Siempre hablamos que toda entrevista es un lujo, pero en este caso… va más allá. Entrevistamos a Leslie, el mítico cantante de Los Sirex y lo hacemos antes de que toquen en el Apolo y del que tenemos la reseña hecha. El caso es que esta entrevista fue en persona y Jordi Tàrrega lleva a su casa a Leslie y este está hora y media contando mil historias fantásticas de pasado y presente. Y es que alguien llevó el rock n’ roll a la España en blanco y negro y le puso color. Esos colores marcaron generaciones y Leslie es un amor de persona.
Bueno, lectores de Stairway to Rock. Hoy tenemos el placer absoluto de abrir las puertas de casa, literalmente, y de tener a Leslie de Los Sirex, una de las bandas más míticas que ha habido en nuestro país. Y el motivo por el cual estamos aquí, básicamente, es que este domingo, dentro de dos días, van a dar un concierto muy especial en la sala Apolo, y no sé hasta qué punto podríamos decir que es, quizá si no el más importante, sí el más especial.
A ver, es especial. Es especial porque estamos en casa. Llevamos dos años haciendo todos los festivales de rock más importantes de toda España, por todo el país. Ahora hemos estado el último en Las Palmas de Gran Canaria. El viernes estamos en la sala Apolo, pero el domingo estamos en Santiago de Compostela. Con esto quiero decirte que hemos tenido un verano divertido, como dice la canción. Y lo de la Apolo es algo especial porque estuvimos en enero en la misma sala, y somos los primeros sorprendidos del éxito, del cariño, la simpatía que hubo allí. Y entonces, tocaba repetirlo.
Querían que fuera en junio, en julio, en agosto, y debido a las muchas actuaciones no lo hemos hecho. Era importante hacerla ahora, en noviembre. Y sí que es especial porque tengo la suerte, en estos conciertos, de siempre poder traer a aquella gente que quiero, que tienes a tu lado, que aprecias, y que respetas, porque son parte de tu vida.
Y hemos empezado todos juntos y hemos seguido juntos. Traigo de invitados a Santi Carulla de los Mustangs, traigo a Llorenç Santamaría, y muchos más… Me consta que será un festival de mucho cariño, de mucha simpatía, de mucho de lo que estamos dando nosotros. Hay artistas que actúan de escenario para dentro. Yo a la gente le doy lo que quiere escuchar porque soy un pelota encantador… porque es lo que me hace disfrutar, ver a la gente feliz.
El otro día, en Jerez de la Frontera, te hablo de hace 20 días, cuando ya habíamos terminado… y siempre lo digo en público: “¡que nos digan las canciones que quieren escuchar!”. Cuando ya habíamos terminado dos horas de concierto, acabando con “El tren de la costa”, y yo chorreando sudor, y la gente aplaudiendo, me viene una parejita y me dice: “toca un trocito de “Ser mi mujer”, un trocito de “Ser mi mujer”. Y yo: “Si ya hemos terminado, no sé…” “Por favor, por favor, un trocito de ‘Ser mi mujer’”. Y empiezo a cantar “Ser mi mujer”, 12.000 personas en la plaza, los móviles encendidos, los mecheros prendidos, y toda la plaza cantando “Ser mi mujer”.
En Jerez de la Frontera… No hace falta que te diga que la parejita estaba llorando, abrazada; lo estoy recordando y se me ponen los pelos de punta. Me refiero a que, quién iba a pensar que aquellas canciones que componíamos con 18 años, o con 19, cuando estábamos en Calella, delante del mar, todas esas canciones que hacíamos con tres acordes, porque no sabíamos más, que ahora, después de tantos años, la gente las canta con este cariño tan especial. Y si dices que me ha tocado la lotería musical, pues sí, y para mí es importante.
Entre los invitados, que tuviste en Madrid, porque estuve mirando los del show de Madrid, teníais a Al Dual y Nat Simons.
Sí. Una pasada.
A Al Dual lo pueden ver tocando con Los Rebeldes. Creo que es un chaval de Murcia.
Y posee una voz encantadora, aparte del personaje que es, vamos, un tío fenómeno. Y ella y ella… es genial. Es que no sabemos lo que tenemos en casa. El problema es este: que no sabemos lo que tenemos en casa. Toda la vida nos hemos fijado en lo que pasa en el extranjero y no hemos respetado nunca lo que hemos tenido aquí. Tenemos gente como los que acabo de nombrar, que son, vamos, fuera de serie. Y los tuve en Madrid de invitados con un éxito arrollador.
