El power metal siempre ha pecado de poseer algunos de los tropos más reconocibles e incluso menospreciados dentro del metal, ya sea por su ejecución musical o por su estética fantástica. Y en medio de esta vorágine de clichés, de melodías suaves y bandas principalmente europeas, Iced Earth, liderados por el incansable Jon Schaffer, se alzaron como una rara avis que aunaba las connotaciones épicas que llegaban desde el viejo continente con el sonido más agresivo del thrash y el death metal estadounidense.
Iced Earth están de cumpleaños, y es que han pasado nada más y nada menos que 30 años desde su disco homónimo debut, un trabajo que sorprendió a propios y extraños por un sonido que no encajaba ni en el consolidado thrash ni en el floreciente death de Florida. Aunque su frescura fue bien recibida por la escena, Iced Earth probó suerte inicialmente en un mercado europeo y japonés mucho más amable con el power metal, y aun así, supuso el primer gran trabajo de lo que luego se denominaría power metal americano.
¿Pero por qué creeros las divagaciones de un servidor? Llamamos a Jon para que nos hable un poco del origen de la que es una de las bandas más rompedoras del género, de cómo será esta edición de 30 aniversario y para charlar del futuro del grupo en estos convulsos tiempos de pandemia. Para aquellos que no le conozcan, Jon Schaffer no es un músico que se muerda la lengua, y desde luego no es de aquellos que solo hablan con la prensa para venderte su próximo disco, y aunque comenzamos hablando de música, pronto la entrevista toma un rumbo muy interesante.
30 años de un debut inolvidable
Buenas tardes Jon. Parece que pese a la locura que ha sido este 2020 has estado bastante ocupado. ¿Podrías decirnos qué has estado haciendo?
Pues solo este año he hecho once producciones, que no son pocas. 2019 fue un año principalmente para Demons and Wizards, mientras que 2018 se lo dediqué a Purgatory, mi E.P. en solitario. Este año ha sido para mi libro, para la regrabación del primer álbum de Iced Earth, he producido a una banda llamada Winterfall, he estado trabajando en el Schaffer/Barlow Project… En retrospectiva creo que han sido muchas cosas, he podido amortizar el no viajar trabajando.
Como has dicho, Iced Earth celebra 30 años, y lo celebráis con un remix del mismo. ¿Cómo ha sido para ti revisitar este trabajo tantos años después?
La idea no fue mía realmente, sino de mi jefe en Century Media, que quedó impresionado con el remix del “Killing is my Business” de Megadeth. Lo escucharon y al instante decidieron que querían algo parecido con nuestro debut. No soy fan de Megadeth, así que no he escuchado este remix y realmente no tengo ni idea de cómo suena, pero funcionó muy bien económicamente. Lo que si que puedo anticipar es que la producción es una maravilla, y que la batería y el bajo tienen un ataque que no contaban en el mix original, lo que nos ha permitido tener que cambiar muy poco del resto para que conserve su esencia a la vez que suena mejor que nunca. Técnicamente estamos hablando de una transición a digital desde el analógico.
¿Sabes que pasa? La grabación de Iced Earth fue hace mucho tiempo, y la mentalidad que teníamos en aquel entonces era muy distinta a la que podríamos tener ahora, peor aún así creo que es un debut del que cualquier banda estaría orgullosa, así que espero que se una forma de redescubrírselo a una nueva generación. El mal sonido es una marca de nostalgia. Ya sabes: es el primer disco, no teníamos ni un duro, grabamos en tres días…
¿Has querido hacer el álbum que te hubiera gustado hacer en aquel entonces o has decidido dejarlo como estaba?
No, para nada he querido que la nostalgia o lo retro se adueñara. Como has dicho, cuándo grabas tu primer álbum tienes dos problemas, y es que no tienes ni experiencia ni dinero. Por eso la mayoría de los álbumes debut suenan así, porqué suele ser talento crudo en medio de un montón de errores. Realmente es algo que tardas varios discos en dominar del todo, y aún después de tanto tiempo, lograr que tu visión encaje con un presupuesto es todo un arte. Pero cuando eres joven cometes muchísimos errores, pero eh, es parte del proceso de aprendizaje.
Creo que muchas bandas creen que puedes estar grabando eternamente, como un proceso de disco/gira sin fin, cuándo es una gran falacia de la industria. Al final del día es una inversión que debes valorar según tu capacidad de facilitar un producto. Poniendo de ejemplo Iced Earth, nos dieron menos de una semana y 7.000 dólares, algo que hoy en día sería impensable, y aun así dimos la talla. Grabamos como si nos apuntaran en la nuca en todo momento.
La tecnología de hoy en día te permite hacer unos remixes que antes eran impensables. Quiero decir, ya sacamos un remix de algunas canciones para unas ediciones especiales, y en unos pocos años se han quedado desfasadas con lo que se puede hacer en 2020. Es alucinante, y si empezáramos ahora muchas cosas serían distintas, pero poder entrar en un tema y elevarlo a nuevas dimensiones es algo que me resulta fascinante.
