Un enorme Ripper Owens celebra su legado ante media Razz 2

Ripper Owens + Baja California 

2 de octubre de 2025 – Barcelona – Sala Razzmatazz 2

Organiza: Hueso promociones

Redactor: Jordi Tàrrega

Fotos: Irene Kilmister

 Tim “Ripper” Owens es un cantante excepcional, una maravilla vocal y uno de esos cantantes que es parte de nuestra juventud. Su problema principal es que siempre arrastrará e ser el gran sustituto de cantantes titulares sin llegar a tener una banda propia en la que hiciera historia propia. Actualmente sienta cátedra en KK’s Priest, pero en su día fue el cantante de Judas Priest, de Iced Earth, de Malmsteen y de tantos… Pero sólo la posibilidad de verle en solitario pudiendo cantar las canciones elegida de toda su extensa carrera… ya era algo que me seducía especialmente.

 

Venía con una gira con muchas fechas hispanas, con una banda de Cádiz de soporte, realmente competente, pero que se ha encontrado con que la oferta de este otoño es especialmente salvaje y que hay varios conciertos metálicos a diario. Este hecho ha provocado que en Barcelona sólo hubiera media sala en la Razz 2 (con cortina), pero afortunados hemos sido los que hemos dado con nuestros huesos en la mediana de las Razz en una celebración de legado más que válido, pues Owens, sigue siendo uno de los mejores cantantes que hay en la actualidad.

 

 

Baja California, sube la temperatura a ritmo de hard rock

Antes de que el susodicho subiera a escena contó con una potente banda astur de hard rock en castellano que tuvo que lidiar con poca gente en su inicio. Muy pocos asistentes para un animoso quinteto, vestido de negro y con muchas ganas de aprovechar su ocasión al ritmo de “Blanco y negro” y de Tiempo suicida”. Manu Roz es un vocalista con presencia, voz y movilidad acompañado por un grupo vestido de riguroso negro. Sonaron algo tópicos, pero muy entretenidos a la vez que conectaron con la gente en “A-66”, un tema dedicado a una autopista con peaje. Se nota que les gustan Guns N’ Roses

 

Gus estuvo bien a la batería e “Indomable” fue presentado como un tema que trataba sobre toda esa gente que quiere darte por culo. Claro y conciso… Tienen dejes bastante sleazies que me recordaron a sus compatriotas (y buenos amigos) Leather Boys. Hay algunos coros pregrabados de ayuda y muy buen papel del guitarrista Dani Villamil en “Reina del hielo” y “Polvos mágicos”. Manu se iba quitando y poniendo la chupa de cuero, presentó al grupo y convencieron con las finales “Dueños de la noche” y “Electricidad”. A esas alturas ya había más gente y consiguieron elevar la temperatura de una sala, en un principio, algo desangelada.

 

 

Ripper: un repaso con actitud y agallas

Una intro maquinal nos lleva en volandas hacia “Jugulator”, temazo que daba nombre a su primer disco con Judas, de pixelada portada. Aquí la voz estaba muy alta y los instrumentos difuminados en sonido. El quinteto que acompaña a un Ripper ataviado con gafas de sol y gorra vienen del sur, son los Pulsa Denura, y demostraron con creces su valía, pero para ello, tuvimos que dejar pasar algunas canciones más. La versión de “The Green Manalishi (with the Two Pronged Crown)” de Fleetwood Mac hizo cantar a la concurrencia y también se empezó a evidenciar que la banda estaba especialmente motivada por los clásicos de Judas más tópicos.

 

Owens empalmó con un “Burn in Hell” excepcional, con muchos juegos de iluminación y dejando patente que los dos guitarristas (Jose Pineda y Miguel Salvatierra) no eran invitados de piedra. Temazo… Los movimientos de Owens no son tan enérgicos como en 1998, pero los puñetazos al aire siguen estando presente. Se sacó las gafas de sol para confesar luego que se había colado en la letra, pero que “qué bueno es lo de ver que la gente canta la canción mejor que tú”. Y cuando pregunta “¿Cuál es mi nombre?” ya sabes que cae “The Ripper”, que sonó excelentemente como lo hizo luego la versión de Black Sabbath “Children of the Grave”. Murió Ozzy, y tocaba rendir pleitesía al maestro de maestros. Obviamente se adornó con agudos imposibles.

 

 

Jose Pineda tuvo su momento de solo (breve) para luego atacar “Hellfire Thunderbolt” en la que el grupo andaluz empezó a sonar como debía y las cosas empezaron a lucir de verdad. Se atrevieron con “Beyond the Realms of Death” en uno de los grandes momentos de la noche, y en el que la gente estuvo especialmente participativa. Toca destacar aquí el papel del batería Santamaría que estuvo especialmente inspirado para luego encarar un “Blood Stained”, que un servidor no escuchaba en directo desde 1998. Y es que el material de Jugulator y Demolition no ha envejecido mal precisamente… Tocaba el guiño al gran Jon Schaffer en la versión de Iced Earth “When the Eagle Cries”, y la banda lo hace muy bien, pero de Schaffer solo hay uno… Cuando suena Iced Earth te dan ganas de asaltar el Capitolio. Destaquemos los haces de luces blancos en fondo rojo y el gran agudo final de un Tim sobrado en todo.

 

Presentó al grupo sin nombrarles y nos dijo que la gente de la banda eran como una canguro para él, y que no iba a beber cerveza hasta el solo de batería, promesa que rompió. “One more Shot at Glory” es una gran canción y lució especialmente. Y es que KK’s Priest es una banda muy a tener en cuenta… Toca alabar el gran trabajo de los dos guitarristas que se marcaron luego el homenaje a Paul Di’Anno con “Wratchild”. Puedes pensar que este tema no pinta nada en el set, que se podría optar por “Bullet Train”, pero que, a estas alturas, don Ripper Owens puede hacer lo que le venga en gana. Bajo con el volumen al 11 y desparrame generalizado.

 

 

Nuestro héroe metálico se descalzó su gorra y nos confesó que “Hell Is Home” del Demolition es la canción favorita de cuantas grabó con Judas. No tuvo la fuerza que yo le recordaba al tema, pero bienvenida sea. Luego hubo un solo de batería con haces de luces sobre el baterista, que realmente lució dominio del instrumento para luego tirar de ese clasicazo que es “Electric Eye” con las luces de rojo intenso. Obviamente “Living after Midnight” fue una fiesta, y es que este señor tiene todo el derecho del mundo a cantarla. Luego hubo un momento en el que Ripper pregunta el nombre a una chica, es su cumpleaños, y cantamos el “Cumpleaños feliz”. Se llamaba Grace y hubo un conato de cantar “Amazing Grace”. En fin…

 

El final vino de la mano de “One on One” del Demolition, gran canción de un disco controvertido en su día y que es poco reivindicable. Cuando se editó ese álbumy la situación del metal en general llevaron a Judas a la Razz 1, por lo que llamaron a Rob Halford para volver a empezar. Eran otros tiempos… Gran noche de heavy metal con una banda muy capaz acompañando a uno de los grandes vocalistas del estilo.

 

 

No llenaron, ni por asomo, pero nos colmaron de recuerdos. Servidor se fue a casa contento, pero hay dos manchas en el expediente en forma de canción: “Bullet Train” debería estar y la versión de “Diamonds and Rust” que hacía Ripper era algo superior. Ya se lo dije cuando le pude entrevistar, y lo vuelvo a decir por escrito: estas dos canciones deberían ser obligadas en su repertorio.

 


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