Sabaton demuestra en Manchester que no hay show más ENORME que lo que ellos hacen

Sabaton + The Legendary Orchestra

Sala CoOp Live (Manchester) – 5 de diciembre de 2025

Texto: Jordi Tàrrega

Fotos: Betty Crawford

Organiza: NoiseCartel

Impresionante… no quise tener spoliers de ningún tipo y conseguí llegar a Manchester sin saber apenas nada de lo que se nos venía encima. Si ya aluciné con el nivel de show que llevaron PowerWolf en el Leyendas, de verdad que los suecos doblan la apuesta y van a por todas. Está más que claro que saben que a las bandas míticas llena-estadios están en su crepúsculo y que se apagarán cual supernovas. Ellos quieren estar allí. Lo que tenemos que tener claro es que la asistencia europea en sus shows de cabezas de cartel no es la misma que la que hay en España, es muy superior.

 

Y ríanse del tanque que sacaban no hace tanto, que ahora es un Micromachine en una juguetería, una pantalla pasada. Sin abarrotar el CoOp hasta los topes, la gente de Mánchester entró al evento con una eficiencia y organización que aquí está todavía por ver. Y como su último disco lleva orquesta y unos arreglos muy poderosos y cuidados… eligieron muy bien a los teloneros: The Legendary Orchestra. Les volveríamos a ver pues se sumarían luego al show de los de Joakim con mucho protagonismo y para borrar pregrabados.

The Legendary Orchestra: tributo de campanillas para la banda principal

Me parece exagerado que haya una “banda” que se dedique a orquestar las canciones de Sabaton y que repliquen sus composiciones de forma orquestal. Hay mucha gente allí, con muchos medios, con un sonido exquisito y con un coro de hasta siete vocalistas. Su “directora” tiene más de gogó que de directora (en escena), porque está mucho más para el show que para dar la entrada a los instrumentos. Metales, madreas y un surtido núcleo de percusión da para que enarbolen la grandeza sabatoniana en “Ghost Divison” y “Bismarck”.

 

 

Impresiona ver a la baterista (sí, incluyen a una chica baterista muy espectacular) y uno de los violinistas es un crack. También hay la gracia de que las voces principales de la canción, a veces, no van en las voces del coro o los solistas y es la orquesta la que lleva “la voz cantante”. Disfrutamos de “Maid of Steel” y “Hearts of Iron” a la vez que dotan a los temas de un show y presentaciones habladas. Impresionaron en “The Final Solution” y tiraron de narraciones grabadas de los discos extras del grupo sueco en las que añaden partes habladas para contar toda las historias.

 

Y una de las gracias de todo es que ellos tocan esas canciones que no toca Sabaton, por lo que la gente que echó de menos piezas tan memorables como “Resist and Bite” o “Winged Hussars” no se fue a casa con las ganas. Momentos realmente imponentes y con la gracia de rescatar temas menos habituales como “A Lifetime of War” o “Sparta” para alegría de los muy cafeteros. La despedida la puso la memorable “Swedish Pagans”, que de verdad que quedó espectacular.

 

 

Desconozco los planes de The Legendary Orchestra, pero lo que están haciendo aquí es ofrecer unos servicios absolutamente excelsos para que toda banda haga con ellos lo mismo que han hecho Sabaton. Si yo fuera PowerWolf, Dimmu Borgir, Behemoth o Battle Beast ya me relamería para tenerlos de gira y ofrecer un show con un plus absoluto en el que conectas la telonería con tu show, a la vez que potencias el tuyo. Si la orquesta se adapta a otras bandas… estamos ante una propuesta que ha venido para quedarse.

 

 

Sabaton en uno de los shows más grandes de la historia del rock

Ya me habían avisado de que el concierto iba a ser largo y… así fue. Había dos escenarios, uno de ellos pequeño al otro lado del gran pabellón y del que emergió un Napoleón rodeado de antorchas. Obviamente este señor de la guerra no tiene muchos fans en Inglaterra. Divertido, se extendió en su palabrería hasta que se le sumó Kublai Khan y luego César, que terminaría apuñalado por la espalda por los dos anteriores. Y luego… aparece por un lado de la sala Jacques de Molay con los temparios. Los roadies iban de monjes y ves que no paran de un lado a otro.

