85/100
30 de enero de 2026
Lost Realm Records
La escena barcelonesa del metal underground últimamente ha producido grandes lanzamientos. Bandas como Crimson Storm, Emissary, Estertor, Inverted Cross, Löanshark, Reaktion, Redshark, Radity, Raptore, Savaged, Terminal Violence o Violblast están creciendo a pasos agigantados, dándose a conocer algunos incluso a nivel europeo. A todos estos se les añadirán en breves Wicked Leather, con el que será su primer disco de larga duración, Season of the Witch, después de darse a conocer el año pasado, con su primerizo single Echoes of the Storm. Fueron formados en 2023 por Yami Martins como vocalista junto al guitarrista Michel Regueiro (también en Emissary), Uri Segú en la percusión y Blai en el bajo. Este último fue sustituido primero por Pau Correas (Redshark) y luego por Sebastian Ulmanen, para actualmente encargarse de las cuatro cuerdas Cosmil Martin (igualmente en Emissary). Tuvieron como segundo guitarrista a Dani Żołyniak de Estertor y Onirophagus, si bien recientemente entró Alejandro Zárate para completar la agrupación. De la mano del sello Lost Realm Records, publicarán a principios del año que viene este jugoso elepé, que desengranaremos a continuación. El místico diseño de la portada es obra de Mikhael Feliks.
El disco inicia con la homónima «Season of the Witch», sencillo promocional del disco, que ya deja patente la propuesta del grupo: un heavy clásico con toques ocultistas de puro paganismo. Me encanta esa risa malévola de Yami, hacia el final de la canción, como si se hubiera entregado al aquelarre. Desde aquí agradecerle de todo corazón a mi querida amiga, que nos ha facilitado explicaciones de las diferentes canciones promocionales: «Season of the Witch» representa el despertar de las fuerzas ocultas y ancestrales que emergen cuando el velo entre los mundos se disuelve. La canción traza un viaje hacia la oscuridad interior, donde lo humano se encuentra con lo animal y lo espiritual en una danza de poder y transformación.
El bosque, cubierto de niebla y sombras, se convierte en un umbral donde habitan los ecos de los muertos y las entidades antiguas de la tierra. La bruja, más que una figura femenina, es la manifestación del conocimiento prohibido y del poder natural sin control, una expresión del instinto y de la energía vital que se opone al orden racional. La oscuridad no es solo amenaza, sino fuerza renovadora: un ciclo eterno de destrucción y renacimiento donde las viejas estructuras se disuelven para que resurja lo salvaje y lo sagrado en su forma más cruda. La canción celebra así el retorno de la magia y de lo oculto, la reaparición de la energía primigenia que gobierna la tierra, el fuego y la sombra.
La encarnación del caos, la destrucción y la energía animal
Prosiguen con «She’s the Storm» que, a pesar de alcanzar los seis minutos de duración, nos mantiene enganchados a su sonido espectral. El apartado vocal recuerda a una extraña mezcla entre Kate de los belgas Acid, con una versión femenina de Udo en Accept: poderosa y afilada como una daga. Describe el encuentro con una fuerza elemental desatada, una energía viva que combina fuego, viento y furia. No es simplemente una mujer, sino una entidad natural y sobrenatural: la encarnación del caos, la destrucción y la energía animal que rompe los límites de lo humano. La tormenta funciona como símbolo del poder instintivo y lo oculto, de aquello que late bajo la superficie del mundo y del cuerpo. El narrador, atrapado por esa presencia, se ve arrastrado hacia la pérdida del control, hacia la rendición ante una potencia que lo sobrepasa y lo transforma.
A nivel simbólico, la canción explora la energía salvaje e indómita que destruye para volver a crear, una fuerza que habita tanto en la naturaleza como en el interior del ser. La tormenta no solo lo rodea: lo habita, lo consume y lo revela. En síntesis, la letra expresa la entrega al poder primordial y oculto, a la pulsión animal que ruge bajo la razón y que, al despertar, devuelve al individuo a su estado más puro, feroz y libre.
Como un frenesí de puro speed metal empieza «Crystal Lake», en una evidente referencia a la terrorífica saga de Friday the 13th, slasher protagonizado por el asesino Jason Voorhees. Se prevé que, para el año que viene, se estrene una serie de televisión como precuela, basada en el funesto campamento de verano que da nombre a esta canción. Continúan la misa negra con «Night Hunter»: composición que ya pudimos disfrutar en su sencillo Echoes of the Storm, pero que aquí aparece remezclada y mejorada sustancialmente, en particular en el apartado coral. Destaca la parte más taimada del final, como si fuera la calma antes de la tormenta asesina.
Metáforas y analogías en un escenario oscuro
«Black Goat Rising» es otra de las canciones promocionales del álbum, así como una de mis favoritas. Me recuerda al macho cabrío Black Phillip de The Witch (2015), de Robert Eggers. Nos habla de un viaje desde el miedo a los mandatos sociales hacia la comunión con lo salvaje y lo instintivo. El bosque no es solo un lugar físico, sino un espacio fuera del orden humano, donde prevalecen las leyes antiguas de la naturaleza, los espíritus y los dioses olvidados. La cabra negra representa no solo la tentación y la autonomía, sino también la energía animal primordial, la fuerza natural que se rebela contra toda estructura impuesta. El sacrificio simboliza el abandono de la inocencia y la aceptación del caos como parte esencial de la existencia, un tránsito donde se pierde la pureza pero se gana libertad a través del instinto. En su lírica, la frase “Heaven dies” alude a la muerte de lo sagrado institucionalizado, a través del fuego que purifica y del despertar de lo reprimido, el retorno de la materia viva, del deseo y de los impulsos que la civilización quiso enterrar.
Similar a lo que cantaron en su día los Kiss del añorado Ace Frehley, la oscuridad de «Midnight Creature» se cierne sobre nuestros pescuezos. Después del primer minuto, deciden aumentar revoluciones conforme avanza la negra noche y el ataque de lo desconocido. Brillante el solo de guitarra mientras cantan el coro. Regresamos al terreno familiar con «Lightning Strike», cuya tormenta resuena todavía más eléctrica, gracias en parte a su nueva introducción. Llegamos a la cereza final de «Masquerade of Shadows», con un riff de lo más pegadizo. Destaca esa cadencia casi de heavy/doom, en clara contraposición con el resto del álbum. Su extensión permite que tenga diferentes secuencias, incluso una parte de protagonismo para las cuatro cuerdas, poco antes de que se desaten las dos hachas guitarreras.
Conclusión
En conclusión, nos encontramos frente a un disco la mar de interesante, que seguro que permitirá a esta formación alcanzar mayores cuotas de reconocimiento. Desde la atípica voz de Yami, pasando por la sinérgica combinación en las seis cuerdas de Michel y Alejandro, además por supuesto de la base rítmica coordinada entre Uri y Cosmil, este grupo cuenta con cimientos muy sólidos sobre los cuáles crecer en directo y en estudio.

Apasionado del cine y la música. Desde 2021 he sido redactor en diferentes medios como Manners of Hate, Metal Nightmare y Queens of Steel. Recientemente incorporado al equipo de Stairway to Rock, para ofreceros desde entrevistas, reseñas de discos o crónicas de conciertos (con énfasis en el underground), además de cualquier artículo especial cinéfilo que me pase por mi cabeza. Especializado en heavy, thrash, speed, metal épico, doom, rock progresivo y psicodélico. Actualmente trabajando en una novela de ciencia ficción.
Descubre más desde Stairway to Rock
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.




