A principios de los 2000 la escena escandinava no vio con buenos ojos que el éxito de Hammerfall cambiara las reglas de juego. En ese Wacken había mucha gente con camisetas con el logo de Hammerfall y una señal de prohibido. Ellos habían provocado que una discográfica dedicada a la música extrema como Nucelar Blast abriera las puertas al power metal. La situación se salió de madre hasta que alguien agredió al vocalista del grupo Joacim Cans con una jarra partida en su cara en un bar de Estocolmo.
Una de las historias más tristes de la historia de Hammerfall fue cuando alguien te golpeó con una jarra de cerveza en un bar de Estocolmo. ¿Fue solo una triste anécdota o tuviste que vivir situaciones similares a principios de los 2000?
“Sí, eso fue lo peor de todo. Después de aquello las cosas cambiaron ya que la agresión definitivamente se salió de madre. Fue algo horrible lo que sucedió. Estuve seriamente herido. Luego muchas bandas intervinieron y dijeron: “Oye, ya es suficiente. No te tiene que gustar su música, pero tenemos que respetar lo que están haciendo”…
Quiero decir, el abuso verbal es algo que sucedía cuando te encontrabas con cierta gente, que te decía eso de: «Oh, ¡os odio tíos!«… Bueno, sabes qué pasa: “Si no te gustamos escucha otra cosa, y si no quieres hablar conmigo, entonces… ¿por qué estás parado delante de mí?” En fin, no lo sé. Quiero decir, son altibajos que vives, pero nunca dejaría que eso me afectara porque yo solo quiero tocar mi música, música que me haga feliz y especialmente heavy metal que es lo que me hizo feliz desde el día en que nací”.
Licenciado en INEF y Humanidades, redactor en Popular 1, miembro fundador de TheMetalCircus y exredactor en webs y revistas como Metal Hammer, Batería Total, Guitarra Total y Science of Noise. Escribió el libro «Shock Rock: Sexo, violencia y teatro». Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.