Pero ahora te voy a explicar una cosa. La bomba fue lo que nadie se imaginaba: Loles León, que ella es amiga de mi barrio, y yo estaba en Madrid y me llamó. Me dijo que quería cantar conmigo, y yo le dije: “Hasta ahí podríamos llegar, solo faltaría”. Loles León cantó “Que se mueran los feos” y puso al público volcado con ella porque tiene una gracia arrolladora. Loles León cantando “Que se mueran los feos”, dice: “Leslie parió muchos feos, pero yo los voy a acabar de rematar”.
Es especial en Barcelona, y en Madrid también. Y el que hicimos en Barcelona anteriormente, que vino Manolo García y Carlos Segarra y, sobre todo, mi descubrimiento: porque sé de qué va, porque me conozco el tema, traje a la figura de los inicios de todos los conjuntos, que el cantante de Lone Star, y traje a Pere Gené. Pere Gené, con sus 86 años, está como una flor, con una voz espléndida y un saber estar en el escenario, una maravilla. Bueno, es el nombre de los silencios…
El otro día estaba con un grupo de amigos y hablábamos de Los Sírex, y de una chica que llevaba gafas, me dijo: “¿Tú sabes por qué se llaman los Sirex?” Y yo digo: “Sí, sí, sé más o menos que el nombre de Los Sírex está asociado a la óptica”.
Es la verdad, era una época en que los nombres de los grupos eran así, tal y cual. Bueno, a ver, es lógico, cuando empezamos… todos los nombres de los grupos eran nombres de animales. Eran Los Pájaros Locos, Los Gatos Negros, Los Mustangs. En fin, todo era nombres así: Los Tiburones. Y aquello de intentar buscar un nombre original fue idea de Guillermo, que su padre era óptico y sabía de qué iba aquello.
Entonces dijo: “Ponemos un nombre que la gente nos preguntará toda la vida qué quiere decir”. Y yo digo: “pues ya lo tenemos”. Además, tienes que pensar que cuando hacíamos esto… yo llevaba cuatro discos editados en el mercado y pensaba que esto terminaba pasado mañana. No era aquello de “ahora ya seremos populares y tiraremos para adelante”. Como pensando que el año que viene se ha acabado, y mira… hasta hoy.
Y luego las cosas van continuando, van pasando y vas haciendo cositas. Y entonces fue cuando salió el nombre de Los Sirex. Y yo tengo un problema, porque hace ocho años, en el Besós, cogí mi móvi,l y, como aquel que ha cometido un asesinato y para que no le vean las huellas, tira la pistola al río: yo tiré mi móvil al río. Porque estaba hasta aquí del WhatsApp, porque cada día me levantaba con 50 WhatsApp preguntando el por qué te llamas Leslie y qué quiere decir Sirex.
Y yo explico que Sirex es un hilo de nylon que sujeta la montura del cristal, por ejemplo, de unas Ray-Ban, de las gafas metálicas, que sujeta, ¿me entiendes?, el cristal de la montura. Esto es simplemente el hilo de nylon, como una silicona, es un Sirex.
¿Y lo de Leslie?
Estuvo en la banda un personaje italiano, que verdaderamente nos enseñó a saber estar en un escenario, porque es aquello que dicen todos los grupos: cantas aquí, y lo que tú quieras, pero en el escenario tiene que haber vida, tiene que haber movimiento, tiene que pasar cosas. Y yo ya me movía… siempre he sido un poco como La Lola Flores. Los que dicen: “no sabe cantar”, por eso me movía tanto, y a veces, me tiraba al suelo para poder gritar. Siempre me acuerdo de la famosa frase de los críticos cuando ya estuvo en el Madison Square Garden: “Ni canta ni baila, pero no se lo pierdan”. A ver no es lo mismo, no es la comparación ideal, pero va por allí…
Yo me movía mucho y tal, y entonces el batería, que era Toni Mier, que luego se fue con Los Mustangs, pues empezábamos todos a jugar con el nombre. Yo me llamo Antonio, y casualmente, el italiano me puso Leslie. Y cuando me puso Leslie, digamos que en mi barrio me llamaban “el Anchoveta”. Mi padre pescador, la familia Anchova, y yo el pequeñito, “el Anchoveta”.