 

 

Entonces, bajó un larguísimo puente desde el techo, con luces y antorchas y los templarios se despojan de sus cascos y atraviesan el puente: son los miembros de Sabaton, para tocar “Templars” con Joakim quedando en medio del puente. Gran inicio en el que volverá el grupo al escenario B para la interpretación de “The Last Stand”. En un abrir y cerrar de ojos les han proporcionado micros mientras que Hannes Van Dahl aporrea la batería en el otro escenario. Vuelven todos al grande y atacan “Hordes of Khan” con la presencia de Kublai. El sonido es perfecto, las voces de los coros son reales y esta canción parece que va a quedar como clásica.

 

Las luces también son majestuosas y es que el escenario es un castillo enorme con almenas. Sale fuego por todos lados y optan por “I, Emperor”, antes con la presencia del soberbio Napoleón. Rizando el rizo hay dos soldados franceses y el propio emperador, y en ese final, se disparan los cañones marcando los tiempos. Alucinante… Y cerrando el elenco de actores cae “Crossing the Rubicon” con César. Hay chistes divertidos y el tema gana, cadencioso, adornado por los solos de Chris Rörland y Thobbe Englund. Ración de fuego y la apuesta clara por dejar de lado las proyecciones y la IA. ¿Para que queremos imágenes generadas por ordenador cuando allí hay un castillo enorme?

 

 

“The Red Baron” ya es bienvenida como clásico y hay parlamentos muy breves por parte de un Joakim que estuvo pletórico de voz. Esa vibra tan Uriah Heep sobrevoló un tema que iba con guitarras dobladas. Pero uno de los grandes momentos fue el “Stormtroopers”, y no porque sea una pieza que me entusiasme, pero es que hay tres soldados que ponen dinamita. Se mueven al ritmo de la acción, como si en trinchera estuviesen, y de pronto, hay ataque aéreo, todo explota y… salen corriendo. La coordinación en este momento fue casi de ballet con la avanzadilla saliendo por patas. Brillante.

 

El solo de batería fue entretenido y se elevó la plataforma de Van Dahl. También los miembros del grupo salieron a darle a los tambores para engalanar la propuesta, muy visual y efectista. “A Tiger among Dragons” entró con esa batucada solemne y combinaron fuego con las llamas del dragón. Y en el “Christmas Truce” Pär nos pide que encendamos los móviles para acompañar la baladita. Aquí hace entrada del coro de hasta siete voces para acompañar a los clásicos del grupo, desde entonces hasta el final. Menuda lección de ritmo, efectos y sentido del directo. Quien ha diseñado este show es un genio. Y a todo esto, por favor… recordemos que hay himnos y temazos y que todo sonaba a gloria y épica absoluta.

 

 

Jugó Joakim diciendo que ayer tocaron en Londres, y claro… silbidos y abucheos a los de la capital para empalmar con “Soldier of Heaven”, despojada de efectos pirotécnicos y que contrastó con “Attack of the Dead Man” en la que volvió a bajar el puente que los llevó al otro lado. Luego éxtasis con “Night Witches” (extraordinaria), con las franjas de luz en lo alto y en horizontal y para luego dar paso a la colosal “Primo Victoria”. Sigue siendo el momento culmen y las voces del coro sonaron absolutamente reales y capaces de situar al show en otra dimensión. Y “Steel Commanders” fue un plus algo inesperado, cargada de coros y muchísimos efectos de directo.

 

Toca destacar el porte en todo momento del grupo y en especial del gran Pär Sundström a las cuatro cuerdas. Tocaban las joyas de la corona, y entre ellas… el “The Art of War”. Es una de las favoritas del público, con extra de fuego. Pero para temazo de la vida: “To Hell and Back”, con eses dejes folk y ese toque Savatage que les volvió a elevar en su día en cuanto a popularidad. Canciones como esta hacen que las bandas que las crean apunten a la cima. Y el cierre vino de la mano de “Masters of the World” acompañada de fuego, pasarela gigante y confeti por doquier. Excelente fin de fiesta.

 

 

Sabaton tienen absolutamente claro que necesitan de un show total para ganar ese Olimpo de calidad que sea capaz inclusive de que la gente ajena al grupo se quede con la boca abierta y considere que hay que ir a verles. Más allá del excepcional espectáculo, aquí hay canciones y un grupo que está disfrutando de todo lo que idea. Pocas cosas he visto tan ambiciosas y tan bien hechas desde hace lustros, pero la lástima es que en España no vamos a poder ver este espectáculo entero. Pueden montar el castillo, pero no el puente. No hay un show más grande que Sabaton en la actualidad. Pese a quien le pese… PUNTO.

 

 

 


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