Segunda parte de la entrevista con Sharon Den Adel, la flamante vocalista de Within Temptation. Toca hablar esta vez de los duros inicio, la elección del nombre del grupo, sus colaboraciones con After Forever y especialmente de cuando su hit “Stand My Ground” sonaba en los 40 principales en España y lo petó de verdad. Dentro de poco podremos ver a la banda en directo junto a Tarja, otra de las grandes damas del rock.
Siempre que evolucionas habrá gente que le encante y habrá quienes quieren siempre el mismo disco… Justo aquí tengo vuestro primer disco… ¿Cómo lo ves con los años?
Todo comienzo posee algo de magia. Tu primer disco, tu primer video… es algo muy especial. Es por este motivo que posiblemente sea para mí un disco precioso. Es que empezamos con este, para mí es algo icónico y bonito y hay grandes recuerdos cuando pienso en él.
No pensábamos que el viaje fuera a durar tanto. Me encanta salir de gira y me encanta que podamos continuar haciendo lo que más nos gusta en la vida. Es toda una sorpresa el poder seguir tocando después de 27 años de carrera, por lo que mi sentimiento es de estar agradecida.
¿Por qué elegisteis el nombre de Within Temptation?
Lo decidimos en una reunión de grupo y creo que fue el peor nombre de grupo que se ha elegido nunca. Es que es muy largo… cuando lo ponían en un poster quedaba muy pequeño debido a lo largo que es el nombre y nos toca hacer las letras más pequeñas Luego es difícil de pronunciar y hace años llegaban a llamarnos Within The Temptation.
Luego creo que era muy difícil de recordar el nombre del grupo. De verdad que Into Temptation hubiera sido un nombre infinitamente mejor, pero… en su momento no llegamos a plantearlo. Yo dije en esa reunión que me encantaba la palabra Temptation, y alguien añadió lo de Within al principio y así terminó: “Within Temptation” (risas).
Mi primer álbum de Within Temptation fue el EP The Dance, pero juraría que todo cambió para vosotros el disco Mother Earth… ¿Qué importancia tuvo el disco Mother Earth y la canción “Ice Queen”?
Sí, todo cambió a mejor, pero diría que fue más que mucha más gente nos empezó a conocer y eso se consiguió con “Ice Queen” ya que entró en las listas de muchos países. Eso nos dio la posibilidad de girar fuera de los Países Bajos. Nuestra discográfica en aquel entonces era G.U.N. Records y estaba en Alemania. Eso fue un problema ya que cuando fichas por una discográfica extranjera y te vas fuera a tocar hay problemas… En fin, es una larga historia.
Pero también te digo que siempre es mejor fichar por una gran discográfica que no sea de tu país, eso te facilita las cosas de cara a tu carrera y el poder girar fuera es muchísimo más fácil. Pero estoy muy contenta de lo que conseguimos con ellos, pues nos dio muchas oportunidades de poder crecer fuera de nuestras fronteras. Que fuera una discográfica foránea fue algo esencial en nuestra carrera más que de haber fichado por un sello holandés.
Nosotros no hacíamos la típica música neerlandesa y con un sello alemán nos fue más fácil de poder ampliar nuestros fans (risas). No cantamos en holandés, lo hacemos en inglés. Nuestra música empezó en un nicho y salimos de ese pequeño círculo, pero tampoco éramos un grupo de música mainstream. Lo que está claro es que para poder vivir de tu música necesitas que esta triunfe más allá de tu país.
Quería preguntarte por ese súper-single que lo puso todo patas arriba en 2004, tema del disco The Silent Force que lleva por nombre “Stand My Ground”. Yo soy profesor en un instituto y a mi clase les enseño las entrevistas que voy a hacer para ver si conocen a alguien, y muchos conocían el “Stand My Ground”, a pesar de ser de otra generación y tener gustos totalmente diferentes. Eso indica que la canción es enorme…
Sí… recuerdo que sonó en Los 40 Principales.
¡Es verdad! No lo recordaba…
Es que estábamos de promoción del disco en España, en un supermercado y de repente sonó el “Stand My Ground”, y mi marido, que había vivido en España cuando era un niño, me dijo que eso era una absoluta locura: el llegar a poder sonar en esa emisora. No se lo podía creer. Él vivió en Madrid debido al trabajo de sus padres, estuvo allí unos tres años y habla bastante bien el español.
