Styx – Circling from Above

88/100

19 de julio de 2025

Universal Music

Styx son toda una institución al otro lado del Atlántico. En Europa, sin embargo, nunca han alcanzado —ni probablemente alcanzarán— esa popularidad masiva que aún mantienen en su país natal. Circling from Above marca su décimo octavo álbum de estudio, y trae consigo una novedad destacada: la incorporación definitiva del bajista Terry Gowan, hermano del teclista Lawrence Gowan, quien sustituye a Ricky Phillips. Destacar especialmente la labor de un espectacular Will Evenkovich que se encarga con su multi-intrumentismo de llevar todas las canciones a otro nivel con todo tipo de cachivaches, eléctricos y acústicos.

 

Este nuevo trabajo brilla con canciones modernas, variadas y melódicas, capaces de conectar con el glorioso pasado del grupo, manteniendo al mismo tiempo un estilo plenamente reconocible. Styx conserva intacta su esencia, navegando —como si de la laguna estigia se tratase— con una combinación impecable de calidad musical, diversidad compositiva y melodías al frente. Este disco es una auténtica maravilla, se mire por donde se mire.

 

Empezamos con la intro que lleva el nombre del disco, cargada de teclados, voces y épica suave a-la-Pink Floyd en ciertos modos, especialmente por la guitarra de James Young. La clase por delante de todo, que nos lleva al tema “Build and Destroy” que destaca como el single principal: una pieza luminosa, con una cadencia que evoca a Alan Parsons, pero impregnada de toda la personalidad de esta mítica banda de hard rock melódico y progresivo. Los teclados clásicos, las voces armonizadas y las melodías entrelazadas son una auténtica delicia. Que Styx sigan siendo capaces de ofrecer algo así en 2025 es, sencillamente, asombroso.

 

Michigan aporta esa épica tan característica del grupo cona las evocadoras melodías en los versos y ese regusto melancólico con el que toda la vida han jugado tan bien.   “King of Love” se erige como una lección magistral de interpretación vocal, con Tommy Shaw y James Young en estado de gracia. Quien tuvo retuvo, y de verdad que esta gente nunca ha tenido un disco malo en absoluto. Y el solazo que se marca Young es tan especialmente imaginativo como los sorpresivos coros envolventes a lo Queen. Bajo y teclados tienen sus cuotas de protagonismo sin buscar excesos y tocando para el tema.

 

La teatralidad de “It’s Clear” es rotunda, repuntada por el clavicordio inicial de Lawrence Gowan. La enésima gran canción de un disco trufado de ellas y en la que el AOR con pedigrí asoma con el plus de los juegos vocales, de una precisión Beach Boys, pero de influencia más The Sweet o Queen. Definitivamente la etiqueta prog tiene que estar presente en la crítica. Y “Forgive” cumple a la perfección con el papel de la balada que todo fan de Styx espera escuchar. Mecheros (o luces de celulares) en alto para delicadeza y emoción marca de la casa.

 

Entre los múltiples lujos de este gran disco brilla especialmente “Everybody Raise a Glass”, con una inspiración claramente Queen, y una ejecución absolutamente magistral. Es de esos caprichos que se marcaba Freddie Mercury, especialmente recordándonos a ese mítico A Night at the Opera. Como fan absoluto de la Reina me toca decir que es la mejor canción del disco…  “Blue Eyed Raven”, por su parte, toma como punto de partida el clásico “Bella Ciao”, transformándolo en algo único gracias a su toque personal. Aquí encontramos percusiones latinas, violines y punteos de guitarra acústica que dotan de color al conjunto. Otra maravilla… la enésima de esta obra.

 

El tramo final del álbum es un auténtico festival musical, con piezas complejas y cambiantes como “She Knows”. Destacan las percusiones de Todd Sucherman, con tiempos marcados con suavidad melódica y un deje Beatles total. “Ease Your Mind” es un dulce enlace que no llega al minuto y en el que las voces flotan sobre un piano mágico. Eso nos da paso a un “The Things You Said” que indaga en su tradición, añade violín y coros en eco de precisión de pura orfebrería. Es incluso dramático y teatral todo.

 

 

Las raíces USA más puras asoman en “We Lost the Wheel Again” en una pieza muy 70era y machacona y divertida. Y esos cambios de tercio que pasan a balada para luego volver al tema son sencillamente exquisitos. “Only You Can Decide” es posiblemente el corte más serio y el más cercano a sus orígenes entre tanto material luminoso y desenfadado.

 

Circling from Above recuerda por momentos a Cyclorama (2003), no tanto por su sonido y estilo, sino sí por esa sensación de asombro ante la vigencia y calidad del material que tuve en su día. Los miembros pueden cambiar, pero Styx siguen avanzando firmes, guiados por Chuck PanozzoJames Young y Tommy Shaw. Si eres fan de Styx, este disco es una auténtica celebración de su música. De verdad que suena todo a nuestra querida banda norteamericana, pero puesto al día y con mil lujos instrumentales y detalles. Reparten juego a la vez que reman todos para un mismo fin que no es otro de conseguir canciones impresionantes. Un disco que estará en mi Top Ten de 2025 sí o sí.

 


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