Stryper – The Greatest Gift of All

80/100

21 de noviembre de 2025

Frontiers Records

Los fans de Stryper siempre han reclamado que el grupo hiciera un disco navideño, un recurso que han utilizado muchas bandas a lo largo de los años y que era una bala que nunca habían gastado, por mucho que les fuera como anillo al dedo. Michael Sweet ya había tocado algunas de estas canciones en proyectos paralelos, pero el grupo se encerró en el estudio y se empaparon de un ambiente navideño total. Si iban al lavabo veían en una pantalla “El Grinch”, así que… este era el nivel de impregnación.

 

Decidieron que sus villancicos no iban a ser como los de Twisted Sister y que no iban a almibarar para nada su heavy metal actual más allá de los arreglos. Han sido cinco canciones propias y cinco clásicos navideños, pero esto suena a heavy metal total… No se andan por las ramas, son las campanas añadidas y los cascabeles lo que sí te dan ambiente, pero no es un disco para poner en familia. Y la gracia es que hay algunas canciones que incluso te van a recordar a los Stryper de sus inicios.

 

Empieza todo con el tema que da título al disco y las campanas no se hacen esperar, así como los agudos del maestro. Tema propio, directo, muy metalero y con los coros en la pura tradición Stryper. Obviamente se nota que la motivación es total y que van a jugar a ser ellos con motivos navideños. Lo mejor del disco es, y de largo, la versión de “Go It Tell It on the Mountain”, versionaca en el mal puro estilo Stryper de su ultima venida. No te sacarás el estribillo de la cabeza, y el bajo de Perry es una maravilla. Es que no es un villancico, pero los coros y la producción lo acercan a ello. Debería sonar en todos sus directos.

 

“Heaven Came (On Christmas Day)” es un up-tempo especialmente metálico que deja a la Navidad de lado, pero que está presente, faltaría más… Heavy metal por la vena en la que el rollo navideño se condensa en arreglos y una especie de viento de fondo, que mola. Pero mola más el doble ataque guitarrero en el solo. Tienen claro lo que son y disfrutan de ser los Stryper del siglo XXI jugando a las dos orillas de pasado y presente. Odio especialmente “El tamborilero” (“Little Drummer Boy”), por lo que prefiero no emitir juicio alguno sobre esta aberración en clave metálica: PUNTO. Si la tocan en su casa, me parecerá perfecto.

 

“On this Holy Night” nos encontramos con un riff bastante Savatage, cosa que queda repuntada por los arreglos navideños, pero… no os engañéis: esto suena a heavy metal clásico y muy directo. Michael Sweet luce garganta y las guitarras son especialmente metálicas a la vez que el grupo busca realmente no sonar edulcorado, más allá de los coros femeninos de fondo.

 

En “Winter Wonderland” sí que se respira más el ambiente navideño, con la entrada de Robert Sweet a las timbalas y el altísimo bajo de Perry. Realmente la base rítmica conduce el trineo cual reno Rudolph y hay un punto de festividad evidente. La banda lo pasa en grande y ese solo doblado por parte de Michael y Oz Fox es otro puntazo.

 

Ha destacado especialmente el tema “Still the Light”, más que nada por el videoclip tan devoto en una canción que es muy 80era y en la que te vas a reencontrar con los Stryper de toda la vida y en la que Michael intenta cantar agudo dentro de los tonos actuales. Obviamente no es el de antes, pero ahora se ha convertido en un cantante de heavy metal (puro y duro) excepcional. Podría estar fuera del disco navideño perfectamente, pero unas campanillas ya hacen mucho. A destacar el gran riff de guitarra que sirve de base a todo.

 

 

“Silent Night” es la mítica tonada que aquí va muy desnuda, en acústicas y con teclados de apoyo. Todo reposa sobre la interpretación vocal de un gran Michael que la saca adelante con clase y calidad. Lo que esta es poco Stryper y muy villancico. Más interesante resulta el villancico clásico (y electrificado) “Joy to the World”, con muchos coros, un gran solo de guitarra y con la batería de Robert marcando el paso, sencilla, pero efectista. Y completa la extensa “Reason for the Season” que de verdad va hacia los terrenos más clásicos y más reconocibles del grupo angelical. Es un temazo, una demostración de que estos temas han caído en un disco navideño, pero que poseen alma y calidad para (incluso) ser tocados en directo.

 

Hay gente que ama los discos navideños y para otros son tortura. Yo estaría más escorado hacia la segunda opinión, por lo que si me gusta este The Greatest Gift of All es más bien porque tiene una parte muy Stryper y luego otra más navideña. Los maestros absolutos son Trans-Siberian Orchestra, y de largo, pero estamos ante un disco muy entretenido, y lo más importante: que la banda amarilla y negra tiene por fin su regalo de navidad para los fans que siempre lo pidieron (y entre los que nunca estuve para el oro, mirra e incienso). Esto es Stryper: bienvenido sea todo material.

 


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