Y tú le dijiste al italiano: “¿Leslie? tu puta madre”.
Bueno, no lo quería decirlo por respeto a la gente que lo está viendo, pero sí: “Tu puta madre, llama Leslie a tu puta madre”. Y mis compañeros, empezaron: “¡Leslie!”, Y yo: “y tu hermana, ¿qué?”, “¡Leslie!”, “tu padre, ¡Leslie!”, pues ya está… ¿Quién iba a pensar que con los años pasaría, que me quedaría el nombre de Leslie?
Entonces resulta que me llamo Antonio, que así no me llaman a nadie, en mi barrio me llaman el Anchoveta, y mi nombre artístico es Leslie. Es decir, que estoy distraído por todos lados.
Ya que nombras a Lola Flores y a pescados varios, su marido catalán era “El Pescaílla”.
Sí, bueno, pero yo creo que Leslie es más rock y es más… rockero, sí, pero súper bien… Entonces, hubo un momento en que decían: “Es un hombre femenino, ¿no?”, Es un hombre de aquellos, ¿entiendes?, mixto, que no pasa nada.
¿Se crearon Los Sirex antes que los Rolling Stones y los Beatles?
Por supuesto. La banda se forma en el 59. Yo entré con Los Sirex en el 61, aunque yo tenía formada una banda en mi barrio… Los Sirex era la mejor banda de rock que en aquel momento había en España, pero por una razón obvia: porque daba la casualidad de que en los años sesenta Barcelona estaba invadida por la Sexta Flota americana. Y los jóvenes americanos que estaban, hacían sus fiestas, cogían las cuatro amiguetas y se iban para la Barceloneta, a los chiringuitos.
En el bar Hawái, vi por primera vez lo que era un conjunto de rockabilly: bajo, guitarra, caja y plato, y al ver aquello… los ojos se me abrieron. Allí empecé a escuchar a Eddie Cochran, Jerry Lee Lewis, Gene Vincent, Chuck Berry… Pero todos esos son los maestros, y los maestros que hicieron que luego salieran los Beatles, los Rolling, los otros, los de aquí, y luego todos los demás…
¿Qué quiere decir? Pues que fueron los pioneros del rock. Fueron los primeros que escribieron las canciones. Entonces, en el año 61, yo ya cantaba el “Be-Bop-a-Lula”, y yo ya la cantaba, ya cantaba todas esas canciones, porque lo había vivido. Cuando Los Sirex me llamaron para entrar con ellos… me dijeron: “Ven a divertirte, ven, ven… que tenemos ensayo”. Yo siempre ponía excusas, porque no me interesaba. Pero hubo un día que dije: bueno, es que estuvimos en la radio y todo, y Manolo me dijo: “Ven un día a tomarte una Coca-Cola y estaremos allí todos, divertidos y tal,”. Y bueno, por el rollo musical y tal cual, pues me fui a casa de Guillermo, que tenía un patio donde vivía en la Gran Vía, y ya está, y le dije: “¿Conocéis “Be-Bop-a-Lula”?” Y me decía: “Hombre, claro”, y yo la cantaba y les dije: “Seguidme”.
Y la tocamos. Y yo veo que… “esto funciona”. Allí me di cuenta de que Los Sirex funcionaban y ellos vieron que yo también les funcionaba a ellos. Era lo que se suele decir: que la unión funciona. Pero tardé… ¿Y por qué yo tardé tanto a ir a ver a Los Sirex? Porque había un gran problema en aquella época, cuando tenías 16, 17 años. Algo que fastidió al 80% a todos los grupos se rompieran, y no fue la mili (servicio militar).
¡Las novias!
Exacto. Yo iba a ensayar y me veía que Rafa decía: “No puedo, que he quedado con la nena”. Y al otro día: “yo he quedado con mi novieta”. A mí me gustaba ir a ensayar, y la novieta también, todo eso me gustaba. Pero también me gustaba la música, y posiblemente me lo tomaba la música más en serio que ellos. Y esto fue lo que me hizo unirme a Los Sirex. Y bueno, empezamos a hacer cositas con ellos.

Licenciado en INEF y Humanidades, redactor en Popular 1, miembro fundador de TheMetalCircus y exredactor en webs y revistas como Metal Hammer, Batería Total, Guitarra Total y Science of Noise. Escribió el libro «Shock Rock: Sexo, violencia y teatro». Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.
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