de septiembre de 2024
Puerto de A Coruña
Es particularmente especial para mí que la primera crónica en esta nueva aventura, Stairway to Rock, sea precisamente de Rulo y la Contrabanda. Si bien sigo a muchas bandas del panorama nacional, Rulo es, sin duda, mi cantante predilecto. Probablemente es de quien más conciertos he visto y en parte responsable de que, a día de hoy, sea quien soy y escuche la música que escucho.
Atrás quedaron los tiempos de La Fuga, banda de la que fue líder. Han pasado tantos años que ha sobrepasado en solitario el tiempo que estuvo en su anterior grupo, pero muchos llegamos hasta Rulo gracias a su carrera con la banda de Reinosa.
Rulo lo arriesgó todo: en 2010 abandonó La Fuga cuando estaban en su momento de mayor éxito, e incluso cedió el nombre. A partir de ahí decidió comenzar su carrera en solitario y, oye, no le ha ido nada mal.
La Contrabanda que le acompaña se ha mantenido prácticamente invariable todos estos años, con Dani Baraldés y Fito Garmendia en las guitarras, Quique Mavilla al bajo y Chino en la batería.
Desde aquel 2010 ha lanzado cinco discos de estudio y otros tantos en directo (tanto en formato de audio como en DVD), además de dos libros. Su próximo DVD, Una noche en el botánico, verá la luz el próximo 8 de noviembre, y con suerte podremos entrevistar al cántabro para que nos cuente todos los detalles.
Pero entremos en materia. Rulo y la Contrabanda fueron el principal reclamo de la primera jornada del Recorda Fest, en la que también actuaron bandas como Sidecars, Amaral o Sidonie. Nada interesante que resaltar, la verdad.
El formato festival obliga a ceñirse a tiempos más ajustados y eso, inevitablemente, recortó el setlist. En una hora de concierto, escuchamos 14 canciones que condensaron temas de su último trabajo, 5, y un repaso de sus anteriores discos, sin olvidar un guiño a su época en La Fuga.
Un vídeo introductorio proyectado en la pantalla con un Mariskal radiofónico presentó a Rulo y sirvió de antesala a las primeras notas de Confeti, donde ya toda la banda saltó a escena. Tema de su último trabajo y elección perfecta para abrir la velada por su carácter rockero y movido. No había tiempo que perder y los primeros temas se sucedieron casi sin descanso, con un Rulo que aprovechaba cada canción para intercambiar su extensa colección de guitarras. Me gusta o Noviembre sonaron en esta primera parte.
El primer momento en que Rulo se dirigió al público llegó con Verano del 95, proclamando su filosofía de vida, lo que animó al público a cantar a coro con el cántabro. Otro de los temas que más impactó fue el siguiente en sonar: Tu alambre. El primer guiño a La Fuga llegó con Buscando en la basura, un tema ya himno por excelencia, al que siguió Heridas del rock ‘n roll, donde Rulo nos deleitó con una primera parte acústica a la guitarra y a capela, él solo en el escenario. La banda se unió tras la primera estrofa y el estribillo.
Rulo siempre ha querido destacar la importancia de la banda que lo acompaña, y, desde un papel más «tímido», Dani, Quique y Fito forman un trío musical bien cohesionado que mantiene viva la esencia del rock que Rulo nunca ha querido abandonar.
Inevitablemente, se acercaba el final del concierto y volvimos a retomar la etapa de La Fuga con Por verte sonreír y P’aquí P’allá. No tengo una especial afinidad por la primera; siempre me ha parecido que ha estado sobreexplotada y, para nada, es de los mejores temas de La Fuga. Sin embargo, es la que el público más demanda. Con P’aquí P’allá, Rulo bajó a cantar con el público y, ahora sí, se ganó a toda la audiencia, que coreó este estribillo tan reconocido con entusiasmo.
Dentro del repertorio, no podía faltar como homenaje a su carrera y a su vida Dentro de una canción. Finalizaron con la bien escogida 32 escaleras, que puso el broche final a la noche, tema ya obligado para cerrar el concierto.
Agradecimiento especial a Rubén Porca Calvo, de Galicia en Concierto, por ceder las fotos.
