83/100
5 de septiembre
Provogue
Walter Trout cuenta ya con 74 primaveras, con un hígado trasplantado y con décadas y décadas de trabajo y experiencia junto a los más grandes. Últimamente está a un ritmo frenético y discos como Ride son una maravilla. Su voz, curiosamente, está a un nivel altísimo, mejor que nunca y ni él mismo se lo cree. Posee una banda en estudio que le acompaña en directo y la clave de todo está en su esposa Marie, que le ayuda a componer y en las letras. Sign of the Times suena especialmente bien, es muy variado y algo me dice que podremos verlo, dentro de no mucho, sobre un escenario.
“Artifical” es una declaración de intenciones a golpe de blues clásico. Las raíces de Mayall están presentes y su propia personalidad. La canción es una queja a los tiempos actuales, tirando de armónica y con la pesada pegada de Michael Leasure a la batería. El gran Zig Zag juega con las percusiones, pero el tema en sí es una tarjeta de presentación y un golpe sobre la mesa. El otro single ha sido la homónima “Sign of the Times”, un título muy comprometido, con otra letra crítica con la sociedad que nos toca vivir. Trout tira de voz negra y hay un riff de voz a coro muy logrado, además, nuestro protagonista tiene un momento narrado que toca la fibra.
“Mona Lisa, Smile” es una de las piezas más delicadas y bellas que ha compuesto este hombre en varios lustros. Corazón acústico y un acordeón meciendo las estrofas, que van con punteados de apoyo y con una voz muy sincera por parte de un Trout que demuestra que sigue siendo capaz de enamorarnos a sus 74 años. Y “Hurt No More” es el auténtico lujo del disco, con unos aires reivindicativos, muy a lo Neil Young, pero en una pieza compuesta junto a su mujer Marie en la que se refiere a sus años de drogadicto.
“Blood on My Pillow” se inicia con la batería y bebe del blues más puro y de raíces. De verdad que guitarra y voz del maestro están a un nivel excelso. Es el típico blues que va creciendo y en el que el solo de guitarra es de puro feeling. Música desde el corazón aderezada con el teclado de Teddy Zig Zag. El sonido y producción son excelsas y el bajo de John Avila retumba para encarar “No Strings Attached” en un tema más crudo, derrochando clase en cada fraseo de guitarra, del que la canción va trufada. Suena a blues clásico con un sonido plenamente actual.
“I Remember” es de lo más evocador del disco, con esa aura nostálgica que juega con posos sureños, muy Skynyrd y con un riff y arreglos que parece más de terrenos Springsteen. Eclosiona todo con ese solazo marca de la casa y todo te llega muy a dentro. “Hightech Woman” se inicia con una voz marcando los tiempos y suena como si fuera grabada en una toma y en directo. Destaca la batería acústica y sin tratar y la voz del maestro. “Too Bad” bebe de acústicas electrificadas y mucha armónica y suena a su pupilo Eric Sardinas. Termina con “Struggle to Believe” que es un ataque guitarrero en toda regla. Es el tema más extenso en el que quema todas sus naves y da rienda suelta a su guitarra.
Es impresionante el nivelazo que gasta Walter Trout a sus 74 años. Si Ride ya fue impresionante este Sign of the Times es otra maravilla fuera de su tiempo y lógica. Posiblemente Walter Trout no debería estar ya en el mundo de los vivos, y esa misma conexión sobrenatural hace que lo que entrega ahora sea tan brillante. El disco entra cual cuchillo en mantequilla y el material es sobradamente bueno. El tiempo dirá, pero este hombre merece estar al mismo nivel con todos los grandes del blues con los que ha llegado a trabajar. Merece una entrevista, pero… es que ya se la hemos hecho…
Licenciado en INEF y Humanidades, redactor en Popular 1, miembro fundador de TheMetalCircus y exredactor en webs y revistas como Metal Hammer, Batería Total, Guitarra Total y Science of Noise. Escribió el libro «Shock Rock: Sexo, violencia y teatro». Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.
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