Rock Fest día 3: King Diamond vuelve por todo lo alto y Udo Dirkschneider toca entero el Balls to the Wall

Sábado 26 de junio de 2025

Parc de Can Zam (Barcelona)

Organiza: Barcelona Rock Fest

Redactor: Marc Fernández

Fotos: Marc Tomàs i Gimó

 

Gloryhammer, el grupo que se olvidó de ser divertido

Mucho ha llovido ya desde la marcha de Thomas Winkler de Gloryhammer, y aun así su ausencia se hace notar. Bezos probablemente sea mejor cantante, pero el espectáculo y el cachondeo que le daba Winkler son irremplazables, y en un concierto de festival esa actitud se echa de menos.

 

Con un sonido aceptable y con una formación que ha sustituido el teclado por una segunda guitarra, salieron a la carga al ritmo de “The Land of Unicorns” y “He Has Returned”, que con sus estribillos pegadizos y sus animadas melodías lograron espabilar a un público cansado y con los pulmones llenos de polvo. El universo no fue lo único que estuvo en llamas en su concierto, pues luego sabría que sobre esa hora llegaríamos a uno de los mayores momentos de calor del verano.

 

Aunque “Wasteland Warriors Hoots Patrol” salió un goblin a hacer como que tocaba el solo de saxofón, esa magia en directo de Gloryhammer se ha perdido, como si hicieran estas cosas por obligación, pero sin sentirlas, por mucho que luego la ejecución musical sea buena. La resultona “The Unicorn Invasion of Dundee” cerró un show que, aunque funcionó muy bien, ya no es la experiencia que pudo haber sido antaño.

 

 

Exodus, la apisonadora implacable

 El concierto de los californianos comenzó con toda una dupla ganadora del Bonded by Blood como la canción homónima y “Piranha”, que enseguida puso al público del thrash a hacer lo suyo. Las primeras filas se convirtieron en una batalla campal que eran todo hombros y empujones, lo que, sumado a la ejecución implacable de la banda, auspició un show intenso y brutal.

 

Exodus es la clase de grupo que quieres tener siempre en tu festival, capaces de aprovechar el máximo su hora de show y de hacer la clase de conciertos que pasan a ser recordados. No es difícil poner al personal a darse de leches cuándo en tu haber tienes temas como “A Lesson In Violence” o “The Toxic Waltz”, pero también ayudó que el sol ya estuviera bajo y que la fatiga aún no hubiera hecho presa del personal.

 

Un gigantesco wall of death se abrió para encarar “Strike of the Beast”, que con su fuerza y brutalidad puso el broche de oro a un concierto memorable. Puede que Exodus ya sean unos viejos conocidos, pero es demasiado fácil dar por sentado a bolos así y no agradecer que aún podamos gozar de unas leyendas en tan buena forma.

 

 

The Baboon Show nunca defraudan

Creo que nada podría resumir mejor el concierto de The Baboon Show que el título de la canción con la que decidieron saltar a escena, pues lograron convertir al público del Rock Fest en una rugiente horda de babuinos. La energía rockera de los suecos podría haber animado hasta a un tanatorio, o puede que a estas alturas de la película simplemente me sorprenda ver a un grupo joven hacer cosas de grupo joven.

 

Aunque había oído hablar del buen estado de forma de la banda, aún no había tenido la oportunidad de verlos en directo. Lo que tiene el rock es que sobre el papel es muy fácil de hacer, pero hacerlo bien es todo un arte, y ejecutarlo con solvencia es puro cardio. Para cuando “Me Myself and I” y “Radio Rebelde” marcaron el final del show, una variopinta horda de jóvenes y veteranos se quedaron con ganas de más, por lo que no puedo sino desear que regresen lo antes posible.

