75/100
17 de octubre de 2025
Better Noise
Siguen Sabaton su cruzada para conquistar el mercado metalero y lo hacen con otro disco en el que repiten esquemas e ideas a la vez que nos sitúan la acción en otros tiempos y siglos pasados. Esa es la gran novedad, pues a nivel de temática random se van a terrenos de Tierra Santa. Pero la otra gran novedad es la inclusión de coros y orquestaciones sutiles, pero muy presentes. Sí, es más de lo mismo, pero suena mejor que nunca y obviamente encantará a sus fans y será carnaza para sus críticos. Hay mil bandas que han seguido fueles a su estilo y si funciona… no lo van a cambiar. El otro gran puntazo del disco es que ha vuelto Thobbe y que Tommy Johansson ya no está en el grupo.
Ya desde “Templars” ves que el derroche de medios es amplio, con unos coros más ampulosos y envolventes que nunca, pero jugando con las mimas cartas de siempre. Tema prototípico e hímnico con temática sacra y un Joakim muy expresivo a la voz. Es tema para empezar saltando en directo, acentuando los tempos y acentos y con pasaje solemne, muy logrado, cargado de voces y teclados. Un buen solo de Thobbe Englund culmina el gran inicio. “Hordes of Khan” va con una de esas clásicas intros que se funden luego con el riff de guitarra, todo a caballo sobre el doble bombo de Hannes Van Dahl en otro corte de puro directo y llevando la acción a la Mongolia mítica. Y aquí sí que el trabajo de guitarras en los solos es absolutamente brillante.
Llegamos al medio tiempo pomposo en “A Tiger among the Dragons”, con juegos percusivos de toms por parte de Hannes. Hay un doble ataque de guitarras especialmente Helloween mientras los coros de lujo aparecen lejos, pero muy presentes. En “Crossing the Rubicon” nos trasladamos a la era romana, aderezada con algo de programación en un ejercicio de estilo más que correcto que gustará a los fans. Medio tiempo que suelen tocar en esta gira y en la que el bajo de Pär Sundström y la batería están con un extra de potencia. Tan prototípica como efectiva.
En “I, Emperor” hay ese plus de pomposidad en un himno enaltecedor en el que los arreglos orquestales le dan ese toque divino. Hay esos momentos en los que dejan a Joakim sólo cantando, despojado de todo instrumento para buscar la solemnidad de Napoleón. La velocidad y el power metal con el que les vimos nacer asolan “Maid of Steel”. Es el power metal con afinaciones graves y más primigenio, pero con los arreglos orquestales de este disco, que un poco, marcan la evolución. Buen estribillo y todos los clichés en fila, con un precioso momento vocal aderezado por un coro. Y Chris Rörland vuelve a demostrar que es un guitarrista especialmente rápido e imaginativo en un solazo de heavy metal perfecto. Bonito homenaje a Juana de Arco.
“Impaler”, que versa sobre Vlad Tepes y es más oscura, a medio tiempo y con reminiscencias arábigas y orientales en los arreglos. Es la biografía del Empalador, y de su herencia se inspiró el Drácula de Bram Stoker. Vuelven a estar todos los tópicos con extra de coros mientras la batería es especialmente potente con reverbs. Cumple en otro ejercicio notable de estilo. “Lighting at the Gates” es especialmente positiva y tiene unos aires un poco de happy metal, incluso de villancico metaleado. Funciona perfectamente, pero se sale un poco (muy poco) de lo que es el disco, cosa que se agradece.
En “The Duelist” hay temática nipona pero no hay intentos de buscar influencia oriental y sí mantenerse en su estilo típico. Es directa y sin novedad al frente y quizá de lo más pasable que hay en este buen disco de Sabaton. El tema más extenso es “The Cycle of Songs”, muy dramática y dotada de uno de los grandes riffs del disco. Buscan lo hímnico y lucen arreglos para que Joakim narre y desarrolle con estilazo. Hay esos juegos de volverle a dejar esos momentos de canto para entrar luego todos con todo. Y el final lo pone ese clavicordio que abre para un tema en sueco: “Till Seger”, de lo mejor del disco, especialmente por esa aura folk que lo impregna todo. Son nuestros Sabaton de siempre haciendo lo que mejor saben hacer.
La portada es especialmente horrible, con un collage de temáticas de las canciones en la que intentan meterlo todo en una imagen apocalíptica. Y si eres de los que opinan que la banda lleva 20 años haciendo lo mismo, te vas a reafirmar con tu opinión, pero vuelven a dar un paso adelante y a demostrar que, lo que hacen, gusta, y que siguen de crecida. Mis discos favoritos del grupo hace lustros que se editaron, pero me gusta verles crecer y ver que Joakim Brodén y los suyos puedan mostrar candidatura a suceder a los más grandes. A ver si AC/DC o Iron Maiden cambiaron mucho con los años… Se producen ellos mismos los discos junto a todo un Jonas Kjellren y la gira es sencillamente espectacular. Disfrutemos y no nos quejemos tanto.


Licenciado en INEF y Humanidades, redactor en Popular 1, miembro fundador de TheMetalCircus y exredactor en webs y revistas como Metal Hammer, Batería Total, Guitarra Total y Science of Noise. Escribió el libro «Shock Rock: Sexo, violencia y teatro». Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.
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