Sabaton culminan su mejor momento en Amberes

Sabaton + The Legendary Orchestra

Afas Dome (Amberes, Bélgica) – 2 de diciembre de 2025

Texto: Marc Fernández

Fotos: Betty Crawford

“¡Buenas noticias! Debido al alto número de entradas vendidas, hemos movido el concierto de Razzmataz 2 a la 1. ¡Podremos poner el tanque sobre el escenario!”.

Tal fue el comunicado que hizo Sabaton a la víspera de su concierto en Barcelona en el lejano 2014. En aquel entonces nadie habría augurado que llegarían a convertirse en unos titanes a la altura de Iron Maiden o Judas Priest. En aquellos tiempos eran un grupo bastante friki, uno que parecía hecho para el chaval que sabe describir mejor los entresijos de la operación Bagration que los pliegues femeninos.

 

Si como yo eras ese tipo de chaval, Sabaton era tu espacio seguro, tu infalible fuente de energía.  De algún modo apelaban a una nueva generación de metaleros, a ese cultivado bajo la fantasmagórica luz de un monitor gamer. Sin presupuesto para cien videoclips, sus fans hacían edits que ponían sus temas sobre cinemáticas de videojuegos o escenas épicas de películas históricas, y no era raro que en youtube proliferaran playlists tales como: “Sabaton Gaming Mix”.

 

Viajemos ahora al presente. Ahora ese chaval tiene un alquiler carísimo que pagar, contra todo pronóstico se ha echado novia, juega más bien poquito, en lo que tarda en hacerse el arroz, y de pronto su banda favorita, aquella a la que vio consolidarse en tugurios infectos y abrasadores escenarios de festivales, congrega a 23.000 personas en un pabellón.  Qué viejos somos, ¿eh?

The Legendary Orchestra: Sabaton presenta… ¿A la banda sonora de Sabaton?

Ver a Sabaton en esta gira es un poco como ir a cenar a un sushi. Sabes que no te vas a pedir unas patatas bravas, solo quieres sushi, sushi y más sushi, y si pudieras beberías también sushi. En ese sentido, The Legendary Orchestra se dedicó a amenizar la velada con una interpretación muy sentida y especial de clásicos de Sabaton como “Ghost Division” o “Bismark”.

 

 

Fue nada más y nada menos que café para cafeteros, la oportunidad de disfrutar de temas que por lo demás brillaron como grandes ausentes del setlist principal de la banda, pese a que también sirvieron para sacar a la luz auténticas gemas como las emotivas “Hearts of Iron” y “The Final Solution”, que se vieron profundamente elevadas por el épico formato orquestal.

 

Hubo tiempo para revisitar sus aventuritas en la I Guerra Mundial de la mano de “Sarajevo” y “Angels Calling”, que incluyeron nuevas narraciones de la célebre voz de las History Editions de sus trabajos. Muy especial se sintió también “Resist and Bite” tocada en Bélgica, un tema que habla de cómo una pequeña unidad gofre retuvo a la Wehrmacht en los albores de la II Guerra Mundial.

 

 

La épica regresó rápidamente a la melancolía de la mano de “A Lifetime of War”, todo un himno a los privilegios patriarcales inherentes a la condición masculina. También se rescató a la poderosa “Sparta”, que también obtuvo una grandilocuente narración nueva, seguida de otra canción igual de repudiada por Open Arms como “Winged Hussars”. El broche de oro lo puso la festiva “Swedish Pagans”, que como viene siendo tradición, vino precedida de todo un mar de cánticos, culminando una actuación que se sintió como un rendido homenaje a los 20 años que han transcurrido desde el lanzamiento de Primo Victoria.

 Sabaton, más grandes que nunca

Esta gira ha traído a los Sabaton con su producción más épica y ambiciosa por mucho. Han dejado los tanques en pos de un imponente castillo con cañones, permitiendo a la banda corretear por sus almenaras como si defendieran el Abismo de Helm. Si algo ha caracterizado esta rama de la gira es que el concierto contiene unos elementos muy altos de teatralidad, como se pudo ver con unas graciosas interacciones entre actores interpretando a Napoleón, Gengis Khan y a César, que fueron interrumpidos por una procesión de caballeros templarios que resultaron ser nada más y nada menos que la banda surgiendo de entre el público, que luego llegó al escenario a través de un puente levadizo que bajó desde el techo.

