Rock Fest día 2: Lynyrd Skynyrd conquistan Can Zam y Running Wild se deja «Conquistadores»

Jueves 26 de junio de 2025

Parc de Can Zam (Barcelona)

Organiza: Barcelona Rock Fest

Redactor: Marc Fernández

Fotos: Marc Tomàs i Gimó

 

El segundo día del Rock Fest 2025 mantuvo el pulso entre calor abrasador, clásicos inmortales y alguna que otra sorpresa. Con un cartel que apostaba por la mezcla generacional y estilística, el jueves en Can Zam ofreció momentos memorables para todo tipo de público. Desde la fiereza vikinga de Ensiferum bajo un sol implacable, pasando por la energía contagiosa de Bonfire y Hellacopters, hasta el despliegue de pólvora nostálgica de Running Wild y la emotividad legendaria de Lynyrd Skynyrd, la jornada navegó entre pogos, riffs y épica sureña. Una cita marcada por la diversidad y la contundencia, donde incluso el ocaso se sintió eléctrico.

 

 

 

Ensiferum

Si de algo sabe Ensiferum es de batallas, solo que en el Rock Fest hubieron de enfrentarse al más terrible de los enemigos, al jefe final de todos los astros: un sol de justicia. Es ya un meme que los finlandeses lo pasan mal con el verano español, y que al saltar al escenario parece que vayan a estallar en llamas, pero nada impidió que su asalto al festival fuera breve y brutal.

 

No es difícil que hasta el fan más acalorado se meta a darse de piñas en un pogo si tienes en tu haber temas como “Token of Time” o “Heathen Horde”, lo que, si le sumamos una mejora considerable del sonido respecto al día anterior, concluyó en un concierto intenso y divertido. La infaltable “In My Sword I Trust” concluyó un show resultón que Ensiferum siempre da grandes conciertos en festivales, lo que a ciertas horas siempre es todo un acierto.

 

 

Bonfire 

Bonfire es de esos grupos que quieres ver en un festival, incluso aunque no los conozcas. Es más, me retracto: si no los conoces debes darles una oportunidad, aunque sea desde la barra. Fueron muchos los que pasaron del inmovilismo a la proximidad del escenario cuando el grupo arrancó con “Ready for Reaction”, y no fue para menos.

 

Los alemanes no han inventado nada, pero lo que hacen lo saben hacer muy bien. Los grupos de thrash tienen un encanto similar, y es que del mismo modo que en un bolo de Sodom sabes que vas a encontrar acción, en un bolo de hard rock sabes que habrá mucha juerga.

 

Y fue así, con toda una fiesta rockera montada frente al escenario, que Bonfire concluyeron su show con “Longing for You”, habiendo logrado que un concierto al sol de la tarde se me pasara absolutamente volando. Visto el directo que tienen, no puedo sino esperar a que vuelvan pronto, esta vez conociendo mejor su discografía.

 

 

The Hellacopters

 Los responsables de encabezar una de las jornadas del año pasado fueron Deep Purple un grupo que, pese a su estatus legendario, hoy por hoy cuesta de defender en vivo. En contraste, Hellacopters presentó ese equilibrio perfecto de veteranía y energía que puede sacar adelante un gran concierto de rock, pudiendo alardear de haber heredado lo mejor del sonido clásico con el poseer la energía escénica del que está en la plenitud de sus facultades.

 

Lo cierto es que cuándo uno ve el empeño con el que descargaron temas como “Token Apologies” o “Sometimes I Don’t Know”, lo que cuesta es preguntarse cómo es que no ocupan un puesto más prominente en el cartel y en los horarios, algo que se resuelve si uno atiende a las leyendas con las que Hellacopters tenía que compartir la jornada. Me resultó especialmente curioso cómo lograron atraer al público más variopinto: desde el típico grupo de veteranos, pasando por los jóvenes con copas de más hasta llegar a las familias completas.

 

The Hellacopters son un grupo que en directo pide a gritos un espacio protagónico, y no me extrañaría que en los próximos años vayan a ampliar su producción a fin de postularse como el relevo generacional lógico. Lo cierto es que cuando encararon el sprint final con “I’m in the Band” y “(Gotta Get Some Action( Now!”, la energía seguía estando por las nubes, por lo que no me sorprendería encontrarlos dentro de poco mucho más arriba.

