MC5 – Heavy Lifting

72/100 

18 de octubre de 2024

earMUSIC

Es un disco maldito… Tras 53 años de hiato hasta el gran Wayne Kramer se decidiera a hacer un disco bajo el nombre de los MC5, han pasado décadas y mundos… Y lo que son las cosas… Su líder Wayne Krammer y el baterista Dennis “Machine Gun” Thompson fallecieron después de grabarlo. Es un disco de celebración de un legado y hay grandísimos nombres que se apuntaron, empezando por el gran productor Bob Ezrin. Y el disco suena cañón, pero… ¿es así como debe sonar MC5? Hay el legado y es plenamente disfrutable, aunque suena más a disco en solitario de Krammer que a lo que fueron MC5. De todas formas… no hay mejor despedida que esta.

 

Es muy grande la apertura con la canción homónima y el riff crudo que recuerda a lo que es santo y seña del grupo, pero con una espectacular producción a manos de un Ezrin que hace magia, y el tema es una pasada, con la mano de todo un Tom Morello que no abusa de su estilo y respeta lo que es el sonido de la banda, con mucha clase. Otra que es incendiaria es “Barbarians at the Gate”, con juegos de coros sobre esa base tan visceral que siempre ha destacado al grupo. Aquí destacamos la guitarra de Wayne Kramer y la tremenda batería de Abe Laboriel Jr. Tema pegadizo y que recuerda a lo que siempre fue el grupo, lo que claro, con este súper-sonido… queda como si fuera otra banda y no los MC5.

 

“Change No Change” lleva una cadencia hipnótica. Brad Brooks está espectacular a las voces y hay una vocalista con voz negra dando la réplica y envolviendo todo este temazo de estilazo puro con un bajo muy profundo de Don Was y juegos de bordonera en la batería. En “Edge of the Switchblade” entra Andrew DuVall de Alice in Chains a cantar y está todo un Slash tocando y metiendo solo. Pero como pasa con Morello, tocan para la canción, no para hacer una muestra de estilo. Slash queda más reconocible que Morello en un tema animoso con unas letras que son un guiño al pasado. Todo es una celebración de MC5 con grandes nombres y con un gran sonido.

 

Tim McIlrath, voz de Rise Against, participa en “Black Boots”, que suena básica y auténtica, pero potenciada por el sonido de Ezrin y por las percusiones de Vicki Randle. Tema vacilón y callejero que transmite actitud. “I’m the Fun (the Phoney)” muestra esa cara más caótica y libre de composición que siempre definió al grupo revolucionario. Gran interpretación vocal, letra explícita y onda vacilona. De entre lo más festivo y entretenido está la divertida “Twenty-Five Miles”, que tira de los vientos de un gran Joe Berry. Suena todo excelentemente bien y la mano de un gigante como Bob Ezrin es más que evidente.

 

“Because of Your Car” posee la vena cruda y directa de sus inicios, especialmente en el solo de guitarra de Kramer, pero los prodigios actuales del estudio hacen que esté a un mundo de lo que empezaron siendo MC5. Es de lo más pasable de la obra. Mejoran las cosas en “Boys Who Play with Matches” con ese festival de coros y voces que se elevan sobre esa base cruda en la que la base rítmica es clave y salvaje. Hay dos guitarras soleando a la vez, pero por momentos llegan a sonar a Hellacopters, lo cual… tampoco está nada mal.

 

Una de mis favoritas es “Blind Eye”, que cuenta con Dennis Thompson, pero curiosamente, el tema es como si tomaras los versos de Bryan Adams en “Heaven” y te marcaras una versión acelerada y cruda. Queda genial… y es que esa balada me tiene el corazón robado. En “Can´t Be Found” repite Thompson y se suma todo un Vernon Reid a la guitarra. Otro tema visceral con mucha pegada que entronca con el pasado, pero que suena diferente. Solazo y coros que impregnan la canción dándole un toque mucho más sofisticado en este medio tiempo tan logrado.

 

 

El tramo final es de lo más experimental como en “Blessed Release” y esa base dominándolo todo. Con la voz de Brad Brooks y la programación, avanzan hacia la primera línea y el grupo se desdibuja, a pesar de que queda todo curioso. El saxo de Joe Berry es lo que más destaca en “Hit It Hard”. Aires góspel y soul colorido, con voces negras, terminando con un lujo de esos que emocionan. Y es que quizá no sea lo más MC5, y es más como un proyecto paralelo, pero está trabajado todo al milímetro.

 

Cuando hablamos de disco maldito toca decir que vio la luz con Wayne Kramer fallecido, pero es que antes que él, murió Dennis Thompson, el batería clásico que aquí participa en algunos cortes. A este drama hay que sumarle el hecho de que servidor tenía entrevista con Wayne Krammer, que obviamente, nunca se hizo. Y siguiendo con la maldición me ofrecieron entrevistas con Tom Morello, Vernon Reid y Bob Ezrin, y tuve que declinarlas por motivos familiares. Le tenía cierta manía al disco, y por eso he tardado tanto en ponerme, pero es un buen epitafio para Krammer y Thompson.

 


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