Adventus está de vuelta, y hoy ha estrenado el primer single de su próximo disco. Viene acompañado de un muy buen videoclip protagonizado por la actriz Mabel Rivera, a quien ya vimos protagonizar el vídeo de la canción «Aire» en el anterior trabajo de la formación. Con este lanzamiento, la banda de Manuel Ramil nos permite escuchar por fin cómo suenan con la voz de Ramón Lage, y la verdad es que el resultado no podría haber sido mejor.
«De mi corazón y otras miserias» es un tema muy personal, en el que Ramil escribe su experiencia a la hora de enfrentarse a la enfermedad que le mantuvo alejado de los escenarios hace unos meses. En su letra transmite el miedo ante la incertidumbre y un posible e inesperado fin, mientras le pide al universo que le regale un nuevo verso, un nuevo capítulo. También transmite la certidumbre de querer luchar y seguir adelante.
El videoclip es espectacular. Por una parte, vemos encarnada en Mabel Rivera la lucha por la vida, y cómo se padece por la enfermedad. En el vídeo se cuenta la historia también de los peores momentos… y de los mejores al recuperarse. De hecho, el cuerpo médico que aparece en el clip son los sanitarios reales que atendieron a Ramil, todo un homenaje a su labor. Las imágenes de la historia se entremezclan con otras de la banda tocando, que son pura energía.
Escuchando este adelanto, lo primero que podemos notar es que Adventus sigue sonando a Adventus, algo que no siempre es fácil cuando estrenas un tercer cantante en cuatro discos. Las señas de identidad de la banda, que es el estilo de Manuel Ramil componiendo, siguen ahí, con una densidad en la cantidad de palabras muy característica. El sonido también se mantiene, lo único es que ha cambiado la voz.
Después de dos primeros discos con Víctor García a la voz, el cambio total de formación fue aprovechado para sacar un tercer disco con un cantante que estaba varios niveles por encima, Diego Valdez. Ahora, con Ramón Lage el nivel se mantiene ahí arriba, aunque con un estilo más moderno. Quizá en algunos momentos uno echa de menos esa garra que le ponía Valdez al arrancar algunas frases, pero Lage le añade un extra de versatilidad, sutileza y alma. Mucho sentimiento. De hecho, la voz del vocalista asturiano está mucho más aprovechada aquí de lo que estuvo en proyectos como Delalma, y podemos ver todo un abanico de recursos que nos pone los dientes muy largos de cara a escuchar el álbum completo. Hay momentos más suaves, pero también hay algún grito desgarrado.
Y pese a que el protagonista y los titulares se los va a llevar el nuevo vocalista, también es sobresaliente el trabajo del resto de la banda, con la solidez de Nacho Arriaga a la batería y Fernando Mainer al bajo, y la inspirada guitarra de un Dani Arcos que nos ha dejado un buen solo y algún punteo muy notable. En definitiva, un excelente primer adelanto del que está llamado a ser uno de los discos nacionales del año.

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