Eso hizo que fuera tan especial para él, y la llegamos a escuchar más de un día estando por España… De repente nos dábamos cuenta de que no teníamos pasta de dientes, entrábamos en unos grandes almacenes y de repente… empezaba a sonar el “Stand My Ground”. Era en plan: “¡Dios mío!” (risas). Fue una locura, y nos encantó.
Ahora lo recuerdo… es que, qué llegara a sonar un grupo como vosotros en una cadena como esa fue una absoluta locura. Voy a confesarte que mi disco favorito de Within Temptation es Hydra. ¿Es este álbum algo especial para la banda?
Bueno… allí está “Paradise”, que es una de mis composiciones favoritas ya que canto con Tarja, y hay allí unas colaboraciones con otros músicos muy bellas. Están Xzibit, por ejemplo, está Howard Jones… Yo es que creo que es un disco en el que intentamos llegar a trabajar con otros músicos puesto que estábamos algo cómodos con nuestro sonido. Buscábamos otros tipos de voces para potenciar nuestra música, así que casi que puedo decir que hubo muchos duetos allí, y fue muy bonito realizarlos.
Nunca tuvimos miedo de colaborar con otra gente y expandir nuestras fronteras musicales. Lo de hacer colaboraciones es algo que nos encanta, y encontrar a gente que tiene esa misma pasión es algo fantástico, porque aprendes del otro y a la vez él aprende de ti. Fue genial lo de colaborar con esos músicos en ese disco y sigo manteniendo el contacto con ellos, lo cual es una pasada.
En 2003, Within Temptation grabó una versión de «Running Up that Hill» de Kate Bush. Hoy en día es una canción muy famosa porque apareció en la serie Stranger Things… ¿Qué importancia tiene Kate Bush para ti?
Kate Bush es una de las cantantes femeninas que más me ha influenciado a pesar de que debo decir que mi máxima inspiración ha sido siempre Tori Amos. Pero mi padre siempre escuchaba a Kate Bush y a mí me encantaba por esa voz tan mística, y lo hacía cantando de una forma totalmente natural. Era como si le saliera de dentro ese sentimiento. No sé si era algo intencionado, pero a mí me lo parecía y creo que sentía totalmente lo que estaba cantando. Hay momentos en su música absolutamente maravillosos.
En su día quisimos hacer algo que estuviera cerca de las vocalistas y de la música que me había influenciado mientras crecía, por lo que nos decidimos por una de sus canciones. Y siendo honesta contigo… creo que no hicimos un buen trabajo en esta versión (risas). Me gusta absolutamente más cómo suena la original que lo que hicimos nosotros. Si la hiciéramos ahora estoy segura que la haríamos muy diferente de cómo la hicimos en 2003.
¿Cantaste en el álbum Prision of Desire de After Forever?
Sí, yo canté en ese disco. Hace muchos años de eso… creo que es su primer disco. Fue la compañía de discos la que me preguntó si estaba interesada en si quería tener un poco más de exposición. Ellos eran holandeses y sonaban muy bien, así que: ¿Por qué no? Tenían una influencia total de la música clásica, allí había grandes coros de voces y orquestaciones. Era una banda muy talentosa y era una buena ocasión para participar con ellos. Creí que podía ser muy divertido.
Me encantaron los dos primeros discos de After Forever pero también Avantasia y Ayreon son dos proyectos en los que participaste en el pasado. ¿Cómo ves a Tobias Sammet y Arjen Lucassen?
Tobias Sammet es un chico muy dulce y estaba muy contento con contar conmigo. Fue genial el poder trabajar con él a pesar de que mi participación era muy pequeña, pero le gustó lo que canté en ese disco. Ha conseguido unos discos muy buenos y yo sigo todo lo que va editando y estoy muy orgullosa de haber participado con mi personaje en su historia.
De Ayreon te diré que es otro proyecto neerlandés y ya sabía que allí participaban muchísimos músicos de renombre. Antes de tomar parte en el proyecto escuché muchos de sus discos y estoy muy agradecida de que pensara en mí a la hora de cantar en su disco el Into the Electric Castle. Fue genial.
¿Cuál es el truco que siempre quisiste hacer en el escenario, pero nunca lo lograste?
