Nighingale – Invisible (Re-Issue)

85/100

6 de diciembre de 2024

Century Media Records / Sony Music

Invisible (2004) fue el quinto disco de la banda creada por los hermanos Dag y Dan Swäno. Cuando apareció en su día, estaba sólo en formato CD, por lo que esta reedición hará las delicias de los fans de esta banda algo desconocida y muy añorada por sus seguidores. Dan Swäno es definitivamente uno de esos grandes genios que no ha conseguido el reconocimiento merecido. Y a pesar de ser uno de los grandes gurús del metal extremo, con Nighingale se dedicaba a dar rienda suelta a la música que escuchaba cuando era pequeño.

 

Obviamente Uriah Heep es una de las grandes influencias, pero Invisible es un disco en el que, por momentos, hay un acercamiento a Whitesnake, aunque siempre en los terrenos Swäno, y la verdad es que la cosa funciona. Todas las cosas que he hecho este hombre son especialmente buenas y esta serie de reediciones con multitud de chucherías a modo de demos y temas extra hacen que valga mucho la pena hacerse con todo este material.

 

“Still Alive” es la canción que abre y muy posiblemente el temazo del disco. Suena genial remasterizada, dotada de un riff muy hard rockero y posee un feeling exquisito. Hay algún fraseo de guitarra de adorno y el solo es reposado y sensible. Incluso Dan nos susurra más que canta. En “Invisible”, corte que da nombre al disco el acercamiento a Uriah Heep es abrumador, especialmente por la cadencia, pero, sobre todo, por el tratamiento de los coros, muy en la línea de su estimada “Stealin’” de los ingleses.

 

“A Raincheck on My Demise” hay un riff de teclado muy marcado y muchos arreglos para vestir a una composición especialmente inspirada en el puente. Dan pasa de cantar grave en los versos a subir en el puente y estribillo. La onda típica del grupo sigue flotando en “Atlantis Rising”, corte muy positivista y definitorio del estilo en el que el grupo de hermanos estaba en 2004. Hay un momento dulce con voz y guitarra de fondo. Los teclados están bastante por encima de la mezcla general. Está claro que el “grupo-dueto” los quería remarcar.

 

“To the End” es como si Swäno jugase a ser Coverdale en una composición absolutamente inspirada en la serpiente blanca. Es de esos temas sexys y serpenteantes con los que solía lucir David en su etapa más inglesa. Curiosamente sin grandes producciones ni sonido, la cosa brilla, pero está claro que Swäno no es Coverdale. Y uno de los cortes más conseguidos es el “Misery”, con esos aires de hard rock y ese teclado presente a lo Hammond. Es un tema variado, con un parón sorpresivo. Incluso tira de doble bombo en un tramo.

 

Y si algo se les da bien a los hermanos Swäno son las baladas, y “The Wake” no es una excepción, desnuda, cargada con acústica, bajo y batería y con un gran Dan modulando su voz con una facilidad pasmosa. “One of the Lonely Ones” es un corte muy original, con esa pátina oscura y ese efecto inquietante de teclado que le da inicio. La evolución de la canción es sorprendente y todo desemboca en un pasaje que vuelve a ser puramente Uriah Heep, jugando al contraste de luz y sombra. Y lo mejor llega al final cuando terminan con unas guitarras que son puramente Thin Lizzy.

 

“Worlds Apart” es una canción que empieza como balada y crece hasta medio tiempo, dotada con una línea vocal muy bonita y arreglos y cambios de tempo que la acercan al progresivo con mucha belleza. Completa el disco “Stalingrad”, tema épico e ideal para el cierre con esa batería muy mejorada en sonido por parte de un eficiente Tom Björn. La verdad es que la canción podía haber crecido y ser mucho más extensa. Como que el mismo tema pide más desarrollo…

 

Como extras y añadidos hay muchos temas en formato demo, destacando especialmente el “Still Alive”. Hay temas a medias, otros con nombres cambiados y en general las demos están especialmente bien. Luego hay un especial de demos de muchos años atrás con las letras y los títulos incluso en sueco. Es bonito ver el cómo han crecido esas canciones. Espectacular la grabación de 1982 de la entonces titulada “I tunnelns fardriktning”. Y luego también hay los temas en pre-producción fechados de 2004, ya casi completos y listos para editar. Un festín familiar, vaya.

 

Estas reediciones de los trabajos de Dan Swäno son un bendito regalo. La gracia es que los discos de Edge of Sanity y de Nightingale van apareciendo cada seis meses sin orden ni concierto, algo que lo hace realmente especial. Swäno se ha retirado y él y su hermano están disfrutando en la tarea de recopilar y buscar temas perdidos para completar cada reedición. Poca gente trata con tanto mimo estas entregas, así que los fans disfrutamos especialmente. Para más información os remitimos a la entrevista que le hicimos hace unos tres meses. A ver qué tal la próxima entrega…

 

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