 

 

Aunque no empezar con “Ghost Division” podría llegar a considerarse una traición, lo cierto es que “Templars” funciona muy bien como un tema de inicio, cumpliendo a la hora de poner a miles de personas a chillar y dar saltitos. Aprovechando la temática templaria, el grupo mantuvo sus atuendos de cruzados para encarar la emblemática “The Last Stand”, aprovechando una acalorada arenga de Gengis Khan para regresar a sus ropajes normales y desgranar la nueva “Hordes of Khan”, que inundó de llamas el escenario.

 

Si algo hay que reconocerle a Sabaton es el esfuerzo que han puesto en la teatralidad de esta gira, y es que, aunque la primera mitad del show estuvo poblada de cortes del nuevo trabajo, sí que cada uno tuvo su momento con alguno de los actores. En “I Emperor” apareció Napoleón y unos artilleros dispararon los cañones que había sobre el escenario, y en “Crossing the Rubicon” apareció Julio César para hablar de sus ensaladas, y hasta para encarar la versión en Ikea de “Carolus Rex” aparecieron las coronas suecas sobre las imponentes almenaras del escenario.

 

 

Pese al éxito la banda sigue rezumando humildad y buen rollo, turnándose las presentaciones e interactuando sobre el escenario en cortes como en “The Red Baron” o “Stormtroopers”. Intentar estar al tanto de todas las interpretaciones escénicas que Sabaton hace sobre el escenario es como intentar estar al día de todos los casos de corrupción de la política española, pues los suecos aprovechan su gran despliegue pirotécnico y escénico para caracterizar cada tema y darle un qué especial. No, sus canciones no son las más complejas, pero su ejecución es sin duda memorable.

 

Un breve solo de batería de Van Dahl auspició que hubiera un pequeño cambio en la alineación de la banda, con Englund y Rórland empuñando unos gigantescos tambores chinos y Joakim pasando a la guitarra para encarar “A Tiger Among Dragons”, un tema que, aunque en el disco pasa bastante desapercibido, en directo gana mucho más. La Legendary Orchestra regresó sobre las tablas tras una breve presentación de Pär, que mandó a encender todas las linternas de los móviles para encarar la conmovedora “Christmas Truce”, convirtiendo el pabellón en su propio árbol de navidad gigantesco.

 

En la línea de teatralizar cada tema, para “The Attack of the Dead Men” la banda no solo apareció con máscaras de gas, sino que recorrió la pista caminando entre el público, gaseándolos como tu amigo con resaca después de desayunar un durum picante, empalmando rápidamente con la cañera y explosiva “Night Witches”. “Primo Victoria” sigue teniendo el mismo poder de poner a todo un estadio a saltar que tenía hace 20 años, funcionando como el pistoletazo de salida del que sería el sprint final del show.

 

 

Triunfó especialmente con la pirotecnia la queridísima “The Art of War”, a la que le siguió el súper clásico que terminó de consolidarles “To Hell And Back”, volcando una energía que parecía augurar el punto final del show. Sin embargo, para sorpresa de propios y extraños, la banda concluyó con el primer tema que compusieron como banda, tan antiguo en su discografía que ni siquiera habla de historia, la festiva “Masters of the World”, escrita cuándo Sabaton eran solo unos chavales que no sabían que eventualmente se convertirían en auténticos maestros del mundo.

 

En conclusión, esta gira de Sabaton ha demostrado una vez más su capacidad de combinar épica musical con un despliegue escénico y teatral sin igual. Cada tema, ya sea un clásico como “Primo Victoria” o una joya menos conocida, adquiere una nueva dimensión gracias a la orquesta y a las cuidadas interacciones con actores e ingeniosos elementos de puesta en escena. La banda logra un equilibrio perfecto entre espectáculo, emoción y cercanía con el público, dejando claro que, después de más de veinte años, su energía, creatividad y pasión por la historia siguen intactas.

 

 

 


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