Seguimos con la charla con el gran Walter Trout, que nos asegura que es el fan más grande de los Rolling Stones a pesar de que fueron los Beatles quienes le cambiaron la vida. Repasamos su paso por Canned Heat y los tiempos en los que el blues estaba de capa caída…
Nuestro protagonista tocaba con John Lee Hooker para 50 personas y tenía que trabajar por las mañanas, pues lo que ganaba no le daba ni para pipas. Y cuando le pido que me diga si le gustaría hacer algún truco de directo, se enfada bastante y nos dice que él no hace trucos, que nos quiere acariciar el alma a base de blues.
Tu currículum es increíble. ¿Aún tienes el sueño de tocar con alguien con quien nunca hayas tenido la oportunidad?
Me encantaría tocar una canción con los Rolling Stones, me encantaría porque soy su mayor fan, pero ya he tenido la oportunidad de tocar con casi todos los músicos con los que quería tocar.
El momento más emotivo del concierto fue cuando le contaste al público que habías recibido un trasplante de hígado, supongo que fue tal vez el momento más difícil de tu vida.
Sí, estuve cerca de la muerte durante ocho meses, y en el fondo, no pensaba que lo lograría, pero aquí estoy… sigo adelante, me siento genial, estoy sano y sigo tocando mi música, es una bendición y soy el hombre más afortunado del mundo.
Creo que estás en uno de tus mejores momentos, tus conciertos son muy intensos y tocaste durante dos horas en Barcelona.
Sí, dos horas. Ahora, a mi edad, tengo 74 años, y cuando llego a las dos horas empiezo a agotarme, entonces es momento de parar, porque en ese punto necesito sentarme y recuperar el aliento. Pero eso está bien. Recuerdo que toqué con Otis Rush, un gran hombre del blues, hace muchos años en Europa, y él ya era mayor, tocaba media hora y luego se tenía que sentar. Así que a las dos horas yo todavía llego bastante bien.
Hace unos tres años entrevisté a Eric Sardinas, quien me dijo que era tu vecino.
Sí, es mi vecino, vive en la misma calle. Te puedo decir que cuando yo estaba con John Mayall y Eric aún estaba en la escuela secundaria, solía venir a mi casa y escuchábamos discos de blues y tocábamos la guitarra juntos cuando era un niño, así que tenemos una larga historia juntos. Eric es un gran tipo y un gran guitarrista. Tengo que decir que es uno de mis guitarristas favoritos hoy en día.
Siempre que viene a Barcelona es una fiesta…
Es su manera de vivir el blues, y es genial que tenga una conexión muy fuerte con los mejores. ¿Has escuchado la canción que él y yo grabamos juntos?
Tal vez la he escuchado, pero no la recuerdo ahora mismo.
Mira, esto es lo que haces: vas a YouTube, escribes mi nombre y luego “Firehouse Mama”. Le pedí a Eric que tocara en uno de mis discos, y aceptó. Le dije: “Cuando eras niño, nos sentábamos a tocar acústico juntos, eso es lo que vamos a hacer ahora, sin banda, tú y yo, con guitarras acústicas, vamos a escribir una canción juntos y grabarla en vivo”. Eso fue lo que hicimos.
Luego añadí algo de armónica, pero fuera de eso es en vivo. Lo hicimos en el estudio, escribimos la canción y la grabamos en aproximadamente una hora. Solo una hora. Él me dijo que solo podía estar una hora porque tenía que ir a una boda, uno de sus primos se casaba. Entonces le dije: “Está bien, vamos a escribir una canción ahora mismo”. La grabamos, cantamos y él se fue. Luego le añadí la armónica. Busca esa canción, de verdad que quedó muy bien.
La revisaré después de la entrevista. Otra cosa graciosa que me contó Eric es que estaba pensando en hacer algo contigo llamado “Sardinas y Trucha”. (Trout en inglés es trucha)
Y quizá podríamos hacer una gira con Samantha Fish. Sí, los tres juntos (risas). Y luego podríamos incluir a Kingfish.
