La semana pasada os trajimos la primera parte de este especial dedicado al genio de Paul Thomas Anderson. En esta ocasión, disfrutaremos de The Master (2012), Phantom Thread (2017), Licorice Pizza (2021) y finalizaremos con One Battle After Another (2025). Como ya explicamos, esta etapa se caracteriza por un estilo de dirección más taimado e introspectivo, alejado del caos original y focalizado en la reflexión filosófica.
The Master (2012): Hoffman en su máximo esplendor y liderazgo
El polifacético Phillip Seymour Hoffman, quien nos dejó en 2014 debido a una sobredosis a sus cuarenta y seis años, fue el actor predilecto de PTA, con un total de cinco apariciones. Si bien hasta entonces había tenido papeles secundarios, su protagonista en The Master es seguramente su mejor interpretación. Nos retrotraemos en la posguerra estadounidense de los años cincuenta, donde el veterano Freddie Quell (gran Joaquin Phoenix) no logra adaptarse a la sociedad, tras sufrir los estragos de la 2ª Guerra Mundial. Su vida parece encauzarse cuando se duerme borracho en el barco de Lancaster Dodd (Hoffman), el líder carismático del movimiento filosófico llamado «La Causa». Lancaster busca discípulos obedientes y cree poder cambiar su carácter animal, mientras que Freddie necesita una figura paterna para encauzar su adicción a la bebida y al sexo, así como sus traumas. Igualmente sobresaliente está Amy Adams como Peggy, la férrea mujer de Dodd, quien parece realmente que lleva la paella por el mango en la organización. A medida que se extiende el poder de su jefe, la relación se tensa entre dudas de si se tratan de habladurías o si realmente puede conseguir la salvación de su alma, en base a experiencias de vidas pasadas.
Aunque no se menciona directamente la Cienciología de L. Ron Hubbard, es evidente que es una referencia indirecta por la descripción de la secta y su estructura jerárquica familiar, hecho que hizo enfadar a Tom Cruise: miembro destacado del movimiento, además de amigo de Anderson tras Magnolia. Phoenix y Hoffman pudieron improvisar muchas de sus escenas: el «procesamiento» de la entrevista inicial se rodó casi íntegro en una sola toma, con Joaquin golpeándose realmente. Asimismo, una vez en la cárcel también destrozó el lavabo real de manera inesperada. Su personaje se basa en un recluta amigo de PTA. Tampoco fue un éxito en taquilla, ya que no recuperó los treinta y dos millones de dólares que costó, pero de nuevo causó sensación en valoraciones: nominaciones al Oscar como Mejor actor para Phoenix, Mejor actor de reparto para Hoffman y Mejor actriz de reparto para Amy, aunque no ganaran. Por otra parte, fue el primer gran estreno rodado en 70 mm en más de quince años.
Phantom Thread (2017): retorcido romance burgués, con receta casera de los Borgia
Cualquiera medianamente interesado en el séptimo arte sabe que Daniel Day-Lewis es la perfecta representación del actor de método: se convirtió en el personaje de Reynolds Woodcock durante el rodaje y asumió su rigidez de tono y movimientos, mientras interactuaba fuera de cámaras. Según sus palabras, fue su papel más doloroso y no lograba quitárselo de la cabeza, razón por la cual abandonó durante más de ocho años la industria. Gracias a su hijo regresó recientemente para protagonizar Anemone, la primera película dirigida por Ronan Day-Lewis, con quien colaboró en el guion. Phantom Thread nos lleva al Londres de los años cincuenta, donde Reynolds es un prestigioso modista que viste a la alta sociedad. En su obsesiva rutina solo vive acompañado de su hermana y socia Cyril (Leslie Manville). Su vida da un giro de 180º cuando conoce a la camarera Alma Elson (Vicky Krieps), quien se convierte en su musa y pareja, de manera poco convencional: se rebela ante el control meticuloso de Reynolds (cualquier ruido le molesta), así que decide intoxicarle para tenerlo a su merced. Woodcock, quien tiene visiones de su fallecida madre, quien le enseñó el oficio, encuentra un poco ortodoxo equilibrio entre el añorado amor materno y el romántico. Mientras está postrado en su cama, le ayuda a terminar sus encargos.