¿Qué impacto tuvo su lanzamiento? Siendo Florida en 1990, quizás todo el mundo estaba esperando un álbum de death metal.
La primera consecuencia fue que estuvimos cinco semanas de tour de promoción en Europa, y de hecho ahí conocí a Hansi (Hansi Kürsch, Blind Guardian y Demons and Wizards), y también decidimos que eventualmente saldríamos juntos de gira. La recepción fue magnífica. En Europa salió en noviembre del ’90 y en casa en el ’91. Eran otros tiempos, tú que eres joven debes de estar muy confuso (risas). Los mercados estaban repartidos por todo el mundo, y por ejemplo los japoneses lo querían antes que nadie, ¡por eso se llevan los bonus tracks más chulos!
Hoy en día es muy fácil planear un lanzamiento global, quiero decir, subes una canción a Spotify y de pronto todo el mundo puede escucharla, pero antes debías planear todo con mucho detalle, y pensar de qué forma podías atraer a uno u otro público a tu sonido.
Y ya que has mencionado a la escena de Florida, debes saber no era tan buena, simplemente había muchas bandas y ya está, pero no nos sentíamos parte de un movimiento ni nada. En Europa por ejemplo había la creencia de que había esta gran escena de death, pero nada más lejos de la realidad. Si, había muchas bandas, pero solo había como dos garitos en los que tocar, e íbamos todos ahí a apiñarnos.
No era como la Bay Area, eso sí que fue algo enorme. Éramos afortunados por el estudio del que disponíamos, y todos querían grabar en Morrisound Studios porqué eran grandes profesionales, pero ellos jamás anticiparon que serían recordados como el gran estudio de un movimiento. No había una escena como tal de la que sentirnos parte, y de hecho te diré que era triste porqué en casa no le importábamos a nadie.
Al final nuestro objetivo era saltar a Europa. Si nos hubiéramos quedado en Florida nos habríamos estancado como banda, y por eso nos movimos a Indiana y desde ahí comenzamos a trabajar la costa estadounidense. De no ser por este movimiento por nuestra parte, jamás habríamos sido reconocidos en Estados Unidos. Pese a todo la reacción fue enorme para ser un disco debut. Quiero decir, yo no tenía apenas expectativas, e incluso tras el tour europeo, que fue todo un éxito, jamás habría anticipado que Iced Earth gustaría tanto.
Recuerdo que tuvimos una gira con Blind Guardian, y que nuestro primer concierto fue en Hamburgo, y justo antes de salir a tocar el público se puso a corear nuestro nombre. Claro, como una banda novata que está lejos de casa tu reacción es: “¡Mierda, que nos conocen!”. Mi preocupación siempre fue hacer la mejor música posible, sin pensar realmente en la repercusión que tendríamos en casa, porqué sí, muchos de los chicos de Florida son mis amigos, y el death tiene elementos técnicos muy interesantes, pero me gusta cantar, no gruñir. Nunca he entendido su música, y ver que de pronto esta clase de gente admira tu música fue algo increíble.
¿Qué canciones de este debut te gustaría incorporar a futuros sets de Iced Earth?
Bueno, vista la situación actual del mundo, no tengo claro cuándo volverá a haber una actuación de Iced Earth. Siempre he pensado que sería increíble recuperar “Funeral”, porqué es un temazo que hace muchísimo que no tocamos. “When the Night Falls” y “Iced Earth”, “Colors” la estuvimos tocando hace unos 10 años… Ahora no se me ocurren más, pero te garantizo que van a caer más, al final será cuestión de ensayarlo.
Para esta edición de 30ª aniversario hay incluso otra portada, pese a que ya la cambiasteis al poco de lanzar el trabajo en su día.
En ese primer periodo ni siquiera tenía control sobre la portada, fue todo cosa de Century Media. Querían barajar cómo el tener varias portadas podría influenciar un mercado de coleccionismo. El demonio y el ángel fue la primera portada, y luego le siguió la del ángel caído. Apenas hubo tiempo entre ellas.
Todo fue muy caótico, y me frustró no poder tener control sobre esto, y por eso desde entonces es algo sobre lo que siempre he estado muy encima. En su día algún cretino de Century Media le quiso poner una portada más estilo cómic, porqué antes de este remix ya han relanzado este disco como seis veces. Al final somos músicos, solo deberíamos preocuparnos por que todo suene bien, y aún así si no vas con cuidado te la cuelan. Al final hay una portada que hemos elegido nosotros y será paralela a la del lanzamiento discográfico, mucho más acorde a los deseos de la banda. Solo habrá 300 copias, y solo podrá comprarse por la web de la banda.

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