Hell Awaits
8 de abril de 1985
Metal Blade
Hell Awaits de Slayer fue, en su momento, una de las obras que han influenciado más a la historia del thrash metal. Publicado el 8 de abril de 1985 por Metal Blade Records, este segundo disco de la banda californiana supuso un importante salto cualitativo respecto al debut de la banda Show No Mercy (1983) y anticipó la revolución que estaba a punto de estallar en la escena del metal extremo. Con un sonido más oscuro, estructuras más complejas y una atmósfera demoníaca que desafiaba las convenciones del género, Hell Awaits fue el álbum que consolidó a Slayer como una fuerza infernal imparable dentro del thrash metal.
Sin lugar a dudas, tras 40 años de su publicación, el disco continúa siendo referencia obligada para comprender la evolución del metal extremo, no solo por su contenido musical, sino por su importancia histórica y estética. Dom Lawson en Metal Hammer, afirmaba que Hell Awaits no solo era más pesado que lo que Slayer había hecho antes, sino que también era un disco más aterrador, más intrincado y mucho más ambicioso. Como decíamos, Slayer cambió la forma en que se escribía thrash.
Slayer nació en 1981 en Huntington Park, California, en plena ebullición del underground angelino. Tom Araya (bajo y voz), Kerry King y Jeff Hanneman (guitarras), y Dave Lombardo (batería), formaban una cuadrilla de metalheads obsesionados por Judas Priest, Venom y Mercyful Fate. Su primer LP, Show No Mercy, se editó gracias a la confianza del productor Brian Slagel, fundador de Metal Blade Records, y a las propias aportaciones económicas de Araya y King. Aunque grabado con pocos medios, ese álbum ya mostraba las bases del estilo de Slayer: velocidad, letras satánicas y una actitud feroz.
En este sentido, Hell Awaits representó una evolución bien marcada, gracias a que Brian Slagel les proporcionó un mayor presupuesto y más tiempo en estudio, lo cual permitió a la banda experimentar con estructuras más progresivas y ambientes más densos. Según recordó Kerry King en una entrevista con Noisey,
“En el primer disco emulas a tus héroes, en el segundo empiezas a contar tu camino. Y nuestro segundo disco (Hell Awaits) es un disco de Mercyful Fate. Se ve que Jeff y yo estábamos muy metidos en Mercyful Fate, porque nuestras canciones se hicieron más largas y pusimos un montón de riffs y cambios.”
El disco
El álbum se abre con una de las introducciones más célebres del metal: un efecto de voces invertidas que, al reproducirse al revés, revela el mensaje: “Join us… Welcome back… Slayer!”. Esta tétrica bienvenida, que recuerda los recursos del cine de terror, da paso al tema homónimo, “Hell Awaits”, una epopeya de más de seis minutos que muestra desde el inicio las intenciones de la banda: riffs disonantes, cambios abruptos de tempo y una atmósfera demoníaca construida sobre la batería frenética de Lombardo. “Hell Awaits” es un viaje al averno que deja atrás el formato y la estructura de canción que hasta ese momento entendíamos.
Eduardo Rivadavia, en su reseña de Hell Awaits en Profibaru, señaló que el álbum presentaba un estilo más progresivo y oscuro, con arreglos inusuales y matices disonantes que pavimentaron el camino hacia un sonido distintivo propio de Slayer. También describió el álbum como «increíblemente adelantado a su tiempo» y poseedor de una «fuerza irresistible«, otorgándole cuatro de cinco estrellas. Esta ambición compositiva se repite en cortes como “At Dawn They Sleep” o “Kill Again”, donde las estructuras se retuercen en espirales violentas.
Las letras, escritas principalmente por Hanneman y King, abrazan sin ambages temas como el canibalismo, el asesinato ritual, la necrofagia o el satanismo. En “Praise of Death”, Tom Araya escupe versos como “Your fate is sealed with the knife / The chosen time, the chosen place”, mientras los riffs se suceden con precisión quirúrgica.
Uno de los elementos clave en Hell Awaits es su aura diabólica, no solo sonora, sino también visual. La portada, obra de Albert Cueller, representa una escena de tortura en el infierno, con demonios arrastrando cuerpos humanos a través de un paisaje de fuego y sangre. Esta imaginería fue deliberadamente extrema. Según Jeff Hanneman lo que querían era ir más allá de los límites. Querían que los padres lo odiaran. Si ellos se asustaban, sabíamos que íbamos por buen camino.
Slayer no se limitaba a usar la iconografía satánica como adorno estético. En Hell Awaits, esta estética se funde con la música para crear una experiencia sensorial completa, cercana a lo ritual. La producción, a cargo de Ron Fair y el ingeniero Bill Metoyer, se aleja del sonido limpio para abrazar una textura cruda, que potencia la sensación de estar escuchando algo prohibido. Como escribió el periodista Ian Christe en su libro Sound of the Beast, Slayer convirtió el horror en una forma de arte. No solo cantaban sobre el infierno: lo estaban construyendo con su sonido.
Aunque Hell Awaits no alcanzó el éxito comercial inmediato de, por ejemplo, su siguiente disco Reign in Blood (1986), su influencia fue profunda y duradera. Bandas como Morbid Angel, Obituary, Deicide y Cannibal Corpse han citado este disco como una influencia directa en su evolución hacia el death metal. El periodista Jon Wiederhorn, de Loudwire, lo resumía afirmando que sin Hell Awaits, el metal extremo tal como lo conocemos no existiría. Según él es la piedra de Rosetta de la brutalidad.
Por otro lado, la gira que acompañó al lanzamiento del álbum fue igualmente decisiva, ya que Slayer compartió cartel con bandas como Exodus y Venom, llevando su espectáculo infernal a todos los rincones de Estados Unidos. Según Dave Lombardo tocaban en clubes donde la gente no sabía qué los había golpeado. El público se sentía aterrado, presenciaban como si estuvieran invocando algo desde el escenario.
Veredicto
A lo largo de los años, Hell Awaits ha ganado un estatus de culto. En listas de revistas como Metal Hammer, Decibel y Revolver, suele aparecer entre los discos más importantes del thrash metal. En 2023, Rolling Stone incluyó el álbum en su lista de los “100 Greatest Metal Albums of All Time”. Como reza su introducción invertida, “Welcome back… Slayer”. El infierno nunca estuvo tan cerca.


Jordy Stanley. Profesor de Lengua y Literatura, historiador y freaky en general, posee diferentes obras de ámbito académico y divulgativo. Su último libro, Conan a lo largo de los filmes (PanoArtBooks, 2022) ha agotado sus dos ediciones. Entre lo destacado de su discografía, podemos hallar Henry Dark (2009), de su anterior banda, HENRY DARK y el flamante LP, KISS my Covers (2024), donde tributa a KISS, la banda de su vida, de una manera muy particular. Guitarrista y cantante, otra de sus múltiples facetas es la de youtuber y redactor musical.
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