El personaje de Reynolds se inspira en el archiconocido diseñador vasco Cristóbal Balenciaga, debido a su relación con la aristocracia, así como por su carácter perfeccionista y aislamiento. El motivo del hongo venenoso para generar dependencia está basado en historias reales de matrimonios disfuncionales. En tono personal, Anderson pensó en cómo su esposa Maya Rudolph cuidó de él mientras estuvo enfermo, cuando más vulnerable se sentía. Su amor reprimido burgués me recuerda al del propio Lewis y Michelle Pfeiffer en la igualmente elegante The Age of Innocence (1993) de Martin Scorsese. Es evidente la influencia reconocida de Barry Lyndon (1975) de Kubrick, por su perfeccionismo visual y atención al detalle. Aunque en taquilla fue un éxito moderado, con cincuenta millones de dólares recaudados que cubrieron los treinta y cinco millones de costes, en crítica fue el mejor éxito hasta la fecha de toda su carrera: obtuvo seis nominaciones al Oscar (Mejor película, Mejor director, Mejor actor para Lewis, Mejor actriz de reparto para Manville y Mejor banda sonora para Greenwood), si bien únicamente se agenció merecidamente el de Mejor diseño de vestuario el crack de Mark Bridges.
Licorice Pizza (2021): primer amor y nostalgia setentera
Licorice Pizza es una inusual vía de escape de romance cómico, en la habitual carga dramática de Anderson. Se ambienta en el Valley de Los Ángeles de 1973 y sigue la peculiar relación entre Gary Valentine (Cooper Hoffman, hijo del añorado Phillip Seymour), un adolescente actor infantil, carismático y emprendedor de varios negocios cuestionables, junto a Alana Kane (Alana Haim), una joven veinteañera inteligente pero sin rumbo fijo en su vida. Tras conocerse durante la foto escolar, este la invita a cenar a pesar de sus diez años de diferencia. Veremos como su relación de amistad pasa por momentos de tensión sexual, aventuras disparatadas, celos por terceras personas y, finalmente, el amor sincero. Asimismo, tanto Bradley Cooper (encarna al estilista y productor Jon Peters, ex de la actriz Barbra Streisand), como Sean Penn (se inspira en el actor William Holden) o Tom Waits (el director Rex Blau) tienen pequeños papeles de lo más hilarantes e histriónicos.
Cabe destacar la participación de toda la familia de Alana, tanto sus hermanas Danielle y Este, como sus padres. De hecho, su madre Donna fue profesora de arte de PTA cuando era niño y, tras reencontrarse con el tiempo, se hizo amigo cercano de la familia. Anderson dirigió gratuitamente varios de los videoclips y detectó que Alana tenía presencia delante de cámaras, por sus facciones y personalidad. Significó su debut en la gran pantalla, así como el de Cooper, lo que aporta la naturalidad y credibilidad necesaria a la trama. El personaje de Alana se basa en Alana Kane, una fotógrafa del Valley amiga de Paul y mayor que él, con quien tuvieron cierto coqueteo y admiración platónica. Por otra parte, el de Gary hace referencia al actor infantil real Gary Goetzman. La pizza de regaliz es un guiño a una cadena de tiendas de discos popular en California. Es evidente la influencia de películas de revival adolescente como American Graffiti (1973) o Dazed and Confused (1993).
En cierta manera, esta película marca un retorno a los inicios de Anderson. Después de los planos largos y la introspección característicos de las dos películas de las que hablamos antes, tanto Licorice Pizza como One Battle After Another recuperan cierto desenfreno y humor, pero con la madurez propia de un director ya versado en la industria. La banda sonora encaja como un guante en sus diferentes secuencias, con canciones de The Doors, Bowie o Tom Waits entre otros. Aunque se estima que no recuperó del todo su inversión de cuarenta millones de dólares, de nuevo encantó a nivel crítico.
