The Martian: Ciencia, resiliencia y humor en el planeta rojo
Una de las obras clave de Ridley Scott y sin embargo yo no le había prestado la atención que merecía. Coincidencia que en Canterbury están haciendo un ciclo de películas del gran Ridley y nos animamos a ir a verla, en inglés y todo. The Martian (2015), dirigida por Ridley Scott y protagonizada por Matt Damon, el espectador es transportado a una intensa aventura de supervivencia en Marte. La película, basada en la novela homónima de Andy Weir, combina ciencia real, drama humano y un inesperado sentido del humor para contar la historia del astronauta Mark Watney, quien es dado por muerto y abandonado en el planeta rojo tras una feroz tormenta por su equipo.
Lo que diferencia a The Martian de otros filmes espaciales es su enfoque científico. Watney, es botánico e ingeniero y utiliza su conocimiento para cultivar alimentos usando desechos humanos y fabricar agua a partir de combustible, todo dentro del hábitat marciano. Su lucha se documenta en un diario en video, lleno de humor negro y sarcasmo, lo que humaniza aún más su odisea.
Al detectar actividad inusual en la superficie de Marte, la NASA descubre que Watney está vivo. Comienza entonces una carrera contra el tiempo para rescatarlo, involucrando a científicos de todo el mundo, incluyendo a la agencia espacial china. El guion de Drew Goddard y la dirección de Scott logran mantener la tensión sin sacrificar la precisión científica.
La película se filmó en Budapest y en el desierto de Wadi Rum, Jordania, recreando fielmente la geografía marciana. Con un elenco de lujo que incluye a Jessica Chastain, Jeff Daniels y Chiwetel Ejiofor, The Martian fue un éxito de taquilla y crítica, recaudando más de 630 millones de dólares y recibiendo 7 nominaciones al Oscar. Un elemento cómico y entrañable es la música disco de los años 70 que acompaña a Watney. Canciones como “Hot Stuff”, «Starman» o “I Will Survive” subrayan irónicamente su situación, ofreciendo momentos de respiro emocional en medio del suspenso.
Nanotecnóloga y química de formación y amante de la música como pasión. Me gusta la música en todas sus vertientes. Empecé tocando el violín y de la música clásica pasé al rock y al metal (mis primeras bandas fueron AC/DC y Mägo de Oz, por supuesto). No tengo muchas bandas predilectas, aunque Rulo siempre encabeza el podio. Helloween, Volbeat o Greta Van Fleet le siguen de cerca. Mis gustos han cambiado a lo largo de los años pero siempre abierta de mente, así que le doy al hard rock, al power, al death metal (melódico) y a todo lo que me haga descubrir cosas nuevas o me sepa impresionar.
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