75/100
19 julio 2024
Frontiers Records S.R.L.
Se suele recordar el Nostramadus de Nikolo Kotzev como una de las más grandes óperas rock de todos los tiempos a pesar de que tampoco llegó a ir más allá de las fronteras del rock duro. No tuvo continuidad a pesar de suponer un hito en su carrera y que Joe Lynn Turner (uno de los vocalistas participantes) negociara llevarlo a directo en Broadway. Finalmente, este proyecto de alma hard rockera terminaría siendo representado con ballet, orquesta y banda, pero esas filmaciones no estaban en ningún sitio hasta día de hoy. El caso es que Frontiers Records ha comprado el catálogo de Kotzev y ahora hay imagen y sonido de cuando se representó en un teatro de Sofía.
Podemos decir que a principio de de década del 2000 coincidieron en el espacio-tiempo tres enormes óperas rock que ya dejarían bien marcado el camino para definir lo que terminaría siendo Avantasia. Kotzev y Sammet empiezan sus proyectos en 2001 a pesar de que el búlgaro defiende de que no se parecen en nada. Más en la onda avantásica estaba el proyecto Aina de Sascha Paeth (2003), guitarrista y productor que terminaría siendo una parte fundamental de los propios Avantasia y mano derecha de Tobias Sammet. El precio a pagar fue el disolver la banda de toda su vida: Heaven’s Gate.
En la apertura de la ópera hay todos esos preparativos con juegos de ensayo y sonidos de banda sinfónica antes de empezar. Lo hacen a lo grande con “Pieces of a Dream” y los sustitutos del elenco de estrellas que en su día grabaron el disco lo hacen realmente bien. Hay fragmentos narrados por un gran Ben Cross, de tono muy imponente y profundo. Digamos que los coros funcionan bastante mejor, algo que era el punto débil de ese magno disco original. Los músicos de Kikimora cumplen de maravilla y obviamente el maestro Kotzev se sale en todo momento.
El balance entre orquesta y grupo de rock funciona realmente bien, y al contrario que en el disco original, es el grupo lo que se nota más, caso de “Introduction”. Aquí el solista cumple y el coro no luce tanto como en los anteriores temas, pero es puro hard rock con un feeling exquisito y con una historia sólida y muy potente. Imaginadla sobre el escenario y con un ballet… “Home Again” es narración musicada en clave medieval para dar paso a “Henriette”. Exigente tema a balada que en su día cantaba Joe Lynn Turner y que aquí queda realmente logrado con un gran Alexander Atanasov a la voz, muy expresivo. Hay aquí el famoso solo de violín que tocaba Kotzev en su día y que enamoró a Thomas Vikström de Therion.
“Caught Up in the Rush” es muy rockera y queda dominada por ese teclado Hammond juguetón además de un gran solo de guitarra. Tremenda potencia y técnica por parte del vocalista Mehmet Kaya. “Eagle” es un gran single y lleva toda la carga orquestal. Hard rock de etiqueta implementando bien la canción. “Plague” no es de las que mejor ha quedado precisamente pues las voces no logran empastar y los coros suenan muy alejados del original. En “Inquisition” Zvezdi Keremidchiev pasa apuros ya que es una de las grandes canciones del disco con un tremendo dueto. Es el momento culmen antes de finalizar el primer acto.
El segundo se inicia con “The King Will Die” y “I Don’t Believe”, con momentos más reposados y se oye a la concurrencia aplaudir. Los temas se suceden con partes narradas, como cuando el rey de Francia no cree en la profecía de Michel de Nostradamus en la que le dice que va a morir en el torneo. Sonido de arpa en el inicio de “Try to Live again” con una espectacular Amalia Nenova replicando el trabajo de Alannah Myles en su día. Otro de los momentos más intensos con un dueto precioso.
“War of Religions” tiene una importante carga instrumental por parte de la orquesta y el coro y que se empalma con “Inquisitor’s Rage”, una de las composiciones más contundentes y duras. Se hace muy raro escuchar el “Chosen Man” sin la voz del eterno Glenn Hughes, pero Mehmet Kaya lo lleva realmente bien en un baladón de ese calibre. Las dos “World War” son emotivas, pero siempre he preferido la segunda parte (“II”), especialmente por el estribillo y el gran solo de guitarra. En “World War III” el vocalista las pasa canutas debido a la tremenda exigencia de la composición, y por momentos el protagonismo clásico de la orquesta es lo que lo comanda todo.
“Because of You” une a casi todo el elenco de cantantes en otro de los momentos cumbre en un bellísimo medio tiempo. Y es que el final es de traca con “The End of the World”, muy coral y con un Thomas Vikström llevándoselo de calle. “I’ll Remember You” incluye las presentaciones de todos los músicos y vocalistas. Amalia Nenova está realmente estelar en ese gran final excesivo y orquestal. Como fin de fiesta incluyen una sorpresa final como bis.
Podemos quejarnos de que no haya ninguno de los vocalistas originales ni tampoco de los músicos que en su día grabaron esta obra maestra, pero lo veo más como una deuda que tenía Kotzev con nosotros, todos aquellos que le pedíamos que nos ofreciera de una vez por todas los vídeos de un musical que no salió de su Bulgaria natal. Merece la pena si te gusta la obra, pero obviamente recomiendo el disco original. Ahora sólo falta que David DeFeis publique el musical de los dos House of Atreus que realizó en su día… Y recordad… Nostradamus predijo el fin del mundo para 3797. Así que casi que nos relajamos todos, ¿no?
Licenciado en INEF y Humanidades, redactor en Popular 1, miembro fundador de TheMetalCircus y exredactor en webs y revistas como Metal Hammer, Batería Total, Guitarra Total y Science of Noise. Escribió el libro «Shock Rock: Sexo, violencia y teatro». Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.