Lujazo absoluto el poder tener a todo un Arjen Lucassen de vuelta a nuestros micros. Nos apetecía especialmente tenerlo para poder hablar sobre su nuevo disco Songs No One Will Hear y sobre la idea -posible- de que el mundo se termine en menos de cinco meses. ¿Qué harías tú? El creador de Ayreon explora las reacciones humanas y escribe pensando en varios personajes y el qué decidirían hacer al escuchar que un meteorito colisiona con la Tierra. Hablamos de su nuevo disco, pero también de toda su laaaarga carrera. Yolanda y Jordi al micro.
Hola otra vez maestro Arjen Lucassen. Somos Jordi Tàrrega y Yolanda Sabater, yo desde Barcelona y ella desde Canterbury. Es un placer absoluto hablar contigo. Felicidades por tu nuevo álbum Songs No One Will Hear y gracias por esta entrevista. Empecemos: ¿dónde estás ahora mismo?
¿Dónde estoy? Bueno, siempre estoy en casa. Soy un auténtico ermitaño aburrido y siempre me encontrarás en casa. Estoy en Holanda. El clima está agradable, no demasiado caluroso hoy, y vivo en un pequeño pueblo junto al mar.
Después de 13 años de tu proyecto en solitario, tienes un nuevo disco… sobre el fin del mundo. ¿Por qué esa inspiración y por qué esa idea llegó a tu mente?
Pues bien, siempre empiezo con la música. Tengo aquí este pequeño teléfono y siempre una guitarra a mano. Voy grabando pequeñas ideas y, en algún momento, paso todas esas notas del móvil al ordenador en el estudio y las escucho. Siempre espero que la música me inspire un concepto, una historia y unas letras.
Esta vez, las canciones eran muy eclécticas: había piezas alegres, tristes, íntimas y también muy grandes. Necesitaba un concepto que reflejara todo eso. Todos mis discos tratan de emociones humanas; me encanta escribir sobre las personas. Así que pensé que necesitaba algo con muchas emociones distintas. Y me vino la pregunta: “¿qué haría la gente si supiera que solo le quedaban cinco meses de vida?”
Me pareció muy interesante porque cada uno reaccionaría de forma diferente. Uno se iría de vacaciones por última vez, otro cerraría las cortinas para no saber nada, quizás un padre que no ve a su hijo desde hace veinte años decidiría visitarlo… Apunté unas veinte ideas así y pensé: sí, este es el concepto perfecto. Por eso, en realidad, no trata del fin del mundo. No se trata realmente de un asteroide, sino de qué va a hacer la gente con sus vidas.
Y si solo quedaran cinco meses para el fin del mundo… ¿qué haría Arjen Lucassen?
En la historia aparece la Isla Santuario, el lugar donde el meteorito o asteroide impactará contra la Tierra. Y hay un personaje, el Doctor Slumber —que ya salía en mi anterior disco en solitario—, que organiza un viaje en autobús a la isla, en un autobús azul, para tener un billete de primera fila para ver el fin del mundo. Yo querría estar allí, querría estar en la isla, ver cómo llega el asteroide y acabar rápido.
No me gustaría estar en la otra punta del mundo, donde habría caos, hambrunas, peleas, tsunamis… Prefiero ir a la isla. Y en mi visión, allí todo es amable, gente buena, todo hippies como yo, dándose la mano y cantando. Creo que una de las canciones se titula “Just Not Today” y resume esa idea: todos vamos a morir, pero no hoy, así que aprovechemos el día.
Apuesto a que incluso en el último día del mundo estarías componiendo y tocando la guitarra, aunque miraras de frente al asteroide. Eso mismo es la portada del álbum, creo que la idea es simple: apareces en la playa con una guitarra y un perro.
En realidad, no sabía qué tipo de portada quería, así que pedí ideas a muchos artistas y me enseñaron imágenes espectaculares de ciudades en llamas y cosas así, pero todo era demasiado serio. Yo quería algo más divertido, porque no quiero que este álbum sea negativo o depresivo. Mi mensaje es positivo, un carpe diem, aprovecha el día. Así que, en cierto momento, le dije a mi pareja: vamos a la playa con el perrito, hagamos unas fotos y a ver qué pasa.
Fuimos y el perro se sentó a mi lado, como siempre hace —también está a mi lado ahora mismo—. Y en un momento pensé: ¿qué tal si simplemente aparezco sentado en la playa con mi guitarra, y detrás de mí se ve un asteroide enorme, y yo sin preocuparme lo más mínimo? Sentí que esa portada contaba la historia entera en una sola imagen y además, podía sacar una sonrisa.
Tengo que decir que Yolanda y yo compartimos la misma canción favorita, ¿verdad?
¿Cuál es?
Es “Dr. Slumber Blue Bus”.
