Winnie-the-Pooh: miel y sangre
Director: Rhys Frake-Waterfield
Productora: Jagged Edge Productions
Año: 2023
Sabía que sería un desastre pero… es que la simple idea de imaginar una película de terror con Winnie-the-Pooh era algo que deseaba ver a toda costa. Y hay cositas que os diría que no están nada mal, pues la fotografía, algunas muertes imaginativas o algún momento del film da el pego, pero… es que es un slasher de toda la vida con la excusa de que tienen a los amigos-peluches de Christopher Robin y poco más. Y es que… entiendo que si te basas en Pooh para hacer una carnicería te habrás mirado las películas de Disney. Pues no, el director ha visto “Viernes 13” y otros clásicos y ha tirado directo.
Las películas de Winnie-the-Pooh son realmente bonitas e inocentes, muy trabajadas y todas poseen su magia sin repetirse. Siempre he pensado que todos los personajes son una especie de clase de niños con alguna dolencia-enfermedad y que Christopher Robin, el niño que aparece solitario en el Bosque de los 100 acres, sería como el profesor y guía a toda una pandilla que necesita ayuda. Encontramos en esa pandilla todo tipo de exclusión social y vulnerabilidad, pero vestida de algo cariñoso y disfrazada de cuento de niños.
Uno de los grandes rasgos de las películas de Pooh es que no hay un “malo” o un enemigo, son los personajes que se montan sus historias y siguen hasta el final creencias o ideas absolutamente equivocadas. Aquí no… aquí estamos con Robin que vuelve al Bosque de los 100 acres después de años de olvidar a sus amigos. Estos no han superado la marcha de su mentor y guía, han abrazado el animalismo y han dejado la parte humana de lado a la vez que están hambrientos de venganza. Una hambruna les hizo decidir que a qué otro personaje se comían, y ese fue el burrito Ígor.
Después de comerse al depresivo peluche los animales se vuelven sanguinarios, liderados por un Pooh que aquí es sencillamente un tío con una máscara. Y de la pandilla sólo aparece Piglet, el miedoso e inseguro cerdo aquí es un cerdaco macarra blandiendo cadenas. Y nuestro oso tontorrón es un invulnerable ser vestido de redneck que irá matando mujeres jóvenes, pues este es el único turismo que recibe la cabaña situada en el Bosque de los 100 acres.
Sin ritmo, con asesinatos random, fallos de guion y que podrían ser los Aristogatos, l pandilla de Mafalda o los Pitufos cabreados. No hay ni guiños a la historia de Pooh y sólo salen dos personajes de la serie-pelis (¡!!). Pudiendo pillar al hiperactivo Tiger, que hubiera sido lo lógico, reducen todo aquello a dos personajes. Posiblemente el presupuesto de las máscaras se iba de las manos. Todo falla, todo cutre, así que mírala a sabiendas de que puedes hacer cualquier otra cosa y será mejor que este bodrio infumable. Pero es Pooh…

Licenciado en INEF y Humanidades, redactor en Popular 1, miembro fundador de TheMetalCircus y exredactor en webs y revistas como Metal Hammer, Batería Total, Guitarra Total y Science of Noise. Escribió el libro «Shock Rock: Sexo, violencia y teatro». Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.
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