Fighting
12 de septiembre de 1975
Vertigo
Fighting… el álbum de horrible portada, con nueva formación y con la aproximación a las twin guitars que les pone en la antesala del éxito. Después de este, viene Jailbreak, pero… en Fighting ya puedes notar que el grupo tiene algo sumamente especial. Podemos calificarlos como esbozos de lo que van a ser, pero aquí ya encontramos obras maestras en un puente respecto a sus cuatro anteriores (aunque se suele considerar como el segundo disco) y lo que está por venir. El guitarrista Eric Bell ya era historia y entraba Brian Robertson, un joven escocés de armas tomar, que, unido a Scott Gorham, haría historia viva del rock, y luego se iría a Motörhead.
El disco
Muy posobemente “Rosalie”, versión genial de Bob Seger, sea lo más recordado de Fighting. Es la encargada de abrir fuego y el grupo está espléndido en nueva formación de cuatro miembros. Tema rockero de riff base y sonido cálido y real. Añadidos sutiles de teclados por parte del invitado Ian McLagan (de Faces) y coros en una composición, que mucha gente cree que es original de los Lizzy. Y la suelen tocar actualmente cuando se vuelven a encarnar como banda. “For Those Who Love to Live” ya va con guitarras dobladas a pesar de que aquí, no todavía podemos hablar del sonido twin guitars. Obviamente la dupla formada por Scott Gorham y “Robbo” Robertson ya empieza a hacer de las suyas en un tema dominado por el bajo y la voz de Phil Lynott. Sin ser un tema estelar, suena perfectamente como tiene que sonar el combo irlandés.
Y llegamos a uno de los momentos culmen en “Suicide”, tema hipnótico e hímnico. Al grupo se le nota un salto cualitativo evidente y esta composición es un clasicazo en toda regla. Hay los redobles de Brian Downey y las guitarras ya empiezan a apuntar hacia la dirección correcta y¡de su sonido futuro. La versionaron Los Suaves en su día, y si lo hicieron, fue por algo. La cadencia es muy ZZ Top, pero no es polvorienta, y letra y versos, son tan inmortales como los excelentes parones y el repartir juego. Aquí las guitarras toman el protagonismo absoluto y todo pasa a ser un festival.
Y “Wild One” es una auténtica maravilla y uno de esos temas que ya marca definitivamente el camino con las twin guitars asomando. Medio tiempo evocador con un riff antológico dominando el corte, en el que Phil, comanda a voz y bajo, con una imaginativa línea. Y el solo… pues como que ya definen lo que serán las guitarras gemelas con ese canon rápido. Pero venga, ya que hemos entrevistado a Scott Gorham, os dejamos que sea él quien os lo explique:
“Bueno, digamos que la mayoría de todo aquello fue realmente un accidente. No fue algo premeditado. Nadie dijo en ningún momento: “vamos a ser una banda de guitarras armónicas”. Lo que ocurrió fue que, en el álbum Fighting, nuestro segundo disco, Brian iba a grabar una sola línea de guitarra, y la iba a grabar dos veces. Y eso iba a ser todo. Pero lo que pasó fue que, el ingeniero, dejó un retraso en su guitarra y se retroalimentó luego, un par de milisegundos. Y se retroalimentó aquello armónicamente. Y, por supuesto, él se sintió avergonzado. “Oh, Dios, lo siento mucho… Déjame arreglar eso”.
Y yo le dije, “espera un momento, eso sonó genial”. Convertir esta línea solitaria en una línea armónica… Y le dije, Brian, ¿por qué no vas allí, grabas la línea, y la duplicas? Yo me quedaré en el estudio y me ocuparé de las notas armónicas y las añadiré”. Y eso fue lo que hicimos. Luego todos escuchamos el resultado y dijimos: “hombre, esto suena increíble. Suena genial”. Fue en ese momento cuando empezamos a buscar otras partes de las canciones donde pudiéramos meter estas armonías, porque, realmente, nos gustaba cómo sonaba y cómo sonaba aquello al tocarlo. El lugar donde realmente comenzó todo fue en Fighting, cuando nos esforzamos mucho para crear todas esas líneas armónicas”.
“Fighting My Way Back” es otra excelente canción, da título al disco, y es que en esos años los puños volaban cuando salían de fiesta. Hacían un poco de trampa, porque a sus roadies les encantaba entrar al trapo y darse de ostias con la excusa de proteger a sus chicos, que daban y recibían. Y si a esa panda le metes a “Robbo”… pues os lo podéis imaginar. La canción tiene una cadencia especial con los redobles de Downey que parecen puños. De hecho, paran para que sobresalgan sin otro instrumento. Canción pendenciera, eléctrica e infravalorada.
“King’s Vengeance” es una delicia acústica de guitarras en la que se nota la huella de Zeppelin, Downey hace diabluras y el grupo se electrifica, pero el nivel va decayendo un poco y todo termina siendo un poco irregular. Si queréis un tema plenamente ZZ Top ese es “Silver Dollar”, pues parece un homenaje en toda regla a la vez que el piano, de fondo, llena la canción de aires desérticos. El tema es más que interesante, pero la acción se traslada a Chicago, lejos de su Isla Esmeralda y estamos ante algo plenamente alejado de lo que son Thin Lizzy.
En “Spirit Slips Away” estamos ante una de esas canciones que evocan a sus primeros discos y en las que el feeling se combina con unos momentos en los que bajo y batería dominan sonando todo grave y triste. Lynott está excelente a las voces, y transmite, pero tampoco es lo más recordable de un disco, que no es de los favoritos de los fans. “Freedom Song” es otra de esas composiciones infravaloradas en las que las twin guitars brillan y en las que Phil no se queda corto y juega con su bajo siguiendo las armonías con clase sobrada. Cierra el disco “Ballad of a Hard Man”, que, curiosamente, posee bastante de lo que serían Motörhead. Que Robertson esté aquí no me parece baladí ni mucho menos…
Veredicto
Es curioso que el disco Fighting de Thin Lizzy posea la portada más fea, y que, a la vez, sea el inicio de todo. Descubren la fórmula y lo que viene a partir de aquí, ya es todo gloria. Nada mal para una banda de irlandeses fiesteros que defendían su orgullo con los puños y a los que se les sumaba un “Robbo” desatado creativamente, pero también en lo agresivo. Técnicamente y compositivamente hay un mundo respecto al anterior, y si hasta la fecha lo que brillaba por encima de todo era la voz y bajo de Lynott junto a la inmensa batería de Downey… ahora son las guitarras las que piden paso.
Llegó en Inglaterra a la posición 60 en las listas y la cosa iba creciendo en la buena dirección. Y todo eso a pesar de que la portada, como ya hemos dicho varias veces, es horrible… pero es la única de todos los discos del grupo que posee el logo por el que conocemos a Thin Lizzy. Aunque parezca mentira, este es el único álbum (que no es recopilatorio) que tiene en portada el mítico logo de los Lizzy. Y a cada año que pasa, más de rodillas estoy ante Phil Lynott y su legado. No hay banda igual a ellos, en todos los sentidos, habidos y por haber.

Licenciado en INEF y Humanidades, redactor en Popular 1, miembro fundador de TheMetalCircus y exredactor en webs y revistas como Metal Hammer, Batería Total, Guitarra Total y Science of Noise. Escribió el libro «Shock Rock: Sexo, violencia y teatro». Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.
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