Ah, genial, genial… Sí, es graciosa. Es una canción muy alegre, pero en realidad trata del autobús que te lleva hacia tu final. Me encantan esos contrastes: una canción muy feliz sobre un tema muy triste. Como decía, el Doctor Slumber es un personaje de mi anterior álbum en solitario, y lo del Blue Bus lo tomé de una canción de The Doors. Ellos tenían un tema llamado “The End” y su cantante, Jim Morrison, estaba completamente colocado y balbuceaba palabras, repitiendo todo el rato “The Blue Bus is calling us”. Me pareció buena idea tomar esa frase y usarla en mi disco.
No tenemos todas las letras; incluso yo intentaba entenderlas, pero en este disco hay muchos personajes, ¿verdad?
Más o menos lo mismo que en los otros. Básicamente, en la primera canción, “The Clock Ticks Down”, canto sobre muchos personajes, me centro en qué harían las personas si supieran que les quedan solo unos meses de vida: la mujer que quiere ver el mar una vez más, el padre que quiere llamar a su hijo o el pobre hombre que ya no quiere vivir y toma pastillas. Así que, en efecto, no es una ópera rock como las que hago con Ayreon, donde hay muchísimos personajes. Aquí el personaje principal soy yo. Y, por supuesto, está Irene Janssen, que hace todos los coros, y Mike Mills, un youtuber, que narra la historia.
Quiero preguntarte por la última canción, “Our Final Song”. Creo que es algo especial, pues es la más larga del disco. ¿Qué nos puedes contar de ella?
En mi anterior álbum en solitario, Lost in the New Real, había una canción muy larga de doce minutos que se llamaba igual que el disco, y es mi favorita de siempre. Así que me dije: si hago otro álbum en solitario, necesito otra canción larga como aquella. Para mí fue un auténtico reto crear un tema tan extenso y mantenerlo interesante de principio a fin. Pero empecé y todo surgió de manera espontánea: las ideas iban fluyendo unas hacia otras, y en un momento me pregunté cuánto tiempo llevaba. Las junté todas y me di cuenta de que duraba ¡catorce minutos! Eso era incluso más largo que mi anterior canción.
En cuanto a las voces femeninas, tienes muchas colaboraciones. Creo que Floor Jansen está, por supuesto, y también su hermana participa en el disco, ¿cierto?
Sí, Irene Janssen hace todos los coros. Diría que yo canto un 80 % y ella un 15 %. Y luego, por supuesto, está la voz increíble de Floor Jansen en la canción “We’ll Never Know”, que es un tema muy triste. Es una canción sobre una pareja que espera una niña, pero que nunca podrá verla crecer por culpa del asteroide y del fin de la humanidad. Pensé que solo había una persona en el mundo capaz de cantar eso y transmitir esa historia, y esa era Floor. Por suerte, le encantó la canción y la letra, y puso mucho de sí misma en la interpretación. Hizo un trabajo increíble.
¿Crees que este es el disco con más voces femeninas que has hecho nunca?
¿En este álbum? No, no lo creo. En los discos de Ayreon suelo tener muchas cantantes invitadas y además me encantan los coros femeninos, así que muchos de mis discos incluyen voces femeninas de fondo.
Y también participa Marcela Bovio en el álbum. ¿Qué importancia tiene ella para Ayreon y en tus trabajos?
Muchísima, muchísima… La conocí por primera vez cuando hice The Human Equation en 2004. Tenía en el disco a artistas muy famosos, pero también quería alguien desconocido. Así que pedí que me mandaran maquetas y recibí unas 200. Fue increíble, y ella fue la mejor de todas. La invité a venir a trabajar en The Human Equation y funcionó tan bien que desde entonces la he incluido en casi todo lo que hago, incluso en los directos.
¿Cómo decides si vas a componer un álbum para Ayreon o uno en solitario?
Normalmente no lo decido. Simplemente empiezo, como dije, con mi teléfono y mis ideas, y no sé en qué se convertirá. Dejo que todo se desarrolle de forma orgánica, porque sino, me limito demasiado. Pero esta vez, después de hacer discos para otros, como el de Simone Simons, pensé que ya era hora de hacer algo para mí. Un álbum de Ayreon me lleva dos años, requiere mucho trabajo, pensar mucho, logística, invitar a cantantes, organizar… y no me apetecía. Sentí que quería hacer algo sencillo y todo por mi cuenta.
¿Tienes planes de tocar este disco en directo?
De hecho, ya lo llamé Songs No One Will Hear Live. [Risas] No, en serio, tocar en directo ya no es lo mío. Lo dejé en los años noventa, hace unos treinta años, porque sencillamente no se me da bien. Creo que lo que se me da bien es producir y componer discos, hacer álbumes conceptuales, óperas rock. Así que no, no está pensado para tocarse en directo. Dicho esto, cada dos años hacemos conciertos de Ayreon y podría incluir alguna canción en esos shows; ya lo hemos hecho antes.
Y siempre tocas los conciertos de Ayreon en los Países Bajos, ¿verdad?
Sí.

Licenciado en INEF y Humanidades, redactor en Popular 1, miembro fundador de TheMetalCircus y exredactor en webs y revistas como Metal Hammer, Batería Total, Guitarra Total y Science of Noise. Escribió el libro «Shock Rock: Sexo, violencia y teatro». Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.
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