Mat Sinner regresa y Primal Fear enciende Berlín

Primal Fear + Eleine

18 de septiembre de 2025 – Sala Hole 44 – Berlín

Crónica y fotos: Yolanda Sabater Algarra

Pocas veces podré decir que en un mismo cartel toquen dos bandas a las que hemos entrevistado recientemente, pero tuve la gran potra de que Primal Fear y Eleine se encontraran de gira justo cuando yo iba a pasar unos días en Berlín. Y, casualmente, las dos bandas tocaban allí el día que yo tenía libre. Sinceramente, gracias, astros, por alinearse de esta manera.

 

Primal Fear acaban de lanzar su último trabajo, Domination, que están presentando por toda Europa. Esta semana continúan por Alemania, pero su gira recalará en España, y serán precisamente las fechas españolas las que pongan el broche final a este tour. Algo me dice que en noviembre o diciembre sabremos que el año que viene estarán en algunos festivales patrios, casi con toda seguridad. Por cierto, fue una pena que se hubieran agotado los discos en la zona de merchan, pues estaban a 15 euros, algo realmente insólito.

 

Por otro lado, Eleine se encuentran inmersos en la composición de su nuevo álbum, pero mientras tanto han reeditado un EP con algunos de sus temas más icónicos, y esta gira les ha venido de perlas para volver a rescatarlos. Realmente son dos bandas que merecen mucho la pena, que siguen peleando y permanecen en la brecha pese a que el juego cada vez se pone en modo más “difícil” para las formaciones. Convirtieron lo que podría haber sido un lluvioso jueves cualquiera en Berlín en una gran noche de heavy metal.

 

 

Con apenas unos minutos de retraso, a las 19:35 ya estaban saltando a escena, y en tan solo 40 minutos de actuación hicieron un buen repaso de su setlist. La banda sueca ha sabido dar con la fórmula, y Madeleine y Rikard —artífices y líderes del proyecto— transmitieron en el escenario seguridad y buenas vibraciones que rápidamente se contagiaron al público. Saltaron sobre un escenario que ocultaba los estampados y decoraciones que Primal Fear llevaba, y tuvieron que colocar su batería delante de la que utilizaría después Primal Fear.

 

Este detalle sí me pareció que desentonaba un poco, pues reducía el espacio de juego sobre el escenario. Aun así, para nada les amilanó: Madeleine no paró de pasearse por toda la extensión del escenario, sin dejar de lado ninguno de los extremos de la audiencia e interactuando en todo momento.

 

 

Han sufrido varios altibajos en su formación en los últimos tiempos, algo que me “preocupaba” en cuanto a cómo podría impactar en su directo. Sin embargo, han sabido dar con un guitarrista y un batería jovencísimos pero muy solventes, que tenían sus partes muy bien aprendidas. No pude averiguar sus nombres porque no recuerdo que los presentaran, pero estuvieron a la altura. Tampoco podría asegurar si en esta ocasión el bajo lo traían secuenciado, pues el sonido no fue el mejor a lo largo de toda la actuación y la que gozó del mejor sonido, fue la batería.

 

 

Tal es su legión de seguidores que, durante su actuación, una fan del público quiso regalarle un ramo de rosas a Madeleine. Ella lo aceptó emocionada, agradeciendo siempre al gran público que los acompaña en cada concierto.

 

Cayeron varios temas de su tercer disco Dancing in Hell, como «Enemies», «As I Breathe» o «Ava of Death». También dieron buena cuenta de su último trabajo de largo duración We Shall Remain con temas como «We Are Legion», en el que Madeleine aprovechó para sacar una bandera (aunque fue por poco tiempo porque no me dio tiempo ni a sacar la cámara y pillarla) o «Never Forget».

 

 

No fueron muy dichos a los discursos, pues en propias palabras de Madeleine, «estaban allí para hacer heavy metal», pero tanto ella como Rikard se dirigieron al público en varias ocasiones y en todo momento fueron comunicativos y agradables con el respetable. Sin duda el tema que se llevó todo el protagonismo fue «We Stand United», que la propia Madeleine presentó. El broche final lo pusieron Rikard y el otro guitarrista haciendo un solo cortito a duo y acabando con «We Shall Remain».