 

 

Running Wild

Ya de base un concierto de Running Wild es toda una experiencia por pura utilidad marginal, pero si además tenemos en cuenta de que fueron el primer grupo que se comportó como un cabeza de cartel (lo siento, Slipknot), tenemos la receta para una noche memorable. Tal y como hicieran en 2017 en ese mismo escenario, los germanos arrancaron con la potente “Fistful of Dynamite” y una buena dosis de explosiones y pirotecnia. El resto ya es historia, principalmente para lo bueno, pero también ocurrieron cosas extrañas (la peor me la guardo para el final).

 

Aunque el setlist estuvo (por lo general) muy bien equilibrado, se notó a la banda algo tosca y falta de fuerza sobre el escenario. Si, los años pesan, y no podemos esperar que el bueno de Rolf se ponga a gritar y a saltar como si fueran los ‘80, pero si uno se para pensar a cómo rinden contemporáneos suyos como Accept o Helloween, las comparaciones resultan odiosas. Por lo demás, su concierto fue toda una fiesta para la vieja guardia del festival, pese a que los jóvenes que les dieron una oportunidad también pudieron disfrutar de lo lindo.

 

 

Los clásicos comenzaron a caer los unos detrás de los otros, y aunque sí que “Riding the Storm” se sintió algo más bajada de tono, eso no mermó su disfrute, como tampoco ocurrió cuando cayeron “Branded and Exiled” o “Lead or Gold”, que pusieron a saltar hasta al veterano más fatigado. Supuse que el final del concierto estaba cerca cuando la banda encaró la queridísima “Under Jolly Roger”, pero lo que no habría adivinado ni en un millón de años es que eligieron terminar con “Treasure Island”.

 

Por un lado, siempre es temerario encarar un tema tan largo en el contexto de un festival, en el que los horarios son estrechos y estrictos, lo que asumo terminó por implicar la ausencia de “Conquistadores” del concierto. Ojo, “Treasure Island” es un temazo, ¿pero os imagináis a Iron Maiden dejando fuera a “The Trooper” para tocar “Rime of the Ancient Mariner”? Por lo demás, el concierto fue todo cuanto el festival esperaba y más. Como ocurrió con Savatage, destilaba esa sensación de despedida y gran oportunidad que cada vez es menos común, y si ha de ser la última vez que los piratas se suben a un barco en España, el listón quedó bien alto.

 

 

Lynyrd Skynyrd

Los americanos tienen una curiosa relación con el Rock Fest, pues en 2020 debían encabezar la edición que finalmente fue cancelada por el Covid. Desde entonces no hicieron ningún amago de volver a actuar aquí hasta que fueron confirmados para esta edición, algo que muchos dudaban que fuera a ocurrir por la avanzada edad de algunos de sus miembros. Sin embargo, Lynyrd Skynyrd se plantó, como suele decirse, con un par sobre el escenario y demostraron que siguen en plena forma al ritmo de “What’s Your Name” y “Workin’ for MCA”.

 

El respetable estaba a tope, aunque resultó innegable que hubo un cambio en la energía del festival. Por lo general en los conciertos de metal estamos acostumbrados a los pogos, a la gente apretándose contra la primera fila y muy variadas formas de hacer el mono, mientras que Lynyrd Skynyrd propuso un ambiente que, sin dejar de ser festivo, se inclinaba más hacia el comportamiento que uno esperaría en un festival de blues, especialmente en temas como en “Swamp Music” o “Gimme Back My Bullets”.

 

 

He tratado de evitar (con grandes dificultades) de hacer bromitas sobre los votantes de Trump o las personas excesivamente cariñosas con sus primos, pero lo cierto es que cuesta no pensar en todos los tropos del sur de Estados Unidos cuándo suena un grupo como Lynyrd Skynyrd. La banda creó una atmósfera que transformó Santa Coloma en un pedacito del Sur, y para el momento que sonó un tema tan querido como “Simple Man”, la transformación se volvió casi verosímil.

 

“Gimme Three Steps” y su versión de “Call Me the Breeze” fueron resultonas, pero el clásico “Sweet Home Alabama” capturó la atención hasta de los que estaban mirando el merchandising, culminando el que podría haber sido el gran momento del festival de no ser por lo que vino a continuación. Lynyrd Skynyrd cerró su espectáculo con el tema más indicado, una “Free Bird” apoteósica que vivirá por siempre en mi cabeza como el ejemplo perfecto de cómo alcanzar la perfección sobre un escenario. Un concierto histórico que cerró por todo lo alto una jornada memorable.

 


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