La Orquesta Mondragón despidió San Isidro con lluvia, congas y carcajadas

Orquesta Mondragón

15 de mayo de 2025 – Plaza Mayor (Madrid)

Crónica y fotos: Javier Paredes

La Orquesta Mondragón trajo a San Isidro 2025 un espectáculo lleno de energía, con músicos de altísimo nivel y la inconfundible voz de Javier Gurruchaga, que llevó al público por un recorrido de grandes éxitos que marcaron varias generaciones.

 

En esta ocasión especial, celebraron junto al público de la Plaza Mayor el 40 aniversario de su icónico álbum Rock & Roll Circus, interpretando canciones que siguen siendo himnos como Corazón de Neón, Ponte Peluca, Lola, Lola, Garras Humanas, Caperucita Feroz o Viaje con Nosotros. 

 

 

La Plaza Mayor se vistió de gala (y de chubasquero) para recibir a «Javier Gurruchaga» y su inseparable «Orquesta Mondragon» en el fin de fiestas de San Isidro 2025.

 

Con su inconfundible estilo, voz teatral y alma de cabaret rockero, Gurruchaga convirtió la emblemática plaza madrileña en un auténtico «Rock & Roll Circus», nombre que da título a su actual gira y que es, básicamente, una buena excusa para mezclar clásicos, sátira, teatro y mucho desparpajo.

 

 

El concierto arrancó con paraguas abiertos y cielos indecisos, como si hasta las nubes quisieran asomarse a ver qué se cocía en el escenario. Pero lejos de aguar la fiesta, la llovizna solo hizo que el público se apretara más, dándole un aire aún más íntimo (si es que eso es posible cuando te rodean miles de personas coreando a grito pelado «Viaje con nosotros a mil y un lugar…».

 

Gurruchaga, por su parte, ni corto ni perezoso, se paseó entre las canciones con su habitual mezcla de sarcasmo, teatro y declaraciones que parecen sacadas de un noticiero alternativo con guión de los Monty Python.

 

 

El repertorio fue un viaje en sí mismo: desde versiones icónicas como «Stand by Me» o «Imagine», hasta temas originales tan clásicos como un bocata de calamares en esa misma plaza: «Corazón de Neón», «Ponte la Peluca», «Caperucita Feroz» o «Rock & Roll Circus», que levantaron oleadas de nostalgia entre un público donde convivían padres, hijos y probablemente algún abuelo con mejor ritmo que tú en el pogo.

 

Ya cuando sonó «Viaje con Nosotros» hacia el final de la velada, la cosa ya se volvió tan loca que una auténtica procesión de «congas humanas» invadió la plaza como si fuera la romería más psicodélica de la capital.

 

En resumen, Gurruchaga y los suyos clausuraron San Isidro como solo ellos saben: con música, humor, crítica social, energía sin fecha de caducidad y el firme convencimiento de que, mientras exista la Orquesta Mondragon, la fiesta nunca termina del todo. ¿El año que viene? Que empiece por donde acabó este: con paraguas, pelucas… y mucho rock circense.

 

 


Descubre más desde Stairway to Rock

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Deja una respuesta