 

Aunque fue un setlist relativamente extenso, comprimieron doce temas en unos 40 minutos que la verdad se nos pasaron volando… Muchas ganas de ver con qué nos sorprenderán con su nuevo disco.

 

La noche de Primal Fear tuvo un aire especial, marcada por contrastes y momentos que rebosaron energía y otros que nos hicieron ponernos más tiernos. Era la primera vez que volvía a ver a Mat Sinner sobre el escenario, y aunque apareció algo estático, lo compensó con su entrega en los coros, apoyando con fuerza en los temas más potentes. Realmente es una alegría volver a verle en tan buena forma y con su característica seriedad.

 

 

Por su parte, Ralf Scheepers, carismático líder, se encargó de tener a su banda bien presentada y representada en todo momento. También nos volvió a introducir a Magnus Karlsson, recién estrenado como padre, que ha retomado sus funciones como guitarrista en la banda y se le notaba realmente pletórico. Estuvo toda la noche sonriendo al público, a los fotógrafos, interactuando y moviéndose de aquí para allá. De verdad que se le vio con una energía distinta.

 

 

Algunos de los temas de su último trabajo no tardaron en salir y rugieron con fuerza como «I Am the Primal Fear», a la que siguió una de sus canciones más míticas y que más nos gusta en esta redacción: «Final Embrace», de Jaws of Death (1999). Reciente incorporación, la guitarrista italiana Thalía Bellazecca, nos sorprendió a todos: no solo defendió cada tema con soltura, sino que se atrevió a cantar canciones completas, mostrando seguridad y complicidad con la banda.

El momento de reivindicar el nuevo disco llegó con «The Hunter» y «Tears of Fire», y es que hasta cinco temas pudimos escuchar de este último trabajo. Y servidora lo agradeció, pues ha sido uno de los discos que más me ha gustado este año; no descarto que vaya a formar parte de nuestros Top 10 internacionales a finales de año.

 

Karlsson se notó especialmente centrado y con una carga emotiva distinta; fue protagonista absoluto en «Hallucinations», donde asumió el peso instrumental con una soltura impecable. En «Fighting the Darkness», Thalía se lució desde el inicio en solitario, para luego desatar un dúo emocionante con Karlsson que arrancó una ovación unánime. Ese momento fue una auténtica maravilla, teñida de la intensidad que solo ellos podían transmitir.

 

El repertorio incluyó también «Metal Is Forever», donde la banda se apoyó en pregrabados para reforzar el estribillo, pero con un plus especial: el solo de Karlsson, que aportó una nueva dimensión al clásico. Además, creo que el momento álgido de la noche fue cuando los cinco integrantes se sentaron en la plataforma que sostenía la batería para cantar en coros «Hands of Time». Este tema lo empezó Magnus, y se añadieron poco a poco Thalía, Mat y Ralf, mientras André Hilgers marcaba el ritmo con las baquetas. Creo que fue el homenaje particular de la banda al regreso de Mat, y realmente fue un instante muy especial. Qué queréis que os diga: me puso la piel de gallina. Aunque saqué la cámara rápido y solo capturé el momento parcialmente, se merece de sobra ser la imagen destacada de esta humilde crónica.

 

Hubo un amago de despedida en la que se despidieron con «Running in the Dust», unos Primal Fear eternos y muy agradecidos. Fue un concierto lleno de instantes memorables, donde cada integrante aportó lo suyo: desde la serenidad de Mat, la madurez de Magnus, hasta el desparpajo de Thalía, quien terminó por ganarse al público por completo, junto a la faceta de frontman de Ralf. Era mi primera vez en un concierto internacional como reportera, y además en Alemania. Y aunque Ralf, como buen alemán, se dirigió al público en todo momento en su idioma, conecté con el concierto y realmente lo disfruté. Qué alegría ver a Primal Fear en tan buena forma y que así siga por muchos años.

 

 


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