¡Sería algo así como un festival de pesca y blues! (risas). Ok, desde 1981 hasta 1985, te uniste a Canned Heat. ¿Cómo recuerdas esos años con la banda?
Lo pasé muy bien con ellos. En ese momento estaba pasando por dificultades; cuando me contrataron, yo estaba tocando con John Lee Hooker y gente así, pero en esa época el blues estaba en un punto muy bajo. Cuando tocaba con John Lee Hooker, lo hacíamos en pequeños clubes para unas 50 personas, ganaba casi nada y era una lucha constante. De hecho, trabajaba durante el día para poder pagar las cuentas. Luego, me vieron cuando estaba con John Lee Hooker y me pidieron que me uniera a su banda, y ahí fue cuando mi vida cambió y tuve la oportunidad de girar por todo el mundo.
¿Cuál fue el primer disco que compraste con tu propio dinero?
El primero que compré con mi propio dinero fue, quizá, un disco de Al Jolson cuando tenía unos ocho años, porque vi una película en la televisión llamada “The Jolson Story” y me hice fan de su forma de cantar. Pero el primer álbum de rock and roll que compré por mi cuenta fue probablemente Meet the Beatles. Yo compré también discos antes que ese, porque amaba el jazz; compraba discos de Duke Ellington, Count Basie, y Ella Fitzgerald. Pero cuando escuché a los Beatles, eso fue definitivo para mí.
Siempre pregunto en las entrevistas si hay algún truco que el artista haya querido hacer alguna vez. ¿Tú tienes algún truco? Láseres, fuego…
No, no quiero hacer trucos. Soy un artista. Si la gente busca trucos, deberían ir a ver a KISS o a alguna de esas bandas que hacen fuegos artificiales y espectáculos, pero yo no soy eso, no es lo que hago. No quiero hacer trucos. Si quieren trucos, tienen que ir a ver a otro. Conmigo van a escuchar música que espero les toque el corazón y el alma. Ese es mi truco: emocionarlos.
Esperaba una respuesta así… la música siempre en primera línea de fuego.
Si vienes a ver ropa elegante, luces, humo y esas cosas, mejor no vengas a verme, porque no es lo que ofrezco.
¿Recuerdas la primera vez que lloraste en un concierto?
Probablemente fue cuando vi a Ella Fitzgerald cantar orgullosamente una canción de George Gershwin, y lloré como un bebé. Empecé a ir a conciertos mucho antes de ver bandas de rock o blues, porque cuando era niño amaba el jazz y mis padres me llevaban a conciertos desde pequeño. Cuando tenía diez años, pasé un día con Duke Ellington, eso fue antes de que el rock and roll me impactara.
Por último, quiero preguntarte tu opinión sobre Gary Moore. Gary Moore fue uno de los guitarristas más grandes que han existido en la historia e indagó en el blues como pocos.
Gary Moore fue increíble,
Me encanta que pudiese triunfar en varios estilos: tocó heavy metal, blues, Thin Lizzy… siempre siendo un maestro.
Él podía mezclar ambos estilos y siempre será un maestro en todo lo que hacía. Comenzó con el blues y luego volvió a él, fue genial, sin duda alguna.
Pues ya estaría todo por mi parte Walter…
Gracias, Jordi, ha sido genial, pero ahora tengo que irme, aunque no lo creas, tengo que ir al gimnasio y entrenar.
Es increíble saber eso. Quizá el gimnasio ese es uno de tus secretos.
Sí, intento mantenerme vivo a mi edad.
¿Nos vemos pronto en Barcelona?
Espero volver a Barcelona porque me encanta, es una ciudad muy hermosa. Espero regresar, y si vuelvo, mándame un mensaje y vienes al concierto como mi invitado.

Licenciado en INEF y Humanidades, redactor en Popular 1, miembro fundador de TheMetalCircus y exredactor en webs y revistas como Metal Hammer, Batería Total, Guitarra Total y Science of Noise. Escribió el libro «Shock Rock: Sexo, violencia y teatro». Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.
Descubre más desde Stairway to Rock
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.