75/100
8 de noviembre de 2024
Reigning Phoenix Music
Tungsten es la banda formada por Anders Johansson, el vikingo que fuera baterista de Malmsteen, Manowar y HammerFall junto a sus dos hijos Niklas «Nick» Johansson y Karl «Kalle» Johansson. A ellos se les sumó es impresionante cantante Mike Andersson, y no sólo firman su cuarto trabajo, es que también han fichado por Reigning Phoenix Music, un sello “nuevo” en el que hay nombres más que destacados y reputados como Helloween o Amorphis.
He podido hacer una reseña de cada disco y les sigo con atención a pesar de que en cada disco se acercan más a estas bandas actualmente “de moda” como Amaranthe, All for Metal, Dragonforce o Alestorm. Grupos todos muy festivaleros con temas muy pegadizos, con mucha carga electrónica, pero con una gran propuesta. Con cada disco corren más riesgos y van del folk a los sonidos Rammstein, consiguiendo que todo encaje y luzca.
Los ritmos maquinales y la oscuridad toman de inicio “Anger”, y el grupo, un poco, llega a jugar en terrenos de Avatar, incluyendo incluso voces con guturales en los versos que te encaminan a un estribillo hímnico con mucha melodía, para en la segunda ronda volver a la oscuridad. Un tema muy logrado y diferente a lo que nos tienen acostumbrados. Destacar el gran solo de Niklas «Nick» Johansson y la gran voz, tan personal y expresiva de Mike Andersson. “Blood of the Kings” es otra gran composición, de inspiración vikinga, y a pesar de las programaciones hay lo que se asemeja a un cuerno vikingo y el estribillo es marca de la casa. En eso tienen la mano rota…
“Lullaby” es uno de los temas más infecciosos y pegadizos por la tonada facilona y las voces femeninas que acompañan a Andersson y endulzan la canción. No te sacarás el estribillo de la cabeza en toda la tarde. Aquí se demuestra que son maestros en producción y arreglos y que la cosa luce. Este tipo de canciones son otra de las señas de identidad del grupo, aunque no siempre terminan de funcionar. Es el caso de “Walborg”, un tema que da para single y en el que tiran de elementos folk, pero es una composición que me recuerda horrores al “Moskau” de Dschinghis Khan, y eso la lastra.
“The Grand Inferno” es el tema que da título al disco y se abre a piano y voz. Mantienen el piano y dotan luego al tema de ampulosidad, a la vez que queda todo especialmente potenciado por un grandísimo solo de guitarra por parte de un «Nick» que parece, que en cada disco, mejora a pasos agigantados. Ese final a doble bombo con “el jefe” Anders Johansson cabalgando es un extra. La modernidad, las afinaciones bajas y la electrónica dominan un “Falling Apart” especialmente elegante de recorrido, pero muy contundente. Incluso, por momentos, coquetea con influencias de metal core, cosa que no queda nada mal.
Quizá “Vantablack” queda como el tema de más contraste, pasando de unos ritmos casi de Rammstein a un estribillo supermelódico y un pasaje de voz y teclado evocador al final. No es lo más destacable, pero es plenamente reconocible como banda. “Me, Myself, My Enemy” reincide en los ritmos industriales, en los juegos de loops y programaciones. Y es que hay que subrayar la figura del bajista “Kalle”, que es el gran puntal de la banda. Aparte de las cuatro cuerdas, pone las voces guturales, el piano y toda la programación. Este tema es el que más se aleja del estilo más reconocible de Tungsten. Y está bien que corran riesgos…
Pero hay que hablar también de “Chaos”, que vuelve a recordarnos a Amaranthe y sus ritmos maquinales. Mike canta de forma inquietante de inicio, pero termina llevando el tema hacia los derroteros hímnicos y melódicos que tanto ansiamos y esperamos. Un tema cambiante, pero trabajado, adictivo y repleto de modernidad.
“Sound of a Violin” es de lo más atractivo del compacto, con ese ritmo folk solemne y con ese “violín” que domina la canción. Juegan a marcar mucho los tiempos y dotan al tema de una preciosa melodía de aires folk, algo que suelen hacer con maestría en todos sus discos. Momentos muy teatrales con un expresivo Mike Andersson en un tema que los define especialmente. “Angel Eyes” da carpetazo a la obra con efectos y ritmos muy de Amaranthe. Otra gran composición, muy en la línea del camino trazado para el presente disco. Un buen final.
Creo que Tungsten tienen algo especial, hacen algo muy propio, y a pesar de que ya llevan cuatro discos, no se resiente la propuesta. Suman cuerdas a su arco y no tienen miedo a experimentar, incluso con guturales si es preciso. Hay mucho industrial ya que, en el fondo, la escena les verá siempre como una banda de power metal actual, con cantante de voz grave y sin abusar de dobles bombo y ritmos caballunos. Fue una lástima que quedaran fuera del cartel en la gira de Sonata Arctica, pero les esperaremos. Tarde o temprano les veremos en directo.

Licenciado en INEF y Humanidades, redactor en Popular 1, miembro fundador de TheMetalCircus y exredactor en webs y revistas como Metal Hammer, Batería Total, Guitarra Total y Science of Noise. Escribió el libro «Shock Rock: Sexo, violencia y teatro». Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.
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