78/100
24 de octubre de 2025
Rare Diamonds Production
La corona sigue firme: himnos, rarezas y la voz que nunca se cansa de luchar
Hay artistas que no necesitan demostrarse nada a sí mismos porque llevan toda una vida demostrándoselo al mundo. Doro Pesch pertenece a ese linaje sagrado del metal que no entiende de retirada, de moda ni de desgaste. Y Warriors Of The Sea es, en esencia, un homenaje a esa trayectoria indomable y al vínculo casi espiritual que la une con sus seguidores desde hace más de cuarenta años.
Con lanzamiento el pasado 24 de octubre de 2025 a través de su propio sello, Rare Diamonds Production, el disco nace del éxito aplastante de sus “Metal Queen Metal Cruises”: dos travesías sold out en las que la comunidad metalera vivió algo más que conciertos; vivió un ritual. Ese espíritu marítimo, épico y tribal se convierte ahora en el eje central de un álbum concebido tanto como recuerdo para fans como celebración de su figura.
Lado A: rarezas que brillan como tesoros ocultos
La cara de estudio ofrece cinco piezas tan diferentes como complementarias. “Warriors of the Sea”, escrita específicamente como himno del crucero, abre el álbum con un aura heroica, casi cinematográfica. Es puro Doro: voces que ondean como una bandera al viento, riffs musculosos y esa mezcla eterna entre fuerza, nobleza y melodía ardiente.
“Touch Too Much” y “Tattooed Angels” destilan ese heavy clásico de líneas limpias y espíritu ochentero, mientras que “Horns Held High” funciona como un guiño directo a la comunidad metalera; un llamado a levantar el puño, a celebrar que seguimos aquí. “Seelied”, que traducido del alemán puede interpretarse como “Soul Song” o “Canción del alma”, es un corte más íntimo y misterioso, aporta un toque místico que equilibra el conjunto. Un canto desde lo más profundo, del alma y del mar.
A nivel técnico, las grabaciones suenan cuidadas pero cálidas, lejos del exceso de pulido moderno. Doro mantiene ese timbre áspero y poderoso que tantas carreras ha inspirado, y que todavía consigue ponerte la piel de gallina cuando quiebra una nota intencionadamente.
Lado B: la reina en su reino natural — el directo
La segunda mitad confirma una verdad universal: Doro es, ante todo, una fuerza escénica. Las versiones en vivo de “Children Of The Dawn”, “Fire In The Sky”, “Revenge” o “Above The Ashes” respiran electricidad pura; rugen con coros masivos y un público entregado que casi puede sentirse entre las pistas.
El cierre con “Raise Your Fist In The Air” es inevitable y necesario. La canción, ya convertida en rito, resume el mensaje eterno de Doro: resistencia, orgullo y hermandad metalera. Técnicamente, las grabaciones capturan bien la energía del directo, aunque mantienen ese toque crudo que —en alguien menos legendaria— podría verse como imperfección; aquí es pura identidad.
Un regalo para fans y un recordatorio de por qué Doro sigue siendo la Metal Queen
Warriors Of The Sea no pretende conquistar nuevos territorios ni reinventar el heavy metal. No lo necesita. Se siente como una botella arrojada al océano, como un mensaje dirigido exclusivamente a quienes llevan años siguiéndola: un tributo, una celebración y un abrazo sonoro.
Para los que crecimos con su voz, su figura y su entrega absoluta, este álbum es otro capítulo en una historia que parece no tener final. Y ojalá no lo tenga nunca.
Mi nombre es Irene, y todo el mundo me conoce por mi apellido Kilmister adquirido por el que ha sido y será mi mayor ídolo en esta vida. Lo cierto es que yo empecé en esto de la fotografía sin pensarlo mucho. Era la típica amiga de la cámara, pero de que me quise dar cuenta me propusieron entrar a colaborar en un medio profesional en 2017 y desde ahí he pasado de ser esa amiga de la cámara a evolucionar y coinvertirme en lo que conocéis ahora.
Apasionada de la música en todos sus géneros y amante de la lectura y los conciertos, aunque mi verdadera profesión no tenga nada que ver con todo esto.
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