 

 

Radity sustituyen a Wolfmother

Una cancelación en el último segundo de Wolfmother hizo que la organización le otorgara el escenario grande y una hora excelente a Radity, un grupo local de thrash. Pero aquel no fue el único factor a favor de los catalanes. Solo una hora antes Exodus había estado actuando en aquel mismo escenario, por lo que había mucho thrasher por la zona. Además, el fan del thrash es como el colega que liga con una IA; se conforma con poco. No le importa no conocer tu música, su prioridad es darse de leches.

 

Sin embargo, sobre el escenario algo que, aunque evidente es fácil obviar: es que no puedes conseguir el mismo efecto con un grupo local con 4 temas propios grabados que con una banda de la relevancia internacional de Wolfmother. Sobre el escenario se vio a un grupo acelerado, nervioso y que discutió de más con los técnicos, pero que aún y así, puso al público a hacer lo suyo.

 

Temas como “World of Violence” o “Bullet King” fueron ejecutados con precisión e inclemencia, haciendo las delicias del respetable y sorprendiendo a más de uno, pero no pude dejar de pensar que me habría gustado más verles en el pequeño. Una exposición masiva en el momento incorrecto puede ser peor que la irrelevancia más absoluta.

 

 

King Diamond, el retorno de rey

El Rey estaba de vuelta en el Rock Fest, y como si honrara aquel maravilloso concierto de 2016 en que tocó íntegramente el Abigail, la banda empalmó “Arrival” y “Mansion in Darkness”. Pronto se pudo ver que King Diamond a estas alturas es algo más que un cabeza de cartel más: es auténtica realeza del festival, alguien que con su mera presencia es capaz de forjar memorias perennes.

 

Su puesta en escena con una mansión gótica de tres pisos y bailarinas habla por sí misma, trayendo a Barcelona uno de los escenarios más emblemáticos del metal. También hubo la oportunidad para visitar el esperado nuevo disco de la mano de “Spider Lilly”, a la que le siguió un “Slepless Nights” que fue coreada hasta la extenuación.

 

 

Por supuesto no había una sola alma que no estuviera esperando el emblemático redoble de “Welcome Home”, a la que además acompañó la aparición estelar de una ancianita en silla de ruedas. Los actores que iban correteando por el escenario le dieron una nueva dimensión al show de King Diamond, que siempre tiene un pie puesto en una excelente ejecución musical y otro en dar una experiencia teatral memorable.

 

Como era de esperar, el grupo concluyó con todo un clásico como “Abigail” tras una falsa escapada del escenario, culminando un show en el que King Diamond, siempre triunfa a golpe de temazos y precisión.  Ya sea en solitario o con Mercyful Fate. Confío en que su regreso siempre pasará por el Rock Fest, a ver si es al fin con el nuevo disco bajo el brazo.

 

 

Dirkschneider, el poder de la vieja gloria

Que el señor Udo Dirkschneider eligiera empezar con “Balls to the Wall” fue algo que me pilló totalmente por sorpresa, una decisión tan osada como arriesgada. Por supuesto, yo por aquel entonces no sabía que la banda iba a interpretar el Balls to the Wall íntegramente, algo que, si bien sobre el papel parece interesante, terminó por sabotear su show.

 

Al respetar el tracklist del disco, el grupo gastó su mejor bala con su primer disparo, y por mucho que “London Leatherboys” funcione muy bien en directo y que sea un placer poder escuchar “Head Over Heels”, el show fue cuesta abajo la hora y cuarto restante. El paseante promedio del festival conoce “Restless and Wild” y “Metal Heart”, no temas pasados por alto como “Turn Me On”.

 

 

 

Aunque la energía volvió a encenderse con clásicos como “Princess of the Dawn” y “Fast as a Shark”, la entrega que supuso el haber empezado con su tema más famoso no volvió a repetirse. Si además uno tiene en cuenta que era la una de la madrugada de un tercer día de festival, es más fácil ser clemente, pese a que me habría gustado ver a tamaña institución en otra circunstancia.

 

 


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