74/100
Nuclear Blast Records
19 de septiembre de 2025
Un regreso a la oscuridad clásica
En septiembre de 2025, Ascension emerge como el decimoséptimo álbum de estudio de los británicos Paradise Lost, una banda que ha sido testigo y artífice de la evolución del metal gótico y doom desde su formación en Halifax en 1988. Este trabajo, que llega cinco años después de Obsidian (2020), se presenta como una obra que fusiona la esencia de sus raíces con una madurez sonora que refleja su vasta trayectoria.
Producido por Gregor Mackintosh, guitarrista y miembro fundador, el álbum mantiene la atmósfera sombría y melódica que caracteriza al grupo, al tiempo que introduce matices que evocan sus primeros trabajos, como Icon (1993), sin caer en la nostalgia vacía.
La producción de Ascension destaca por su claridad y profundidad, permitiendo que cada instrumento se exprese con nitidez. Las guitarras de Mackintosh, con su característico tono «cocked-wah», se entrelazan con la voz de Nick Holmes, que oscila entre susurros melódicos y rugidos guturales, creando una dinámica emocional que atraviesa al oyente. La batería, a cargo de Jeff Singer, quien reemplazó a Guido Montanarini en 2025, aporta una base sólida y precisa, mientras que el bajo de Steve Edmondson y la guitarra rítmica de Aaron Aedy completan una sección rítmica que sostiene la estructura de las composiciones. La mezcla de Lawrence Mackrory potencia la atmósfera oscura y envolvente del álbum, sin sacrificar la claridad de los detalles instrumentales.
Exploración de la dualidad humana
Las letras de Ascension abordan temas recurrentes en la discografía de Paradise Lost, como la lucha interna, la desesperanza y la búsqueda de redención. Canciones como «Serpent On The Cross» y «Silence Like The Grave» presentan narrativas que exploran la dualidad de la condición humana, mientras que «Lay A Wreath Upon The World» ofrece una reflexión sobre la trascendencia y el legado. La estructura de las canciones mantiene la esencia del death-doom melódico, con pasajes que oscilan entre la pesadez y la belleza melancólica, evocando la atmósfera de sus trabajos más emblemáticos.
Ascension ha destacado su capacidad para renovar el sonido característico de Paradise Lost sin perder su identidad. Y bien es cierto que aunque no introduce innovaciones radicales, reafirma el estatus de la banda como pioneros del metal gótico y doom. La obra se posiciona como una continuación natural de su legado, consolidando su relevancia en la escena actual del metal.
Tengamos en cuenta que Ascension no es solo un álbum; es una señal clara de la permanencia y la evolución de Paradise Lost en el panorama musical. Con una producción impecable, composiciones profundas y una interpretación emocionalmente cargada, el disco ofrece una experiencia auditiva que resuena en lo más profundo del oyente. En un mundo donde la efimeridad parece dominar,
Ascension se erige como un testamento de la capacidad del arte para trascender el tiempo y las modas, reafirmando que la oscuridad puede ser tan hermosa como eterna.
Mi nombre es Irene, y todo el mundo me conoce por mi apellido Kilmister adquirido por el que ha sido y será mi mayor ídolo en esta vida. Lo cierto es que yo empecé en esto de la fotografía sin pensarlo mucho. Era la típica amiga de la cámara, pero de que me quise dar cuenta me propusieron entrar a colaborar en un medio profesional en 2017 y desde ahí he pasado de ser esa amiga de la cámara a evolucionar y coinvertirme en lo que conocéis ahora.
Apasionada de la música en todos sus géneros y amante de la lectura y los conciertos, aunque mi verdadera profesión no tenga nada que ver con todo esto.
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