Kiss – Hotter than Hell: 50 años de la consagración del sonido de KISS (por Jordy Stanley)

Casablanca Records

22 de octubre de 1974

 

Algo de historia…

Hotter than Hell, lanzado el 22 de octubre de 1974, marcó un punto crucial en la carrera de KISS, una banda que apenas estaba comenzando a consolidar su presencia en la escena musical. Si bien su álbum debut homónimo de principios de ese mismo año había logrado captar la atención de algunos, fue con su segundo trabajo que lograron asentar las bases de su estilo y estética. La banda, formada en Nueva York en 1973 por Gene Simmons, Paul Stanley, Ace Frehley y Peter Criss, se destacó rápidamente por su extravagante puesta en escena y el uso pionero de maquillaje y trajes teatrales.

 

La producción de Hotter than Hell no estuvo exenta de dificultades. Tras el modesto éxito del primer álbum, la discográfica Casablanca Records presionaba a la banda para que produjera rápidamente un segundo disco. Sin embargo, el proceso de grabación fue caótico, con tensiones crecientes entre los miembros y dificultades técnicas que afectaron la calidad del sonido final. En palabras de Paul Stanley:

 

Estábamos ansiosos por hacer algo grandioso, pero la realidad era que estábamos lidiando con una serie de problemas que escapaban de nuestro control. Los estudios en Los Ángeles no eran lo que esperábamos, y el sonido final refleja esas limitaciones” (Rolling Stone, 1974).

 

A diferencia de su predecesor, Hotter than Hell ofreció un sonido mucho más crudo y oscuro, influenciado en parte por las experiencias de la banda en la costa oeste. El álbum, producido por Kenny Kerner y Richie Wise, quienes también estuvieron a cargo del debut, presenta una mezcla de rock duro, con fuertes influencias de glam y proto-metal. El bajo distorsionado de Gene Simmons y las afiladas guitarras de Ace Frehley destacan como elementos clave en canciones como «Parasite» y «Goin’ Blind». Gene Simmons recuerda ese momento como un desafío, pero también como una oportunidad:

 

No teníamos el presupuesto ni las herramientas para hacer un álbum pulido. Eso fue una bendición disfrazada. El disco suena sucio, pero eso le da una autenticidad que define a KISS. Estábamos capturando la crudeza de lo que éramos en ese momento” (Guitar World, 1996).

Los clásicos más calientes del infierno

 Hotter than Hell contiene algunas de las composiciones más memorables de la banda, muchas de las cuales se convertirían en imprescindibles en sus futuros conciertos. Canciones como la homónima «Hotter than Hell», con su pegajoso estribillo, y «Let Me Go, Rock ‘n’ Roll» se convertirían en himnos del rock. «Got to Choose», el tema que abre el disco, marca un tono melódico que rápidamente es seguido por la agresiva «Parasite», un tema compuesto por Ace Frehley, aunque cantado por Gene Simmons. Paul Stanley, quien escribió y cantó varias de las canciones del álbum, ha expresado en múltiples ocasiones su cariño por este trabajo, a pesar de sus imperfecciones:

 

Este álbum tiene una magia especial. No es perfecto, pero es auténtico. Captura quiénes éramos en ese momento: una banda hambrienta por destacar y mostrarle al mundo que estábamos aquí para quedarnos” (Classic Rock Magazine, 2003).

 

Por otro lado, el lanzamiento de Hotter than Hell coincidió con una época turbulenta para la industria discográfica. KISS, aunque ya había comenzado a ganar seguidores gracias a su explosivo show en vivo, aún no había alcanzado el éxito comercial que tanto deseaban. La banda, conocida por su impresionante puesta en escena, enfrentaba la difícil tarea de trasladar esa energía a un formato de estudio (cosa que no conseguiría hasta el Alive!). Sin embargo, el álbum no tuvo un gran éxito inicial en términos de ventas, alcanzando solo el puesto 100 en la lista Billboard 200. A pesar de esto, la banda continuó presentándose en vivo, ganándose una base de fanáticos leales. Peter Criss comentó sobre esos tiempos difíciles:

 

Nos dábamos cuenta de que la magia de KISS estaba en el escenario. En el estudio, intentábamos capturar esa energía, pero era en los conciertos donde realmente brillábamos” (Kerrang!, 1987).

 

Además de su sonido, Hotter than Hell también destacó por su icónica portada, diseñada por John Van Hamersveld, que presentaba a los miembros de la banda con sus característicos maquillajes y un diseño que evocaba influencias del arte japonés. Esta estética reforzó aún más la identidad visual de KISS, una banda que, desde sus inicios, siempre había sido consciente del poder de la imagen. El propio Gene Simmons ha comentado:

 

Sabíamos que nuestra música era importante, pero también sabíamos que la imagen lo era todo. Queríamos que nuestros discos fueran obras de arte en todos los sentidos” (Hit Parader, 1975).

 

La portada del álbum es un reflejo directo de la mentalidad de la banda en ese momento: explosiva, excéntrica y ambiciosa. A pesar de que no tuvo el impacto comercial inmediato que esperaban, Hotter than Hell ayudó a consolidar la identidad visual que definiría a KISS durante décadas. Y, si bien el álbum no fue un éxito de ventas inmediato, se ha convertido en uno de los discos más venerados de la discografía de KISS, siendo una pieza fundamental en la evolución de su sonido y estilo. A medida que la banda continuaba lanzando álbumes, finalmente encontrarían el éxito comercial con Alive! en 1975, un álbum en vivo que capturó, por fin, la esencia de sus conciertos. Ace Frehley reflexiona sobre el legado del disco:

 

No fue fácil grabarlo, pero nos impulsó a seguir adelante. Siempre he sentido que Hotter than Hell fue un punto de inflexión para la banda. Nos dio la fuerza para continuar cuando las cosas parecían difíciles” (Guitar Player, 1998).

Veredicto

Hotter than Hell puede no haber sido un éxito de ventas en su momento, pero hoy es considerado un clásico dentro del catálogo de KISS. Su crudeza, su energía y su carácter imperfecto son precisamente lo que lo hace destacar. Este álbum encapsula a la banda en una fase crítica de su desarrollo, cuando estaban luchando por encontrar su lugar en el mundo del rock, pero ya mostraban destellos de la grandeza que alcanzarían. El disco no solo es una pieza clave para los fanáticos de la banda, sino también una referencia para el rock duro de los años 70, influenciando a innumerables bandas posteriores. Como mencionó Gene Simmons en una entrevista:

 

Hotter than Hell fue el álbum que nos enseñó a ser KISS. Nos forzó a enfrentarnos a nuestras limitaciones y a superarlas. De alguna manera, ese disco fue el que nos hizo quienes somos hoy” (Metal Edge, 2002).

 

 

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