One Battle After Another (2025): drama revolucionario, con elementos cómicos
Terminamos este maravilloso especial, donde hemos podido aprender más sobre la trascendental figura de Paul Thomas Anderson, con la única producción que he disfrutado en la pantalla grande: One Battle After Another. Inspirada libremente en la novela Vineland (1990) de Thomas Pynchon, se centra en «Ghetto» Pat Calhoun (Leonardo DiCaprio nunca había estado tan cómico) y Perfidia Beverly Hills (Teyana Taylor está genial), una pareja de revolucionarios miembros del grupo de izquierdas French 75, que pretende luchar por los derechos de la población inmigrante a base de sabotajes y atentados. Mientras libera a los detenidos del Centro de Detención de Otay Mesa, Perfidia humilla sexualmente al oficial al mando, Steven J. Lockjaw (Sean Penn brillante), quien se obsesiona con ella. Poco más tarde, cuando la descubre poniendo una bomba, Lockjaw le propone un trato: liberarla a cambio de tener relaciones con él en un motel, a lo que accede a regañadientes. Perfidia tiene una hija, Charlene (Chase Infiniti), pero decide seguir con sus actividades. Tras un atraco fallido en un banco, donde matan a un guardia de seguridad, la rebelde consigue evitar la cárcel a cambio de delatar la ubicación de sus antiguos compañeros. Dieciséis años más tarde, Pat y Charlene han asumido las identidades de Bob y Willa Ferguson, con el ahora padre luchando por desconectar de su pasado, ya que necesita fumar marihuana para aliviar su paranoia, mientras que ella rechaza sus adicciones y su sobreprotección. Lockjaw es invitado a unirse a un grupo elitista de extrema derecha, por lo que vuelve a acosarlos para tratar de descubrir su paradero, con la incógnita de que quizás tiene un vástago interracial fruto del fortuito encuentro, lo cual es inaceptable para esa sociedad que le vigila.
El título de esta obra resume perfectamente su mensaje: el enemigo que siempre regresa, en un eterno círculo vicioso. El romantizar la violencia, sea cual sea el bando, solo implica consecuencias futuras negativas. Charlene, después de descubrir que su madre le había enviado cartas, aunque su padre no hubiera respondido a ellas, hace que el espíritu revolucionario pase de una generación a otra. Indirectamente se rebate la supuesta «tierra de la libertad» estadounidense. Se pueden establecer paralelismos de los efectos psicológicos de la guerra, entre el personaje de Bob y el de Freddie en The Master. Por otra parte, cabe destacar el papel de Benicio del Toro como profesor de Karatedo y líder de la comunidad de Baktan Cross, quien mezcla responsabilidad con toques cómicos. También me sorprende positivamente Regina Hall (conocida por la saga paródica Scary Movie) como Deandra, además del papel de Alana Haim, protagonista de Licorice Pizza, con ambas interpretando a miembros del French 75.
Se trata de la producción más costosa hasta la fecha de PTA, con alrededor de ciento cincuenta millones de dólares de coste, si bien de momento ya ha superado los dos cientos millones de recaudación. No es descartable que sea nominada a Oscars, por su gran recibimiento. Para finalizar, creo que es importante acordarnos de los colaboradores habituales de Anderson, más allá de sus ya mencionados actores fetiche: Cassandra Kulukundis se encarga de su casting actoral desde Boogie Nights; Mark Bridges del diseño de vestuario excepto de su más reciente película; Daniel Lupi y JoAnne Sellar han sido mayormente sus productores; Jonny Greenwood se ha encargado de sus bandas sonoras desde There Will Be Blood, lo mismo con Adam Sommer como productor y asistente de dirección.
Apasionado del cine y la música. Desde 2021 he sido redactor en diferentes medios como Manners of Hate, Metal Nightmare y Queens of Steel. Recientemente incorporado al equipo de Stairway to Rock, para ofreceros desde entrevistas, reseñas de discos o crónicas de conciertos (con énfasis en el underground), además de cualquier artículo especial cinéfilo que me pase por mi cabeza. Especializado en heavy, thrash, speed, metal épico, doom, rock progresivo y psicodélico. Actualmente trabajando en una novela de ciencia ficción.
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