Cuando empecé el grupo con Robert (Westerholt), siempre me decía que le encantaría que yo cantase volando por el escenario, pero a mí me dan miedo las alturas, y sí que me gustaría retomar su idea con gente volando, pero de forma diferente: yo no quiero volar, quiero que sea el resto de la banda los que vuelen, el batería o el guitarrista.
Tenerlos allí flotando mientras canto (risas). Quizá sea algo sádico de pensar (más risas). Un poco ya he podido hacer más o menos todo lo que quería hacer sobre escena, pero me gusta lo de pensar en que los chicos son los que vuelan y no yo. Sería muy bonito de ver.
¿Cuál es el primer disco que compraste con tu propio dinero?
Oh Dios… de eso hace ya mucho tiempo. Es que cuando yo era pequeña no tenía una paga, o si más no, no podía comprar nada que no fuera música. Yo tenía un hermano seis años mayor que yo y él sí tenía una paga asignada. Yo tendría cuatro. Cinco años y dije que quería tener mi propio dinero, que por qué él tenía una paga y yo no. Yo quería comprarme cosas que me gustaran.
Mis padres accedieron, pero con la condición de que sólo me lo podía gastar en música, por lo que cada fin de semana íbamos a la tienda de discos donde podía comprarme casetes. En esos tiempos yo estaba viviendo en Indonesia con mis padres y cada finde llegaba a casa con dos o tres casetes. El primero que compramos fue la banda sonora de La guerra de los mundos, pero pertenecía a un lote y fue por la insistencia de mi hermano, que lo quería comprar.
Era una música muy de miedo. Me daba mucho miedo esa música y me recuerdo arrastrarme hacia la cama porque me parecía una música muy peligrosa, aunque luego me encantó. Y te diría que me llegó a inspira mucho para Within Temptation. Pero debería reconocerte que mi primer amor absoluto hacia la música vino de una banda sonora que poco tiene que ver con el rock: Grease. Yo tendría cuatro o cinco años cuando vi la película, y de verdad que no había escuchado a nadie cantar como lo hacía Olivia Newton John.
Me parecía un ángel. Y yo me decía: “Dios mío: yo quiero ser como ella y cantar como ella” y empecé a intentar cantar con el micro de una grabadora en la que me grababa a mí misma cantando. Era muy pequeña, pero ya cantaba todas esas canciones de la banda sonora para luego escucharme. Era muy temprana edad, pero es lo que hacía entonces…
Espera… ¿me estás diciendo que Sharon Den Adel de niña empezó a cantar Grease estando en Indonesia y queriendo ser como Olivia Newton John? Me parece alucinante…
Así fue, y estaba todo el día cantando (risas). Grease es genial. Pero también tenía una casete de West Side Story, aunque yo prefería Grease.
Pues ya que me hablas de canciones de películas estoy trabajando en la de “The Never-Ending Story” de la película La historia interminable. ¿Puedo preguntarte tu opinión sobre la misma?
Nosotros tenemos una canción titulada “The Never Ending Story”, y creo que es una canción perfecta en el sentido de que explicamos la historia y que las cosas vuelven a repetirse una y otra vez, una y otra vez… y eso es una desgracia. Ningún reino ni poder sigue siendo el mismo siempre. Las guerras van y vienen, la gente va y viene, y a pesar de todo, dejamos siempre un rastro de amor.
Un poco vendría a ser una letra similar a “Dust in the Wind”. Y es que a veces, algunas cosas te parecen muy grandes e importantes, pero el tiempo pasa y luego esas cosas no importan a nadie, todo se desvanece, la gente te olvida. La Tierra seguirá girando y las cosas van a cambiar. Las cosas van y vienen… ese es el tema de nuestro “The Never Ending Story”.
Hermoso final de entrevista Sharon… Vais a girar y recaláis en Barcelona, así que allí os veré.
Genial, gente, os quiero, amo a España, así que muchas gracias por esta entrevista. “Adiós”.
Licenciado en INEF y Humanidades, redactor en Popular 1, miembro fundador de TheMetalCircus y exredactor en webs y revistas como Metal Hammer, Batería Total, Guitarra Total y Science of Noise. Escribió el libro «Shock Rock: Sexo, violencia y teatro». Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.