Walter Trout eleva su blues de leyenda en la segunda de las Razz

Walter Trout

26 de noviembre – Razzmatazz 2 – Barcelona

Live Nation

Crónica: Jordi Tàrrega

Fotos: Facebook Walter Trout (Bilbao)

Impresionante velada a cargo de uno de los más grandes guitarristas de la historia del blues y el rock. El señor Walter Trout vino a Barcelona en una sala Razzmatazz 2 que lucía cortina, hecho por el cual te deja todo a medias, pero ni eso, ni tampoco el hecho que no llevara merchandising alguno, fue impedimento para que los presentes disfrutaran de un concierto espectacular. Media de edad muy alta y predominante el género masculino para asistir a una velada con el señor “trucha” (Trout en inglés es trucha).

 

Allí había un quinteto de músicos de la vieja escuela que fue a degüello desde la inicial “I Can Tell”, versión de Bo Diddley. Espectacular solazo y voz a lomos de un conjunto rodado y efectivo. Teclista y bajista lucían gafas de sol y sombrero, pues la imagen molona siempre ha sido importante. No pasa el tiempo para un Trout que saca adelante la exigencia de cortes como “Courage in the Dark”. Antes, ya nos saluda y nos confiesa que ama la ciudad de Barcelona, pero… “Para la edad que tengo (73), todo sitio es bonito para mí”.

 

El “Wanna Dance” sonó muy a Neil Young y la clase de los músicos hace que se alarguen las canciones a demanda de un líder que, brilló especialmente y que sorprendió por el inmenso nivel vocal. Incluso se adornaba en algunos agudos. “Tengo 73, pero me siento como si tuviese 25”… Para “Say Goodbye to the Blues” tuvo un extenso speech sobre John Mayall, con quien giró siete años de su vida. Emociones a flor de piel y puro feeling, tanto en guitarra como en voz en un homenaje a su gran inspiración vital. Se llegó a referir a Mayall como a “un padre”.

 

Hubo luego ese incómodo momento en el que la canción demanda silencio, pero siempre hay gente que prefiere charlar a viva voz… Se consiguió al final, y luego, atacó la enérgica “Ride”, con unos coros inmensos por parte del baterista. Este tema constata que, actualmente, Trout sigue siendo capaz de sentar cátedra en estudio. Tema de su penúltimo álbum con un acercamiento claro al rock sureño. Dedicó “Follow You Back Home” a todos los enamorados, y de verdad que la banda acompaña toca con una maestría absoluta. Alargaban los temas y la sensación de jam general flotaba en el ambiente. Aquí Brad Smith Daniels estuvo a la guitarra acústica, él iba combinando.

 

 

Momento para tocar “una canción triste”, para referirse a un “Bleed” que caló hondo entre los presentes y en la que no participó al joven guitarrista antes citado. Genial el trabajo del teclista para un blues acelerado y certero, Nos contó que había llegado a tocar con John Lee Hooker y que una vez le dio un consejo que nunca olvidará: y empezó a balbucear imitando su voz, y nos tronchamos de risa. “¡Nunca supe qué me había dicho, pero seguro que era un buen consejo!”. “We Are All in this Together” fue la siguiente con Walter sólo con guitarra y voz. Nos dijo: “A veces me siento como BB King”, y aquí fue cuando cogió la eléctrica y entró toda la banda con él.

 

En ese disco del mismo nombre de 2017 se rodeó de la creme de la creme del blues, así que empezó a decir los nombres de los músicos que participaron, y la lista tiraba de espaldas. Incluso se vino arriba e incluyó, a modo de broma, los de David Hasselhoff y Barbra Streisand. Fue en esa larga jam que nos presentó a su joven guitarrista Brad Smith Daniels, y un poco, era como si presentara a su protegido y continuador, pues el chico canta y toca de maravilla. Gran momento combinando ambos vocalistas a las voces.

 

El momento más bonito y sensible fue cuando Trout nos contó que el trasplante de hígado le había salvado la vida y que en el hospital no era capaz de reconocer ni a su esposa ni tampoco de hablar. También nos animó a hacernos donantes de cualquier órgano que tuviésemos, pues eso salva vidas. Luego presentó a los músicos, destacando el bajista, que ha tocado con, atención: Neil Young, Joe Satriani, Steve Vai, Eric Johnson, Steven Tyler, Ritchie Heavens, Willy Nelson y Bob Dylan… Hubieron solos de bajo y de teclado y el cansino “oé oé oé”.

 

Ya en los bises cayó el “I’ve Had Enough” en la cual el excepcional bajista cantó tras sus gafas de sol y bajo su gorro en un tema que puso la sala en ebullición. Jam extensa y lucimiento de todos los instrumentos. La despedida la puso la pausada versión de la canción de Bob Dylan “I Shall Be Released”. Puro feeling y piel de gallina en un atronador concierto de lo más completo, y hubo un momento flamenco en su guitarra como guiño al país.

 

Dos horas de material clásico a manos de una leyenda absoluta de las seis cuerdas con una formación de lujo y un Walter Trout impresionante. Sus 73 años no le pesan para nada y su trasplante de hígado parece que no le ha afectado para nada. Voz y guitarra sonaron a gloria en un concierto al que sólo le pongo el pero de que no hubo merchandising para comparar. Noches como esta en la que vas a ver un clásico pueden ser mágicas. No nos equivocamos con nuestra asistencia.

 

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