21 de septiembre de 2024
Sala Razzmatazz 2
Organiza: RM COncerts
Fotos: Marc Tomàs
El nombre de Vandenberg siempre será asociado a la realeza del hard rock y sólo por eso ya valía la pena ir a ver a este coloso que acostumbra a vestir con look de leopardo como marca de la casa. Huelga decir que era una mala noche con una tremenda oferta… Ayer tocaban Vhäldemar, su exvocalista Ronnie Romero y nuestros amados White Coven. Pero es que Barcelona estaba en plenas fiestas de la Mercè, patrona de la ciudad condal, y además… llovió. Es por todo esto que la sala presentó algo más de meda entrada, y también creo que las expectativas que llevábamos en la mochila eran muy altas.
Sabíamos que iba a tirar de clásicos de Whitesnake, los cuales, tiene todo el derecho del mundo a tocar. También sabíamos que Mats Levén estaría de vocalista y que el set era alarmantemente corto. Pero disfrutamos… Pudimos ver cómo las gasta el bueno de Adrian con una banda cumplidora, que salió 17 minutos tarde. Saltaron a escena con un mix imposible del “Claro de luna” con la banda sonora de “Tiburón” para luego asaltar un “Hit the Ground Running”. El cuarteto cumplía expediente con un tema del nuevo discoSin a lomos de un sonido que no pasó del correcto.
Las cosas mejoraron con “Fool for Your Loving” de la serpiente blanca, y nos sobrevoló ese espíritu de estar viendo a una banda de versiones. Quedó patente que los presentes estaban allí por el legado de Coverdale, pero el “Your Love Is in Vain” nos recordó que el neerlandés tiene material sobrado para hacernos disfrutar de lo lindo. Y Mats cumplió sobradamente, pero lejos está de ese vocalista que cuando vino, años ha, con Therion, y enamoró a todo el mundo. Dio la sensación en todo el concierto que se reservaba, y eso sumado a los teclados enlatados, pues como que no terminó de certificar el potencial que poseen.
Baterista y bajista cumplieron bien, el sonido mejoró y el “Gimme All Your Love Tonight” hizo que toda la sala cantara el estribillo. “Freight Train” fue un guiño al disco 2020 para luego conseguir uno de los momentos más hermosos de la velada con el “Sailing Ships”. Vandenberg y Levén mano a mano, y aquí sí que desplegaron magia y potencial bajo luces amarillas. Siguió ese gran momento con “Judgement Day” y Vandenberg regaló grandes momentos con su guitarra vestidos con su contagiosa sonrisa. Lo que poca gente entendió es que a pesar del set corto metieran un solo de batería prototípico de heavy metal, repleto de clichés que funcionan, pero poco más.
“Wait” y “Shadows of the Night” reivindicaron su legado pasado y presente para luego quemar las naves y soltar los grandes temas que todo el mundo iba a ver. Empezaron con el “Craying in the Rain”, ya con los móviles prendidos para no perder comba de lo que pasaba sobre escena. Parón para volver con los bises y la fantástica “Burning Heart”, esa gran balada que estuvo a punto en su día de ser un tema más de Whitesnake. Sonó a gloria, y Mats la bordó. Y luego ya cayó el “Still of the Night”, tema fundamental de 1987, aunque la voz del vocalista andaba bastante raspada.
Obviamente se lo llevaron de calle con el “Here I Go Again” con toda la sala cantando, pero la sensación de que la cosa podría haber dado para mucho más era más que palpable. Nos faltaron clásicos de Vandenbergpor mucho que disfrutásemos en muchos tramos del concierto. También toca decir que las expectativas estaban muy altas… Salimos (muy pronto) de la sala y fuimos para casa contentos, pues vimos a todo un Adrian Vandenberg sobre escena. Una segunda guitarra o un teclado en directo hubiesen sido un plus para un directo cumplidor. El problema reside en que si esa misma noche se hubieran unido un par de conciertos la cosa podría haber salido espectacular… Vandenberg + Ronnie Romero + Vhäldemar o White Coven hubiese sido estelar.

Licenciado en INEF y Humanidades, redactor en Popular 1, miembro fundador de TheMetalCircus y exredactor en webs y revistas como Metal Hammer, Batería Total, Guitarra Total y Science of Noise. Escribió el libro «Shock Rock: Sexo, violencia y teatro». Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.
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