91/100
12 de Septiembre de 2025
Century Media Records / Sony Music
Pasos, tensión, golpes, tambores, redobles…. y de repente caos. El caos más absoluto que hayas podido imaginar jamás. Así es como Prision of Flesh nos da la bienvenida al nuevo trabajo de Lorna Shore, I Feel The Everblack Festering Within Me.
Este nuevo álbum del quinteto de Nueva Jersey retoma justo donde lo dejaron en el ya clásico Pain Remains. 10 temas con duraciones entre los 5 y los casi 10 minutos, algo que no suele verse en bandas del estilo, pero que para Lorna Shore es marca de la casa.
Creo que en esta actualidad donde el –core manda, Lorna Shore son una de esas bandas que despuntan, y es que aunque de les considera una de las agrupaciones más destacadas dentro del deathcore, su sonido ha evolucionado hacia un death metal sinfónico con tintes de black metal. Y esa mezcla por la que son conocidos, ese cóctel de brutalidad técnica con arreglos orquestales y atmósferas épicas es lo que sin duda los hace destacar.
«Oblivion», el que fuera su primer single, suena puramente a ellos, a todo lo que vienen haciendo desde sus inicios en 2010, y me parece que ponerla al principio del track list ha sido una de las mejores decisiones que han podido tomar para este disco, ya que a partir de ahí podemos paladear con gusto la evolución de la banda con temas como «Unbreakable», creada sin duda para convertirse en todo un himno.
Esa epicidad combinada con brutalidad de la que hablábamos antes se hace patente en «In Darkness» donde Will Ramos se vuelve más oscuro en sus guturales, demostrando de nuevo la increíble versatilidad vocal que tiene, otro de los elementos clave que hicieron destacar aún más. Y es que creo que su incorporación en 2021 marcó un antes y un después para los de Nueva Jersey. Este tema destaca no solo por eso, si no por los brutales breakdown y las orquestaciones envolventes, claramente protagonistas. Sin duda, un excelente trabajo por parte de Andrew O’Connor.
Le siguen la emotiva «Glenwood», que podría considerarse la balada del disco, porque da igual el estilo, dentro del metal siempre tiene que haber una balada en cualquier disco que se precie, y «Lionheart», con gloriosas melodías de guitarra, donde podemos escuchar cómo el metal extremo rompe sus propias fronteras, e introduce, todos esos elementos de los que se han ido alimentado tras su paso por grandes festivales y sus triunfales giras junto a bandas como Gojira y Mastodon. Esa mezcla de blast beats devastadores con pasajes casi celestiales es lo que nos tiene enganchados.
Con «Death Can Take Me» volvemos a coger velocidad, y los rugidos abismales de Will nos ponen otra vez sobre terreno oscuro, haciendo que cada tema sea un viaje entre la devastación y la trascendencia.
Lo que me encanta de poder escuchar música nueva es cuando de repente te topas con esa canción que sin esperarlo te eriza la piel, y eso me ha pasado con «War Machine» y esa ambientación del principio. En un mundo donde la locura, la guerra y la devastación están en todas las primeras páginas de cualquier diario, Lorna Shore ha transformado todo eso en arte, un arte, por supuesto reivindicativo con muy poco de comprensión y mucho de lucha y crítica social masticada y escupida directa por tus auriculares. No es solo violencia: es catarsis, un desgarro emocional disfrazado de monstruosidad sonora
Y justo antes de la catarsis final que es «Forevermore», tenemos también «A Nameless Hymn» donde el metal extremo no solo aplasta: también eleva, donde lo etéreo y lo infernal conviven.
Para el cierre se han reservado el tema más largo y es que, con casi diez minutos, «Forevermore» constituye un cierre colosal donde las orquestaciones convierten la brutalidad en un paisaje cinematográfico, como si el apocalipsis tuviera su propia banda sonora, con un sonido es tan violento como abismal, un huracán de riffs y voces que rozan lo inhumano. Un cierre perfecto para un trabajo que no se limita a ser un disco más en su catálogo: es el manifiesto de una banda que entiende que la brutalidad puede convivir con la grandeza, que lo visceral puede ser también sublime.
Con este nuevo álbum, Lorna Shore no solo refuerza su identidad, la trasciende. Han convertido lo que antes era considerado un nicho del metal extremo en un fenómeno de escala global. Y es que si con Pain Remains abrieron puertas, con esta obra han derribado muros enteros. Lo que se escucha aquí es la confirmación de que Lorna Shore no está destinada a permanecer en los márgenes de lo underground, sino a ocupar un lugar de culto en la historia del metal contemporáneo. Es el tipo de disco que no solo los lleva lejos: los instala en la cima de lo que significa ser extremo y, a la vez, eterno.

Mi nombre es Irene, y todo el mundo me conoce por mi apellido Kilmister adquirido por el que ha sido y será mi mayor ídolo en esta vida. Lo cierto es que yo empecé en esto de la fotografía sin pensarlo mucho. Era la típica amiga de la cámara, pero de que me quise dar cuenta me propusieron entrar a colaborar en un medio profesional en 2017 y desde ahí he pasado de ser esa amiga de la cámara a evolucionar y coinvertirme en lo que conocéis ahora.
Apasionada de la música en todos sus géneros y amante de la lectura y los conciertos, aunque mi verdadera profesión no tenga nada que ver con todo esto.
Descubre más desde Stairway to Rock
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.