Canciones perfectas “Love Gun” de KISS (por Jordy Stanley)

Paul Stanley hablaba de esta manera de “Love Gun”:

“Fue la primera canción que componía arreglaba y producía enteramente: «La escribí en el avión […]. Todo lo hice en mi cabeza, y cuando aterrizamos tuve que tocarla enseguida para asegurarme de que funcionara. Creo que cuando sacas un tema genial lo sabes: siempre pensé que ‘Love Gun’ es una canción tremenda, la quintaesencia de KISS, una de nuestras cinco mejores canciones».

 

Años más tarde en su autobiografía, confesaba que la composición era menos fabulosa y más prosaica:

 

«Robé la idea de LOVE GUN de la versión de Albert King de ‘The Hunter’, que Led Zeppelin también usó para ‘How Many More Times’ en su primer álbum».

 

Una u otra versión, no desmerecen la genialidad de la pieza, siendo de las mejores canciones de la banda. En todo caso, la música, como cualquier otro arte, se retroalimenta en sí mismo. Cervantes se inspiraba en obras como el Amadís de Gaula, entre otros libros de caballería, para idear su Quijote. Y Paul Stanley bebía de los clásicos del rock del momento para componer sus canciones. No es extraño que algunos temas suenen a Led Zeppelin, Rolling Stones o The Who, porque estas bandas eran las que inspiraban al joven Stanley Einsen a convertirse en ‘Starchild’ y a forjar la leyenda de KISS y sus 50 años de carrera.

La canción

“Love Gun” iniciaba la segunda cara del disco homónimo publicado en 1977. En estos momentos la banda neoyorquina estaba en lo más alto. Era de las bandas más importantes, por no decir ‘la más importante’, en el mundo del Rock & Roll. Estos jóvenes habían cruzado la barrera de ser unas meras estrellas del rock a convertirse en unos iconos que estaban a la par con personajes como Superman. Gene Simmons había conseguido aunar en KISS sus dos grandes pasiones, por un lado, la música, con The Beatles a la cabeza, y por otro los cómics de Marvel.

 

“Love Gun” como disco es 100 x 100 KISS, con todos sus miembros cantando una canción por primera vez, y con temas icónicos que han acompañado a la banda en todos los años de su carrera: “I Stole Your Love”, “Christine Sixteen”, “Shock Me”; o como “Plaster Caster”, canción que trata de la groupie llamada Cynthia, quien realizaba moldes de los penes erectos de las estrellas del rock e hizo las delicias de los fans en el MTV Unplugged.

 

«Love Gun» de KISS es una canción que trata sobre el amor apasionado e intenso y el compromiso que un sentimiento de estas características entraña. El yo poético, por llamarlo en términos más académicos, nos confiesa que dejemos a un lado cualquier miedo y duda, y que confiemos en el amor. La canción comienza con un redoble que, al unísono con la guitarra y el bajo, simulan una ametralladora. Los acordes largos de las guitarras vienen acompañados por una base rítmica que nos acompaña durante todo el tema.

 

La voz de Paul Stanley, merecería capítulo aparte, puesto que demuestra todo su poderío vocal en esta pieza, haciendo, si cabe, más convincente la letra y la desesperación amatoria que sufre el narrador. Tiene que conseguir vencer las defensas de su oponente, la amada, puesto que tiene el arma bien cargada. ¡Explícito, no, lo siguiente!

 

La letra

Como apuntábamos hace un instante, la primera parte de la canción es una declaración de amor y de intenciones. El narrador expresa cuánto ama a su interpelada y cómo le gusta. Además, estamos frente a una invitación placentera, en donde la excitación entre ambos es el invitado principal. Del mismo modo, el narrador muestra su impaciencia, expresando que el momento es el ahora, que no debe dudar, porque la unión será gozosa. No hay lugar ni donde esconderse, ni donde huir, porque el arma está preparada y ella solo tiene que apretar el gatillo.

 

“Realmente te amo, nena

Me encanta lo que tienes

Acércate a mí

Nos pondremos calientes”

 

“No más mañana, nena

El tiempo es hoy

Chica, puedo hacerte sentir

Bien”

 

“No hay lugar para esconderse, nena

No hay lugar para correr

Tú aprietas el gatillo de mi”


“Arma de amor”

 

La metáfora sexual es bien evidente y se describen tanto los preliminares del acto amatorio, como el hecho de que es la mujer quien al final debe de tomar la decisión y dejarse llevar por el acto del amor. Eso sí, una vez probado, ya no podrá olvidar ese momento. El juego del amor ha cautivado a los amantes que se erigen como jugadores.

 

“No puedes olvidarme, nena

No intentes mentir

Nunca me dejarás, mama

ni lo intentes

Seré tu tahúr, nena

Haz la apuesta

Acércate, mama

te haré sudar”

 

“No hay lugar para esconderse, nena

No hay lugar para correr

Aprietas el gatillo de mi”

 

“Arma de amor”

 

La letra, en sí misma, no es muy filosófica que digamos. Más bien lo contrario. Es directa, concreta, sencilla… busca lo que busca y está pensada para un público adolescente que tiene el deseo carnal muy presente en su día a día.

Veredicto

“Love Gun” es, sin lugar a dudas, una canción de honor en ese ‘Top 5’ que mencionábamos más arriba en palabras de Paul Stanley. Un tema que ha acompañado a la banda desde su publicación en 1977 y que es 100 x 100 Paul Stanley (incluso el bajo que oímos en la grabación es suyo). Con el disco “Love Gun”, KISS llegaba al punto más álgido de su carrera y lo ejemplificaba con la gira más espectacular en el mundo del shock rock de por aquel entonces. Gira que se vería inmortalizada, ‘grosso modo’, en su Alive II.

 

KISS estaba en la cúspide del ‘merchan rock’: cómics, fiambreras, muñecos, radios… todo lo que pudieras imaginar por aquel entonces tenía el sello ‘KISS’. Incluso el álbum que estamos mencionando traía consigo una pistola de cartón para montar. Además, gracias a las portadas de Ken Kelly, KISS habían dejado de ser meras estrellas del rock, para convertirse en divinidades que eran adoradas por féminas incandescentes en su propio templo.

 

“Love Gun”, canción, disco, época, lo son todo. Son ese punto culminante, ese viaje hasta la cima de la montaña que presagia la caída. ¡No se podía llegar más alto! Y así fue. Como en una montaña rusa, la caída fue vertiginosa en los años siguientes, con discos que no acababan de cuajar, la pérdida del maquillaje y una impronta que quería emular a otras bandas del momento, más que a ellos mismos. El viaje fue farragoso, pero los hijos pródigos volvieron en 1996 para realizar una gira de reunión que pondría el mito KISS en su lugar hasta hoy en día. Pero eso es una historia que debe de ser contada en otro momento.

 

 

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